Era la primera noche que estaban en la casa de Naidia, y Sver y Shura charlaban en la habitación que les había dejado.
—Te voy a ser sincera —dijo ella—. Es la primera vez que duermo en la misma habitación que otra persona.
—Pero si llevamos durmiendo los tres juntos varios meses.
—A ver, eso es cierto, pero en el exterior no hay paredes. Además, siempre que íbamos a posada, cogíamos habitaciones individuales. No sé, es un poco raro.
—Al rato verás como pierde el factor de novedad. Por cierto, ¿tú sabías algo de la tía de Tenai?
—La verdad es que no tenía ni idea. Nunca ha hablado de ella, solo de su abuelo. ¿Qué opinas de Naidia?
—Bueno. Parece maja. Es como Tenai, pero en versión, cómo decirlo, versión "tía". De todos modos, hubo un momento en el que me dio muy mal rollo.
—¿Cuándo hablaron de esa tal técnica de la Gran Noche?
Sver levantó una mano y señaló a Shura, como si hubiese acertado algo.
—¡Exacto! —respondió— Creía que era el único que lo pensaba.
—¡Que va! Además, hay otra cosa que me inquieta. Oculta muy bien la presencia de su mente. A ratos no puedo percibirla. No es como Tenai o tú, que solo tenéis protegidas vuestras mentes.
»No. Es como si Naidia hubiese entrenado específicamente para ocultarse de un psíquico. Me imagino que no puedas percibir sus emociones, ¿no?
—Exacto. Es como mirar a algo, saber que está ahí, pero no verlo. Aunque, bueno, eso me lleva pasando desde que os conocí, así que a estas alturas tampoco me extraña.
—Por cierto, ¿tú como lo gestionas?
—¿El qué?
—Lo de leer las emociones de otros es algo que haces sin querer, ¿no?
—Sí, ¿por qué preguntas?
—Percibir emociones, percibir mentes. En ese aspecto tenemos algo en común. Vemos esas cosas que otros no. ¿Nunca has sentido que es como invadir la intimidad de los que te rodean?
—Hum... no, la verdad es que no. Para mí es como otro sentido más. Hay veces en las que puedo fijarme más y otras que menos. Y cuando detecto emociones sin querer, bueno, la verdad es que es como escuchar el tono de voz de alguien.
—Supongo que es una forma de verlo. Ah. Casi se me olvida. Gracias por arreglarme la ropa. No sabía que te gustaba la costura.
Sver miró la camiseta blanca y dorada de Shura. Tras el combate con Eburneo, Shura recibió muchos cortes y, hasta ese momento no habían podido arreglarle la ropa.
—Aprendí de pequeño. Rompía tanta ropa que mis padres se cansaron y me dijeron "ahora te la vas a arreglar tú mismo". Y tú, ¿qué? No sabía que te gustaba flotar por las habitaciones.
Shura cambió su postura. Pasó de estar "tumbada" en el aire a "sentarse" con las piernas cruzadas, aunque ligeramente inclinada.
—Suelo hacerlo cuando estoy sola. Es tranquilizante y me ayuda a dormir.
—¿Cómo dices? —preguntó Tenai.
—Quiero ver cómo han mejorado tus habilidades —respondió Naidia.
Al día siguiente, todos optaron por salir fuera de la casa a que les diese un poco de aire. Sver y Shura estaban sentados en un banco que había en el porche, mientras que las sombramantes estaban bajo el sol.

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Esdria
FantasiHace mucho tiempo, Lord Emón descendió de los cielos para desterrar a los demonios, grotescas criaturas de más allá de este mundo Ahora el mundo de Esdria es mucho más tranquilo y los demonios rara vez se ven Esta es la historia de cinco jóvenes de...