Historia, redacción y personajes: Garrick.
Corrieron al cuarto, dejando rastros de prendas tras ellos, al llegar, sus miembros peludos y pulsantes mostraban una lubricada humedad en sus ceñidos boxers.
Un beso los encendió aún más, comiéndose el uno al otro, batiendo sus lenguas a duelo mientras ellos se acariciaban y apretaban con las manos, agarrando la espalda, brazos, cintura, nalga y piernas de su pareja. Por enfrente, sus cuerpos irradiaban calor y deseo mientras que sus boxers se mojaban más y más.
Raúl, a pesar de ser un viril ejemplar de macho musculoso, sintió como, en un instante, Ramón lo puso de cara contra la puerta, le besó el cuello, le pasó la lengua por en medio de sus omóplatos e, hincándose, apretó sus nalgas con ambas manos y con un rugido bestial, le rompió el bóxer con sus garras para después abrirle las nalgas y comenzar a devorarlo.
Navarro bramaba al sentirse invadido, abusado y dominado por el semental felino que, más y más, enterraba su lengua y cara en la entrada de su novio, probándolo y lubricándolo con cada lamida. El hombre está disfrutando, sintiendo el deseo y necesidad del tigre por poseerlo, intentando todo lo posible por relajarse y entregarse.
Ramón apenas y lograba respirar entre las nalgas peludas y cuadradas de Raúl, pero cada vez que se adentraba, sentía como los pliegues de la abertura se iban abriendo con cada lamida, mientras lo hacía, se masturbaba con fuerza sobre sus calzoncillos, dándose placer.
Sin poder resistir más, Ramón se puso de pie, rompió sus boxers con sus garras, alineó su pene goteante sobre el orificio anal de su novio y sujetándolo con fuerza de los brazos, dio una lenta y profunda estocada. Ambos gimieron con fuerza, uno de dolor, otro de placer. Una vez dentro, cuando sus huevos estuvieron acariciando las nalgas de su novio, Ramón lo sujetó con fuerza, permaneciendo inmóvil, sintiendo como el ano de Raúl intentaba sacarlo en vano, a la vez que se acostumbraba a tan ardiente invasor. Raúl respiraba agitado mientras que Ramón luchaba por permanecer dentro.
El cuarto de inmediato comenzó a calentarse mientras que olores de machos, saliva, sudor y sexo empezaban a cubrir el espacio. El hombre, poco a poco, se entregaba a su semental mientras que éste, le besaba y lamia el cuello, dejando su fragancia mientras que su verga latía dentro de su novio. Sintiendo que su pareja aún estaba luchando por aceptarlo, Ramón pasó sus manos por el cuerpo de Raúl, acariciando sus pectorales, sus anchos brazos, pellizcando un poco sus pezones, con cariño entrelazó sus dedos con los de su novio, apretándole las manos. Ramón pasó sus garras por el pene de Raúl y con deseo comenzó a manosearlo, masturbándolo con suavidad con una mano mientras que con la otra le magreaba los testículos peludos.
El tigre le ronroneaba al oído mientras Raúl comenzaba a disfrutar de la sensación y a entregarse.
— Oh, si — exclamó el hombre con voz ronca y varonil —, hazme tuyo, cabrón.
Sintiéndolo más relajado, Ramón comenzó un vaivén lento, despacio, sin prisa, disfrutando de la sensación placentera y cálida que le proporcionaba el interior de su novio, de su macho velludo y musculoso. Por su parte, Raúl pasaba de la incomodidad al placer, al sentir más y más lubricada su entrada con cada pequeño empujón de su pareja que quería meterle hasta los huevos.
Ramón se inclinó un poco y ladeando el rostro, acercó sus labios a los de Raúl, entregándose en un beso pasional y necesario para ambos. Después se separaron solo lo necesario para gemir uno en la boca del otro, formando un coro desinhibido, un fogoso dueto de sementales.
Raúl gemía cada vez más y más fuerte, sintiendo los vellos de Ramón acariciar sus nalgas peludas y, sin evitarlo, comenzó a inclinarse. El tigre notó el movimiento de su pareja por lo que, dando un paso hacia atrás, lo tomó de la cintura y en un mejor ángulo, comenzó a golpearle con fuerza, sonando aplausos cachondos de piel contra piel, celebrando la unión de semejantes machos que se montaban con lujuria.
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La balada de los pecadores: Fabula Drakone
Aventura- Damas y caballeros, niños y niñas. Bienvenidos a nuestra humilde función. El día de hoy presentaremos una obra llena de emoción, acción, terror y amor. Ramón Martín, un carismático y efusivo gymbro, ha decidido hacerse amigo del tosco Raúl Navarr...