Habían pasado ya varios días desde que dejaron atrás la cordillera que separaba Agdenor de Oronus. Ni Sver ni Shura ni Tenai quisieron hablar de su encuentro con Nuberu, así que se conformaron con cualquier otro tipo de conversación.
—Por cierto, el tiempo que pasamos en esa cueva drenó buena parte de nuestros víveres —comentó Shura—. El pueblo más cercano está algo lejos, por lo que quizás tendríamos que comer algo menos de lo habitual. Según mis cálculos, si cortamos las raciones a la mitad, deberíamos de poder llegar a cualquier lugar con comida suficiente para cubrir cualquier imprevisto.
—¿Cómo te acuerdas exactamente de la cantidad que tenemos? —preguntó Tenai.
—Es una psíquica, es su cosa —respondió Sver.
—Aún así, no quiero tener que comer menos. ¿No podríamos...?
—¡No vamos a robar a nadie! —saltaron Sver y Shura a la vez.
—¡No iba a decir eso! Una roba un par de cosas y ya la mortifican. Iba a decir que, si encontramos a alguien le pidiésemos provisiones. ¡Estaba incluso dispuesta a pagar! Soy una sombramante, pero tengo principios, ¿sabes?
—Tenai, estamos en medio de la nada —respondió Sver—. Solo hay campo en todas las direcciones. ¿Dónde podríamos encontrar a alguien?
—En esa casa.
La sombramante señaló un edificio en la lejanía.
—¿Qué hace una casa ahí? —preguntó Shura— ¿Quién viviría en medio de la nada?
—No lo sé, pero a no ser que se os ocurra una mejor idea para conseguir comida, diría de ir hasta ahí.
—Bueno, por probar no pasa nada.
—¡Ese es el espíritu, princesita!
A medida que se aproximaban a la casa, Shura iban caminando mientras que Sver y Tenai estaban tumbados encima de Lars, mirando al cielo.
—Esa de ahí tiene la misma forma que tu cara —dijo la sombramante señalando a una nube.
—¿Esa? Más bien diría que tiene forma de barco —respondió Sver.
—Exacto.
—Espera, ¿qué?
—Vosotros dos. Dejad de mirar las nubes, que ya casi hemos llegado —dijo Shura.
Tenai y Sver se sentaron y miraron la casa. Tenía dos pisos, con una fachada de piedra y una cubierta oscura. La puerta era de madera con grabados ondulantes. Sobre el porche había un tejado que en verano proyectaría una agradable sombra. Lo más extraño eran las ventanas. Sobre cada una de estas había una plancha de madera con agujeros de distintas formas.
—No puede ser... —susurró Tenai.
Luego, saltó de Lars y corrió hacia la casa. Empezó a examinar esas tablas.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó Sver.
Sin dar respuesta, Tenai se fue hasta la puerta y posó la mano sobre la cerradura. Al poco, esta se abrió.
—El cerrojo también... —dijo antes de entrar en la casa como anonadada.
—¡Tenai! —gritaron Sver y Shura.
Luego corrieron detrás de ella y entraron en la casa.
—¡Tenai! ¡No puedes entrar en las casas de esa forma! ¿Qué te crees que estás haciendo? —la recriminó Shura antes de ver que su amiga estaba completamente quieta mirando la sala— ¿Qué estás haciendo? —preguntó de nuevo la mandjetita, aunque ahora con un tono más cercano a la preocupación y a la curiosidad.
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Esdria
FantasyHace mucho tiempo, Lord Emón descendió de los cielos para desterrar a los demonios, grotescas criaturas de más allá de este mundo Ahora el mundo de Esdria es mucho más tranquilo y los demonios rara vez se ven Esta es la historia de cinco jóvenes de...