capítulo 11: Pequeño gran trato

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Estaba aterrado, aquello lo admitía, había ido junto a sus amigos donde los infantes para tener una cuartada, DogDay los acompaño hasta la escuela, pero se devolvió antes de entrar, corriendo rápidamente donde el bosque. No quería gritar para ser detectados, pero temia no encontrar al felino.

- Catnap, soy yo, ¿donde estas? Bobby me dijo que corriste a mi habitación, saliste por la ventana y ella la cerró cubriendo el rastro -Trató de hablarle aún buscándolo, revisando igualmente cada rama desde abajo, en un intento de localizar al felino.

Sin poder evitar tensarse al escuchar que se acercaban unos guardias, de los que revisaban el bosque por las tardes, pero sintió que le sujetaban del brazo, lo cual casi lo hace gritar, pero sintió que le tapaban la boca, obligándolo a mirar al responsable, reconociendo al felino, quien lo miraba alerta.

- Te estaba bus-... -otra vez sintió que le tapaba la boca, solo que ahora le empujaba para que vaya de vuelta, fuera del bosque, después de eso solo se fué.

Aún así, DogDay meramente lo siguió en silencio, habiéndole hecho una cara en ruego de que le dejara acompañarle, sonriendo ganador cuando el felino aceptó de mala gana. El Can le seguía curioso, pero al escuchar a los guardias cerca, vió que comenzaba a correr, así que rápidamente trató de seguirlo lo más que pudo, entraron a una ventila abierta de forma agachada.

- ¿Donde vamos? -Preguntó DogDay siguiendo al felino, viendo que bajaba por otro lugar, así que se asomó levemente, tensandose al tenerlo de frente.

- a mi hogar -Respondió Catnap confundido de que le siguiera, aun así, no le negó nada. -No hagas ruido, aquí todos escuchan

Avisó para luego guiarlo, bajando por otro lado, hasta que llegaron a un lugar bastante sombrío, aquello asustó al Can, quien rápidamente se aferró al felino, quien al inicio se asustó por sentir que el contrario le abrazaba desde atrás.

- p-perdón... Yo... Le tengo miedo a la oscuridad... jeje... -Admitió avergonzado aún abrazado al de pelaje morado, quien le miró de reojo tenso al inicio, para luego asentir sujetandole con la cola para mantenerlo cerca luego de alejarlo del abrazo. - ¿Qué es... Este lugar?

- Playhouse... Nos encontramos bajo el Playcare -Respondió bajo el contrario.

- ¿Bajo del Playcare? Wow... No sabía que... Estaba todo esto -Admitió viendo alrededor, aun siguiendo al contrario. - ¿Como no sabía antes de este... Lugar?, ¿Como es que nadie sabe?

- Aquí... No era un lugar para los niños...

- bueno, es porque está todo abandonado y... Algo sucio... ¿Por qué siento que nos miran...? -Preguntó DogDay sujetando la mano del contrario, quien le miró tenso por la acción, para luego ver chistoso que chillaba alerta de escuchar algo moviéndose- Parece que no estamos solos...

- Ignoralos -Habló con simpleza, sintiendo que el contrario se le acercara más, lo cual no podía evitar darle risa.

Igualmente le siguió guiando por los lugares semi acolchados, hasta que llegaron a un sector que parecían ser celdas, completamente vacías, pero seguían siendo celdas, algunas con cadenas, lo cual preocupó bastante al Can

- No es como la tuya pero... Es acogedora cuando te acostumbras -admitió catnap soltando la mano del can al llegar a la que era su celda, su supuesta casa.

Era una celda con un sillón que estaba con leves rasguños a los lados y en las puntas, tenía un espejo roto como adorno en la pared acolchada, y la cama era una amaca sujetada por dos cadenas teniendo bajo ésta los regalos que había recibido del cachorro.

- Estuviste... ¿Aquí siempre solo? -Preguntó confundido de ver todo, aunque el contrario le restara importancia y se recostara en el sillón como si fuera el más cómodo del mundo, rascandolo levemente.

- Nunca tuve problemas con estar solo, ya estoy... Acostumbrado

- Te haremos una casa, y por mientras, te quedaras a dormir conmigo, ¿qué te parece? -preguntó rápidamente, sin querer que su amigo vuelva a un lugar como en el que estaba, tan sombrío, aterrador, y solitario.

- No creo que sea buena idea... -Respondió aún en el sillón, viendo alerta que se le acercaba el contrario, así que tuvo que darle un espacio en el sillón.

- No está tan incómodo... Pero un sillón como el mío es más cómodo, ¿sabias? -Preguntó sonriente al felino, quien dudó un poco- Es por... ¿Los guardias?

Notó que el contrario asintió alerta, bajando su mirada mientras bajaba igualmente sus orejas. Maullando alerta al sentir que le sujetaban del brazo y luego sentía que le apoyaban en un cálido abrazo.

- Yo te protegeré, no te preocupes, pero... No quiero que estés en un lugar como éste... -Pidió aún abrazando al felino, quien estaba dudoso, correspondiendo levemente el abrazo, asintiendo un poco a lo dicho. - Hablaré con esos sujetos para que no te hagan daño, pero primero me aseguraré de todo, ¿entendido?

Afirmó separándose un poco del abrazo mirándole sonriente mientras aún sujetaba sus brazos enérgico, sin poder evitar tensarse al sentir que expulsaba su humo rojo en toda su cara, obligándolo a tocer confundido y luego caer dormido en el sillón.

Todo sin haber notado que detrás de él se habían asomado múltiples peluches que miraban curiosos al supuesto invitado, daban pequeños sonidos chillones, pero no hablaban.

- Necesito que me ayuden a subirlo donde pertenece.... No dejen que los vean, ni a él.... Yo debo subir... -Habló Catnap mirando preocupado al Can, viendo que entre todos los peluches, estaba uno que también representaba un DogDay, por lo que lo sujetó acariciando levemente su cabeza- Tu... Vendrás conmigo...

Dicho aquello, se levantó del sillón viendo que los peluches entre todos lograban sujetar al Can, llevándoselo sin problema alguno, mientras que el felino mantenía aún abrazado al peluche viviente, algo descuidado, pero aún así lo abrazó, viendo alerta el como llegaban a una puerta, y al entrar, pudieron ver múltiples guardias que estaban repartidos en distintas zonas, aún sus, expulsó rápidamente su humo aprovechando que no tenían sus máscaras, y se dispuso a abrirse paso aún sujetando al peluche, el cual estaba aterrado viendo todo, pero seguro en los brazos del felino.

Caminaron por las instalaciones, el peluche veía todo, mientras que Catnap seguía caminando, conocía perfectamente aquel lugar, para luego el felino detenerse al llegar a una Oficina, la cual abrió sin dificultad alguna, logrando reconocer al consejero, quien al verle se levantó altiro.

- Quiero... Hacer un trato... Sinclair -Habló con algo de temor, pero trataba de no demostrarlo mirando con seriedad hacia el de bata blanca.

- No tienes derechos después de tu desobediencia, y no puedo hacer nada al respecto... Catnap. -Habló el consejero de aquel orfanato.

- No e faltado en mi labor, les sigo haciendo favores, solo que ya no las específicas.

- ¿Qué ganamos nosotros?

- Dijeron... Que necesitaban que localice el experimento 1006... ¿cierto?

Luego de aquello, hubo un silencio en la habitación, el trato fue aceptado.

El minuto que cambia todo (Catnap x DogDay) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora