Redacción: Ernesto Esquivel D.
Historia y personajes: Garrick.
Desde las cámaras de seguridad, se veía al personal ir y venir por cada pasillo de la televisora competidora de Mersenne. Los guardias de seguridad no se percataron que, una figura con gabardina, caminaba por uno de los corredores a paso firme.
Rentería, ya repuesto, se escabullía por el lugar, mostrándose confiado al encontrarse de frente con alguien, actuando como si fuera parte de los trabajadores. El olfato del agente lo llevó hasta una puerta negra al final de un pasillo, la cual, con un pequeño cartel en medio, se leía «Karen Urrieta». Teniendo cuidado con las cámaras, Rentería se adentró rápido al espacio.
Al entrar, se quitó el sombrero, revelando sus orejas que se alzaron al darse cuenta que el sitio era todo un desorden comparado con la oficina de Mersenne. Había platos de comida en el recibidor, cobijas sobre el escritorio, almohadas, tazas por todos lados, y algunos papeles tirados en el suelo, destacando un fuerte olor a humedad y moho.
La mirada del agente analizaba toda la oficina, hasta llegar a un casillero amplio que prometía esconder algo interesante. Rentería lo olfateó para asegurar que no había algo malo dentro, pero no percibió nada, así que, curioso, lo abrió, encontrándose con un armario de escobas y limpiadores que, de forma irónica, estaban llenos de polvo. Cerró la puerta y prosiguió buscando algún indicio o pista que pudiera ser de interés, pero siempre se topaba con el desorden y la suciedad, pisando de paso un pedazo de pizza que estaba tirado por ahí. Rentería se limitó a limpiarse el zapato con un pañuelo que llevaba dentro de su gabardina, para después tomar con la tela esa porción y guardársela en su abrigo con el fin de no dejar evidencia de su presencia.
Al acercarse a la computadora de Karen, se dio cuenta que en la pantalla mostraba datos y archivos señalando las pruebas fallidas de una sustancia en agrestes huérfanos, cosa que sorprendió a Rentería, pero no estaba relacionado con la gema.
Su mirada se deslizó hacia abajo, a un lado del teclado, en un documento impreso, donde venía la dirección específica de un orfanato. Aunque, antes que Rentería pudiera hacer algo, su instinto se alteró, provocando que sus orejas se agacharan y su cola se metiera entre sus piernas, erizando por completo su pelaje; alguien se acercaba. Con un miedo infundado, comenzó a moverse de un lado a otro, analizando dónde esconderse, ya sea debajo del escritorio, detrás de un archivero, o del sillón, eligiendo al final, el armario de escobas.
Al adentrarse, su cuerpo seguía agitado, con el pelo erguido, agudizando su instinto auditivo. Pensó que, fuera lo que fuera, entraría por la puerta de forma amenazante.
Dentro de la oscuridad del espacio, y la poca luz que entraba entre las rejillas del casillero, vio cómo se abrió la puerta y entró Karen, seguida de un despreocupado Acedio, que miraba concentrado su celular, texteando. El agente los miró, entre confundido y temeroso.
— ¡Los cachorros tampoco sirven! — exclamó la mujer, desplomándose en el sofá, tapando su cara con el dorso de su mano — ¡Esas cosas se mueren por cualquier cosita!
Rentería, muerto de nervios, escuchaba atento, haciendo notas mentales.
— Igual que los adultos — mencionó el conejo, desviando un momento su mirada hacia Karen, para luego devolverla a su celular —. Aunque debes aceptar que fundar una asociación benéfica para tus macabros planes tiene su mérito, algo cuestionable por el índice de muertes, pero bueeeeeno. Muchos hablarán bien de ti — intentó animar Baxter.
— Da igual, Acedio — resopló la mujer —, eso no me servirá para ser candidata al alto mando — el perro agente arqueó una ceja al escuchar eso —. Necesito algo más llamativo, increíble, conveniente... Necesito más poder.
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La balada de los pecadores: Fabula Drakone
Adventure- Damas y caballeros, niños y niñas. Bienvenidos a nuestra humilde función. El día de hoy presentaremos una obra llena de emoción, acción, terror y amor. Ramón Martín, un carismático y efusivo gymbro, ha decidido hacerse amigo del tosco Raúl Navarr...