capítulo 32: Entre tanta felicidad, hay temor

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- ¿por qué piensas eso? -Preguntó DogDay confundido por lo escuchado.

- es la verdad... -Hablo cada vez más apenado mientras bajaba sus orejas, teniendo un escalofrío cuando vió y sintió que el contario lo abrazaba al acercarse rápidamente, apoyándolo en su pecho mientras acariciaba su cabeza.

- bien, eres una distracción, pero de las buenas distracciones, de las que despejan la mente, de las que uno no puede evitar sentirse feliz -Afirmó sin dudar el Can apoyándose en el contrario enérgico. - Con tus ronroneos, tus abrazos, incluso cuando duermes eres especial, o al menos para mi así es... Me alegra verte sintiéndote seguro y tranquilo, así como dijo Bobby, eres muy abrazable... Y siento que si de antes nos hubiéramos conocido, no sólo hubiéramos sido los mejores amigos del playcare, sino que también seríamos los más amados.

Explicó separándose un poco sujetando las mejillas del contrario para que le mirase, le otorgó una sonrisa enérgica, en cambio el contrario al inicio le miró alerta por sus repentinos movimientos, pero al verle, no pudo evitar sentir su rostro calentarse de a poco, sin notar que sus pupilas se dilataban al contemplar la sonrisa del Sol. Luego el felino con más tranquilidad ante lo escuchado, se acercó apoyándose cerca del contrario, comenzando a ronronear a gusto, lo cual inevitablemente emocionó al Can, quien acarició su cabeza moviendo su cola con energía, tratando de quedarse la mayor parte del tiempo despierto, queriendo disfrutar al máximo aquel momento, hasta que por fin se durmió plácidamente.

Luego de unas largas horas, ya era de día, y el felino había sido prácticamente arrastrado por el can, llegando ambos a la casa de Bubba, pero habiéndose encontrado en el camino a cierta osa, por lo que ahora se encontraban los 4 desayunando juntos mientras el líder de grupo hablaba del tema del cumpleaños.

- ¡Me parece más que fantástico! Yo ayudaré con pasar la noticia -Afirmó inmediatamente animada, apoyándose en la mesa mirando con cariño hacia el de pelaje morado que estaba frente a ella, quien se tensó viendole confundido de su mirada atenta. - preparate que si durante la semana no recibes mi amor sincero, será en tu cumpleaños, gatito~

- No lo asustes, Bobby -Sonrió Dogday, sin poder evitar sentir que debía de abrazar a Catnap acercandolo a él junto a la silla en la que estaba sentado. - y como dije, ¡yo estaré con Catnap para que pueda escoger lo que guste para su cumpleaños, los colores, el lugar, las decoraciones y la comida!

- Kitty -susurró burlona la osa haciéndole una leve seña de que había logrado provocar celos en el can, debido a la repentina acción de éste en respuesta a su actitud.

Lo cual mantuvo tenso aunque sonrojado al felino al verse apoyado en el líder de grupo, quien comentó el tema con Bubba para que este luego les ayude con anotar las cosas y que junto al resto puedan coordinarse y conseguirlas. Después de aquella conversación, Dogday no soltó en ningún momento la mano del felino, quien se encontraba algo avergonzado siguiéndole para todos lados, ocultándose de vez en cuando detrás del can debido a los comentarios de felicitación y ánimo que le daban sus compañeros de grupo.

Todo parecía prácticamente tranquilo, en donde todos aceptaban la grandiosa idea de celebrarle un cumpleaños, teniendo que alejarse solo una vez, que había sido debido a los niños que nuevamente salían en su recreo para estar con aquellos cuidadores externos.

"Te obligarán a venir"

Entre tanta alegría y paz, el felino fue el único en escuchar aquella voz tan atemorizante para él, tapándose sin dudar las orejas alerta, dejando de estar acostado en la rama del árbol en el que estaba.

"Es el destino, Catnap"

- (no no no, callate callate...) -Pensó agobiado mientras se daba leves golpes con la cabeza contra el árbol. Notando que los niños ya se iban, por lo que se bajó del árbol sin dudar queriendo buscar al can.

" Siempre terminarás viniendo a mí "

- Wow, cuidado con chocar -Avisó Bubba al sentir que el felino parecía chocar con él por accidente, viendo extrañado que parecía tenso y alerta. - ¿Sucedió algo?

- N-Necesito ayuda... -Pidió un poco bajo, apoyandose en el contrario en un intento de buscar la misma seguridad que el can le daba.

"¿Por cuanto tiempo te resistirás? "

- Claro, dime, ¿qué puedo hacer? -Preguntó Bubba extrañado de la actitud y algo incómodo por la repentina cercanía que el contrario tenía con él.

- Oh, ¿qué le pasó a kitty? -Preguntó Bobby acercándose al verle.

- no lo sé, chocó conmigo, ya estaba así, ¿lo asustaste a caso? -Preguntó el elefante a la contraria, quien negó inmediatamente preocupada. - Ve a por DogDay por si sabe algo.

- ¡Inmediatamente! -Afirmó la osa disponiéndose a ir con rapidez en busca del can.

- Ven, sentemonos, parece que estás en un ataque de pánico -Comentó Bubba sentándose con cuidado sujetando los hombros del contrario.

Quien desesperadamente sacó su cuaderno y arrancó todas las hojas que ya estaban escritas, y las arrugaba escondiendolas en su cartera nueva, y al asegurarse de que estuviera el cuaderno vacío, trató de escribir sin dudar con rapidez.

- okey, okey, esperaré paciente, solo trata de respirar, calmamente, inhala.... Exhala... Así, lento -Trató de relajarle sujetando su hombro, pero sintió que lo apartaba mientras hacía otros rayones alerta. Así que trató de ver atento sus reacciones, por si le decían lo que le había pasado.

Sus pupilas estaban alertas, sus orejas bajas de vez en cuando se elevaban de la nada y volvían a bajar, parecía estar escuchando algo, su cola estaba tensa también, totalmente erizada, teniendo que dejar su inspección cuando sintió que le colocaba con brusquedad el libro en la cara.

- a-agg... Eso dolió... -admitió sobandose la cara adolorido mientras recogía los lentes que se le habían caído, notando que el felino ya no estaba.

- ¡Bubba!, ¿¡Y Catnap!? -llamó Bobby corriendo con el can a su lado.

- No lo sé, estaba asustado y de la nada se fue corriendo a... Creo que al bosque -Respondió Elefante levantándose con el libro en mano.

Pero lo dicho inmediatamente llamó la atención al líder, quien dejó sin dudar lo que hacía mirando alerta hacia la osa, quejando mentalmente el haber permito que la unicornio le alejase del de pelaje morado, por lo que se dispuso a correr sin dudar en su búsqueda.

Quiso volver a aquel playhouse, pero vió alerta que las rejas estaban bloqueadas, lo cual lo alertó y confundió increíblemente.

- No no no, debe haber otra entrada, no puede ser la única -se dijo alerta, seguido por recordar la puerta de los humanos, así que tragó en seco mirando asustado, aun así, estaba determinado en encontrar al de pelaje morado.

Sin rendirse, corrió hacia la puerta de los humanos para buscar otra entrada.

El minuto que cambia todo (Catnap x DogDay) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora