La sospecha de Tenai creció con el paso de las horas. Sver y Shura desaparecidos, junto con todas sus cosas a excepción de la pomposa cartera del chico. Solo tenía sentido que alguien los hubiese encerrado en algún lado, pero las únicas personas que habían estado en esa casa eran las dos sombramantes.
Tenai pensó en todo eso mientras contemplaba la puerta de la habitación de su tía. Quería quitarse las dudas de encima.
Aprovechando que Naidia se había puesto a cocinar para las dos, Tenai entró en la habitación. Estaba bien decorada: muebles de madera oscura, una preciosa alfombra roja delante de la cama, plantas exóticas... un momento. ¿Esas no son venenosas?
Tenai dejó de analizar la habitación de su tía y empezó a buscar. Primero, abrió los cajones del escritorio, pero solo encontró papeles demasiado aburridos como para ser leídos. Luego, cotilleó el armario, que solo estaba lleno de ropa poco incriminadora. ¿Los cajones al lado de la mesa? Absolutamente vacíos. Debajo de la cama tenía que haber algo. Sí, un montón de polvo y ropa interior extraviada.
La joven suspiró. Claro que su tía no tenía nada. Y además había invadido su privacidad solo por una corazonada.
Tenai decidió sentarse en la alfombra para pensar en qué hacer, pero cuando apoyó la mano en el suelo, notó un agujero. Extrañada, levantó la alfombra. Debajo había una tabla suelta con un agujero para levantarla.
Como medida desesperada, la quitó y lo que vio hizo que un escalofrío recorriese su espalda. La joven alargó la mano y cogió uno de los múltiples artículos que había ahí escondidos. Tenai acercó la espada envainada para poder verla mejor. La espada de Shura.
Antes de que pudiese organizar sus pensamientos, un fuerte golpe en la espalda la noqueó.
Sver y Shura se sentaron, ya hartos.
—Hemos pasado horas recorriendo esta fortaleza subterránea y no hay ninguna salida. ¡No entra ni un miserable rayo de luz solar! —se quejó Shura.
—¿Cómo sabes que es una fortaleza?
—Porque lo es —Shura no tenía ganas de dar una mejor explicación.
—Bueno, en cualquier caso, tiene que haber alguna forma de salir. No creo que los sombramantes puedan atravesar paredes.
—No, pero sí que se pueden colar por grietas muy pequeñas si son lo suficientemente buenos. Al final veo que voy a tener que teletransportarnos —dijo con resignación.
—¿Y eso que tiene de...? Ah. No podrías despertarte durante un tiempo, ¿no?
—Y a no ser que seas capaz de vencer a uno de los Tronos con solo o, posiblemente, sin la ayuda de Tenai, supondría dejarla sola hasta que yo pueda despertarme. Que inútil me siento.
—Si tú te sientes inútil eso a mí me deja en muy mal lugar.
—Es distinto, Sver. Tú jamás podrías desarrollar la capacidad de sacarnos de aquí en un santiamén. Yo sí.
—¿No te juzgas demasiado?
Shura no respondió de inmediato.
—Creo que deberíamos esperar un poco más. Si Tenai no nos encuentra pronto, nos teletransportaré. Solo podemos esperar que se las apañe hasta que podamos volver a por ella.
Tenai se despertó. Su vista estaba borrosa y le costó un poco enfocar. Quien quiera que la golpease en la espalda se pasó. Se la había dejado completamente entumecida.

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Esdria
FantasyHace mucho tiempo, Lord Emón descendió de los cielos para desterrar a los demonios, grotescas criaturas de más allá de este mundo Ahora el mundo de Esdria es mucho más tranquilo y los demonios rara vez se ven Esta es la historia de cinco jóvenes de...