II. 14. El prototipo

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No termino de cambiarme que escucho pasos en el pasillo. Se acercan a nuestro cubículo. Me llega una respiración agitada y alguien que se ríe con nervios y alegría. La persona abre la puerta. Es Petra. Dice que estoy divina y que nos apuremos.

–Falta un poquito –dice Wanda–. Hay que arreglarle bien el pelo y ponerle rímel.

Está con unos pincelitos pintándome los párpados, muy atenta. Ni levantó la vista para mirar a Petra, todavía.

–Llegó Pympp.

Ahí Wanda deja de pintarme. Se para muy derecha y mira a Petra, sospechando una broma.

–No puede ser.

–Te digo que sí.

–Pympp... ¿Pympp?

Petra se va corriendo y deja la puerta abierta. Le escucho su risita también cuando se aleja. Wanda tiene casi el mismo entusiasmo que ella, a lo mejor mezclado con un poco de nervios, y me pide que salgamos. No le importa que falte algún detalle y a Pympp no le gusta esperar. Se comporta un poco, no creo que sea la explicación exacta, pero se comporta como una persona enamorada, no tanto como alguien con miedo.

Eso me parece más terrible todavía.

Y es raro, o a lo mejor es esperable, pero hasta a mí me contagian la ansiedad por ver a este señor, el dueño del local. Me imagino que tendrá un cargo político. Quizá sea intendente de alguna localidad de frontera, en la Federación, tenga un imperio legal y uno en el Territorio. Dicen que esa es la combinación ideal para los interesados en una fortuna de verdad.

También es perseguida por las autoridades. La ley puede atacar al que comete crímenes en el Territorio, si tiene domicilio en alguno de los Sectores y si regresa a su domicilio. Es decir que si Wanda vive en Rosario, invita a su mejor amiga a pasar unos días en el Territorio, la asesina, y vuelve al Sector Norteamericano, la pueden meterla presa. Porque hay continuidad de persona, no importa solo el espacio físico donde se cometen los actos.

Me gustaría llevar a Wanda a la Federación para que hable con algún juez, me doy cuenta.

Pero ahora estaba con esta imaginación de que Pympp, al ser tan poderoso, quizá tenga negocios activos de los dos lados del muro, en la Federación y en el Territorio.

***

Veo a una persona de pie junto a la mesa. Es bastante bajo, debe medir un metro cincuenta, y esconde una mano en la abertura de su saco. Me hace acordar a alguien y tardo un ratito en saber a quién. Me hace acordar a Napoleón.

En la mesa, mi proprietario tiene la boca entreabierta. Se nota que recibió algún tipo de golpe y que sangró. Parece que sonríe, pero es que no puede juntar los labios del todo. Cuando un empleado quiere acercarse con una tela para frenarle la hemorragia, el hombre bajo, que sin duda es Pympp, lo frena con la mano.

–Ese imbécil tiene que saber bien qué está negociando. Que sangre tranquilo.

El empleado se va. Él me mira.

–¿Cuánto pagaste? –le pregunta a mi propietario.

–500 soberanos –dice él, pronunciando lo mejor que puede–. Es un buen...

–¿Y cuánto pensás ganar?

–1000 dólares por día en promedio.

Pympp mueve la cabeza. Me mira y hace un gesto de que me acerque. Me examina y me huele. Yo trato de no sentir ansiedad, porque si la siento y la reprimo pueden pasar cosas. Pero estoy sintiendo ansiedad.

–Este es el prototipo que se escapó de la Tóxica –anuncia Pympp.

–A esa ciudad algunos la llaman Pergamino –aclara el Caddy, que no tiene una posición tan desventajosa como mi propietario pero tampoco tan elevada como Pympp.

–Bien. El prototipo se escapó de la Tóxica, aparece acá nadie sabe cómo, pasó la noche en Vicio y ahora ustedes lo visten como a una bataclana. Es que no tienen brújula.

"Aparece acá nadie sabe cómo", dice Pympp. ¿Eso significa que no sabe que yo crucé la frontera anoche con Kubrick? Pienso que si no lo sabe, él que está enterado de tantas otras cosas, es porque personas ubicadas en lugares elevados se lo quieren ocultar.

–¿Prototipo dijiste? –pregunta mi propietario con mucho esfuerzo.

–Prototipo dije. Pero eso lo deberías saber vos desde antes. Si no ¿para qué te pongo en un lugar geográfico tan estratégico como Vicio? Por acá pasan la mitad de las cosas interesantes que entran y salen del Territorio. Y esta cosa que es el prototipo...

–No soy una cosa –digo.

Pympp se ríe y enseguida sigue:

–Esta personita sola vale más que el local y la clientela. Puede valer más que toda la ciudad de Vicio.

Está exagerando mi valor, me doy cuenta. Por un lado, yo no puedo valer tanto. Yo valgo muy poco, y si fuera de otro modo no estaría acá. Por el otro, si fuera verdad que valgo tanto, lo último que haría sería promocionarlo así. Más bien se lo callaría para llevarme por menos precio a donde quisiera.

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