Estaban en la mansión de Mastis, en una habitación cuadrada grande con bancos de madera, una fuente en el centro y varias plantas trepadoras que reptaban sobre columnas ornamentadas.
—¿Lo estoy haciendo bien? —preguntó Sver.
—La verdad es que sí, no se te da mal —respondió Tenai.
La joven se había pasado toda la mañana enseñando al ulemo como recrear la silueta de animales con la sombra de sus manos.
—Mira, así puedes hacer un perro, es una de mis favoritas —dijo Tenai.
—¿Así?
—Exacto. Muy bien.
—Esto es más divertido de lo que parece.
—Por supuesto que lo es. Es una pena que no seas un sombramante, porque entonces podrías hacer esto.
Tenai movió sus manos y su sombra se deformó hasta convertirse en la silueta de un dragón escupiendo fuego.
—¿Sabíais que un dragón negro está considerado un mal augurio? —comentó Shura.
—¿Otra superstición mandjetita? —preguntó Tenai.
—Supongo.
—De todos modos, ¿por qué es un mal augurio? —dijo Sver.
—En teoría es porque no existen dragones negros, solo blancos y dorados —explicó Shura.
—Creía que todos eran blancos, no sabía que los había dorados.
Shura no respondió.
Tenai y Sver continuaron con lo suyo hasta que Mastis entró en la habitación.
—Hola, ¿dormisteis bien? —preguntó.
—Sí, muchas gracias por dejarnos pasar aquí la noche —contestó Sver.
—Bueno, el sonido de los demonios correteando durante la noche era un poco molesto —se quejó Tenai.
La psíquica le dio un codazo.
—Shura, ¿podrías acompañarme? —preguntó Mastis— Querría enseñarte unas cuantas cosas.
—Está bien —respondió la joven—. Vosotros dos, no os enfrentéis a ningún demonio.
Maestro y alumna caminaban por los pasillos.
—¿Qué es lo que querías enseñarme? —preguntó Shura.
—Ni siquiera estamos en mi estudio y ya estás preguntando. Me gusta ver que no has perdido tu curiosidad —respondió Mastis con una risa—. Nada, se trata de algunas cosas que he aprendido durante estos últimos años. Por cierto, ¿cómo es que no estás en Mandjet?
—Ahora mismo estoy haciendo un viaje.
—¿A dónde viajas?
—Acompaño a Sver. Pretende visitar los templos ulemos.
—¿Los templos ulemos? Hay dos, ¿no?
—Según me comentó Sver, hay en realidad tres. Uno en Agdenor, otro en Oronus y otro en...
—Varod...
—Exacto.
—¿Crees que es buena idea? Te recuerdo que Oronus sigue en guerra con Varod.
—Lo sé. Por eso quiero acompañarle.
—Entiendo... Por cierto, ya hemos llegado.
Mastis entró en una habitación. Estaba iluminada con varias velas y estaba llena de estanterías y mesas, con tarros, libros y demás.
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Esdria
FantasíaHace mucho tiempo, Lord Emón descendió de los cielos para desterrar a los demonios, grotescas criaturas de más allá de este mundo Ahora el mundo de Esdria es mucho más tranquilo y los demonios rara vez se ven Esta es la historia de cinco jóvenes de...