Sver miró fijamente al hombre que había entrado en su casa. Estaba vestido con una impresionante túnica azul oscura. Su cara, ya con algunas arrugas, mostraba seriedad. Su corta barba, al igual que su corta melena, tenía un tono grisáceo. A su alrededor, orbitaba lentamente una pequeña esfera que cambiaba constantemente de color.
-¡Krada! ¡Viejo amigo! -saludó el padre de Sver.
-¡Wozdro! ¡Niwel! ¿Qué tal estáis? -dijo Krada cambiando la seriedad de su cara por una amable sonrisa mientras estrechaba la mano, primero al padre de Sver y luego a su madre. Después de eso se dirigió al propio Sver y le estrechó la mano- Y tú, ¿qué tal?
Sver respondió y Krada se volvió a dirigir a su padre.
-Gracias por acogerme mientras estoy aquí.
-No te preocupes. Prácticamente eres de la familia.
Krada era un amigo de sus padres, pero rara vez le veían porque solía viajar y las pocas veces que estaba en un lugar fijo, era en un viejo monasterio reacondicionado al que llamaba hogar. Cada vez que se pasaba, Sver se emocionaba mucho. Siempre había admirado a Krada. Era muy amable y defendía a los que lo necesitaban. No solo eso, sino que además era la única persona viva en el mundo que sabía controlar los orbes de Ulema, antiguas armas de misteriosa naturaleza.
Desde que era pequeño, Sver había deseado ser como él.
-¿Cómo es que has venido, Krada? -preguntó Sver.
Krada no respondió inmediatamente.
-Ya me estoy haciendo mayor y creo que voy a dejar de viajar tanto. Uno tiene que asentarse en algún momento de su vida. Además, creo que también es hora de que vaya pasando mis conocimientos a las generaciones más jóvenes. Por eso estoy aquí, buscando alumnos.
Sver se ilusionó. Siempre había querido llegar a ser como Krada y saber manejar los orbes de Ulema, y ahora la oportunidad había entrado literalmente por la puerta de su casa.
-Impresionante -dijo Wozdro, el padre de Sver-. El viejo Krada ahora quiere ser profesor.
-Algo tendré que hacer -replicó Krada-. Bueno, ¿dónde podríamos sentarnos?
-Por aquí -Indicó Niwel.
La madre de Sver guio a su invitado hasta el salón y cuando el joven Sver intentó entrar, Krada le detuvo.
-Sver, vamos a hablar de cosas muy aburridas. Creo que sería mejor que fueses a pasar un rato con tu amiga. Voy a estar varios días aquí, por lo que ya hablaremos en otro momento.
Sver entendió la indirecta y se fue. Llevaba mucho tiempo sin ver a Krada y le frustraba no poder hablar con él y sus padres. Sin embargo, siguió el consejo de Krada y fue a ver a Tirié.
Se preparó un poco y salió de su humilde casa para dirigirse a la mansión de los Xorià.
-Pobre chaval -dijo Niwel cuando Krada y su marido se aseguraron de que se había ido-. Él tan solo quiere pasar un rato con su ídolo.
-Ya estaré más tarde con él -aseguró Krada.
-Entonces, ¿cuál es la verdadera razón por la que has venido?
-¿Qué? ¿Uno no puede visitar a los amigos a la par que busca pupilos?
-Tú lo que quieres es que Sver sea tu nuevo alumno -dijo Niwel.
-Siempre tan directa.
-Pero es verdad, ¿no? -dijo Wozdro.
Krada no respondió inmediatamente.

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Esdria
FantasiHace mucho tiempo, Lord Emón descendió de los cielos para desterrar a los demonios, grotescas criaturas de más allá de este mundo Ahora el mundo de Esdria es mucho más tranquilo y los demonios rara vez se ven Esta es la historia de cinco jóvenes de...