LXII

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—Al fin en casa —pronunció entrando con el niño en brazos—. Ven, vamos primero con Rose a llevarle esto.

Lo quiso bajar al suelo para que caminara, pero Elías se sentó, mirándolo, levantando sus bracitos para que lo tomara.

—Pa.

—Oye, ya no eres un bebé, eres un niño, levántate y sígueme —le dijo molesto.

Y al ver que no lo haría, le dió la espalda para comenzar a caminar e ir hasta la habitación de Rose.

—Pa, pa —lo llamó el niño desde el mismo lugar, y viendo como él se iba, sus ojos se cristalizaron—. Mamá ¡Mamá!

Entró a la habitación de Rose, y la rubia en el momento en que escuchó que Elías la llamaba llorando, se despertó rápidamente.

—¿Seguías durmiendo? —le inquirió curioso Adrián.

—Sí —le dijo sin darle importancia, sentándose en la cama para levantarse—. ¿Tú no estás escuchando a Elías llorar?

—Ajá, está en la sala —pronunció despreocupado, enseñándole una bolsa—. Te traje unos analgésico y unas-

—Ay quítate, imbécil —lo interrumpió molesta, corriéndolo para pasar por su lado y salir rápidamente de la habitación.

Vio al niño sentado en el suelo, llorando mientras se tomaba las piernitas, y rápidamente fue hasta él, tomándolo en brazos.

—Mi amor, aquí estoy cariño, no llores.

—Mamá —lloró con angustia, abrazándose con fuerza a ella.

—Tuviste miedo, Eli, pero aquí estoy, tranquilo, amor —le dijo en un tono bajo, abrazándolo, acariciando su espalda y cabello para darle suaves besos en sus mejillas—. Aquí estoy, amor.

Adrián observó a su hijo menor con fastidio, antes de rodar los ojos.

—¿Por qué no caminó hasta la habitación?

Rose lo ignoró y se puso de pie con el niño, mirándolo y sonriéndole suavemente, secándole las lágrimas del rostro.

—¿Una sonrisa hermosa para mí? —le inquirió haciéndolo saltar, tocándole la panza, haciéndolo reír, y a ella también—. Eso es mi amor, así me gusta verte.

—Ya no te duele nada ¿No?

Se giró y miró a Adrián con el ceño fruncido.

—Querías tener sexo, y lo tuvimos, ahora no me molestes más ¿Okay? —pronunció con molestia—. Déjame en paz.

—¿Pero que mierda te pasa, Rose? —le inquirió confundido.

—¿Qué me pasa? ¡Me tiene harta tu actitud de mierda! ¡Eso me pasa! ¡Estás todo el tiempo despreciando a Elías!

Adrián miró al niño y luego a Rose.

—¿Por qué jamás puedes ver lo que hago por tí? Siempre ignoras todo lo que hago.

—Tú a mí no me interesas, imbécil ¿Cómo debo hacértelo saber?

Asintió con la cabeza, fingiendo una leve sonrisa.

—Okay.

Pasó por su lado y le dejó las llaves del auto sobre la mesa, antes de salir de la sala e irse. Rose respiró profundo y cerró los ojos por un momento, sintiendo un nudo en la garganta.

Odiaba que él sacara ese lado de ella.

***

—Háblame de ella, que tenemos hasta ahora.

—Es excepcional, única. Su crecimiento es muy rápido, si es verdad que fue concebida hace unas horas, tiene el tiempo de un embrión de una semana ya.

—¿Es superior al primer hijo?

—Posiblemente lo sea, hasta ahora todos los estudios arrojan que podría serlo. Mientras no se detenga, ni se transcriba nada mal, será perfecta.

—Es hija de T-328 y una humana. Una humana la cual está mutada, al parecer T-328 le realizó alguna especie de tratamiento con sus células, para modificarla. No sé realmente con que fines.

—Tal vez justamente por esto, para crear un nuevo ser.

—Sí, pero ya no podrán tener más.

—¿La intervino además de quitarle el espécimen?

—Su sistema reproductor ya no sirve, ni con las células de él en su organismo podrá recuperarlo.

—Jaden ¿Cómo sabía que era una hembra?

El moreno observó al cúmulo de células suspendido en líquido, dentro de en un útero artificial y luego a su científico, antes de sonreír.

—Una corazonada. Y como ya te dije, nadie puede saber de ella, y cuando digo nadie, me refiero a Aarón también. Ella tiene una función especial a futuro.

***

—¿Y papi, mami? —le inquirió la pequeña al llegar a su casa y no sentirlo.

—Él salió hoy, hija.

—¿A dónde?

—No lo sé, amor, sabes que él a veces se va.

—Ni que fuera importante tenerlo acá —pronunció indiferente Kyle.

—Ni siquiera para sus creadores es importante ya —lo secundó Derek—. Sus posibles futuros hijos ya son obsoletos para ellos, ya que serían humanos puramente hablando.

—Exacto, esté donde esté, está seguro, a nadie le importa ya.

—N-No digan eso de mi papá —murmuró la niña con los ojos cristalizados—. Mi papá es muy importante para mí.

Rose observó a los niños mayores seria y Kyle rodó los ojos, antes de salir de sala... Ese gesto era tan de Adrián.

—Lo siento, Ari —se disculpó Derek, antes de irse con su hermano también.

—No tienes que preocuparte, mi amor, tu papá de seguro luego vuelve —le dijo Rose abrazando a su hija—. Sabes que debes en cuando a él le gusta irse un tiempo.

—Pero no me gusta que mis hermanos le digan cosas feas.

—Ari, tú tienes que entender que tu papá también hizo cosas muy malas, y es por eso que tus hermanos no lo quieren.

—Pero mi papá cambió, y eso fue antes, cuando él no entendía las cosas, y hacía lo que sus creadores le habían ordenado, mami.

—Está bien, Ari —suspiró Rose.

Su hija era muy inocente en creer que ese tipo había cambiado.

...

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