capítulo 7: La forma de ver es distinta

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Parpadeo levemente mientras se estiraba un poco en su lugar, se sentía alegre de la hazaña de anoche, y al recordarla, miró sin dudar al saco de dormir, sentándose inmediatamente al notar que el contrario realmente se había quedado con él aquella noche, por lo que sonrió más que alegre.

Iba a despertarlo, pero recordó que antes le había escrito que era una criatura nocturna, por lo que dormía durante el día, así que decidió tratar de despejar un poco las cosas, haciendo el menor ruido posible.

Bajó con cuidado las escaleras, para luego dejar la losa sucia en el lavamanos y los que tenían comida, los dejó en el refrigerador rápidamente, después de quitarse el pijama y peinar su pelaje, se vió en el espejo un rato, recordando que había dejado su chaleco amarillo en su cama, por lo que tuvo que volver a subir despacio.

Hizo el menor ruido posible para dejar dormir al contrario, dejando su pijama bajo la almohada, y luego agarró el chaleco, dispuesto a colocarselo afuera, sin poder evitar tensarse al escuchar que golpeaban levemente la puerta.

- ¿¡DogDay estas bien!?, ¡Es extraño que estés dormido aún! -reconoció las voces de sus amigos afuera, por lo que salió rápidamente de la habitación alerta de que despierten al felino, tratando de colocarse rápidamente su chaleco, chillando alerta al tropezarse con su pelota y casi caerse por las escaleras.

Había cerrado sus ojos mientras se cubría por mero instinto, pero nunca sintió el impacto, por lo que abrió sus ojos al notar movimiento, viendo que tenía una cola morada en su cintura, habiéndole ayudado a equilibrarse y no caerse.

- Despertaste, enserio lamento el ruido -se disculpó inmediatamente nervioso, aún escuchando que golpeaban la puerta. - Voy a abrir y regreso

Afirmó queriendo bajar, pero sintió que rápidamente sujetaba su brazo sin dudar, por lo que le miró confundido, notando que estaba totalmente alerta y con las pupilas pequeñas mirando hacia las escaleras.

- Tranquilo, son mis amigos, si quieres no dejaré que entren para que puedas seguir durmiendo, si? -Le trató de relajar, sujetando suavemente sus manos para que le suelte, especialmente al notar que se asomaban pequeñas garras. - (Enormes garras decían, son chiquitas)

No pudo evitar pensar al juguetear un poco con las manos del contrario, negando mentalmente seguir su acción para poder reaccionar debido a que seguía escuchando que golpeaban su puerta.

- Ya regreso, quédate en mi habitación -Pidió empujandolo suavemente a la habitación, dándole una sonrisa mientras acariciaba su cabeza, seguido por soltarle y bajar esta vez con más cuidado la escalera y yendo a la puerta principal logrando colocarse correctamente su chaleco y subir la cremallera. - Hola chicas! Lamento la demora, me... Había ido a bañar y me demore más de lo que pensé

- Ha... Ya pensábamos que te había pasado algo, no sueles llegar dos horas tarde -Afirmó preocupada la cerdita. - Y eso que crafty es la primera en insistir

- E-Ey! -aquejó sonrojada y avergonzada la mencionada al ser delatada.

- Uuh ¿nuevo shampoo a lavanda? -Preguntó Bobby al notar el olor en el contrario, quién parpadeo al principio sin entender, para luego asentir inmediatamente.

- ¡Ayy-!, ¡No-! Y los competitivos se hicieron el reto de despertarte entrando por tu ventana - recordó Bubba, dispuesto a ir tranquilo a avisarle a los dos de que su líder ya estaba abajo.

- ¿¡ah!? -soltó preocupado y alerta el Can, escuchando que una ventana se rompía, por lo que rápidamente corrió de vuelta al segundo piso.

- ¿¡Ay que fue eso-!? -soltó kickinChicken al haber sido empujando y ahora quedar colgando de la cortina.

- ¡Que tonto!, ¡Era mover la ventana, no empujarla! -aquejó Hoppy al tratar de ayudarle desde la rama del árbol. - Oh ¡Hola DogDay! Jejej, perdón, el emplumado te debe una ventana

- ¡Ya te dije que no fui yo! -aquejó el pollo al lograr sacarse la cortina de la cara y tener cuidado con los vidrios.

- ¿Quién se hizo daño? -preguntó DogDay rápidamente preocupado de ver gotas de sangre cerca del marco de la ventana, aunque igualmente trataba de buscar al felino.

- Pues yo no -Comentó confundido el de plumas.

- Yo tampoco -Respondió Hoppy al revisarse.

- Oh no, ¡Catnap! -se dió cuenta el líder preocupado, yendo rápidamente a por un botiquín, seguido por correr hacia las escaleras.

- ¿Quién? -se preguntaron los competitivos.

Trataron de llamar al can, pero este ignoró a todo el mundo corriendo hasta cerca del bosque, viendo pequeñas gotas de sangre por la dirección, por lo que sin dudar se adentró aunque le llamaran preocupados sus compañeros.

- ¡No vayas!, ¡En ese lugar se encuentra el monstruo del bosque! -gritaban en advertencia, pero les hizo caso omiso.

- ¡Ese monstruo te puede hacer daño!, ¡regresa! - a pesar de los gritos, el can había logrado escuchar leves maullidos del dolor no tan lejos, al igual que olfatear un olor de lavanda.

- ¡DogDay! , ¡cuidado con sus garras!, ¡te puede arrancar la cara!....

Siguió el rastro al igual que las gotas de sangre casi imperceptibles por el pasto, se tensó un poco al notar el ambiente pesado y cada vez más oscuro, pero negaba el permitir que el contrario siguiera lastimado.

- ¡Catnap! -llamó nuevamente tratando de olfatearlo, pero había perdido el rastro, lo cual había comenzado a desesperarlo, hasta que escuchó una voz no tan lejana.

- Que linda manera de recordarme el como me ven aquí... -rápidamente elevó la mirada, logrando encontrar al de pelaje morado ensima de una rama de un árbol.

- Esque unos niños empezaron un rumor, solo están asustados, ¡no te conocen como yo a tí! -Afirmó inmediatamente tratando de buscar la forma de subir, pero de vez en cuando se caía debido a que no sabía escalar.

- Tampoco me conoces...

- ¡Entonces dejame conocerte! -Pidió sonriendo aún, tensandose al sentir que el contrario se había bajado empujandole, cayendo ambos al pasto, para luego notar al contrario encima suyo enterrando sus garras en sus hombros.

- Regresa con tus amigos. -Afirmó con seriedad aunque aún tenso el felino, pero antes de poder alejarse, se alertó al sentir que el contrario rápidamente lo abrazaba aunque le haya rasguñado los brazos por mero instinto.

- Tu también eres mi amigo, Catnap, no pienso dejarte solo -Respondió con energía y determinación, aún abrazando al contrario mientras de reojo trataba de ver en donde se había hecho daño logrando notar que se había cortado un poco en sus piernas. - estas herido, dejame curarte, ¿si?

Pidió al soltarle levemente y sonreírle con calidez, estando más enérgico al ver que aunque fuera desconfiadamente, terminaba aceptando.

El minuto que cambia todo (Catnap x DogDay) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora