Redacción: Ernesto Esquivel D.
Historia y personajes: Garrick.
En medio de la oscuridad, en su oficina, Edison se encontraba frente a la gran pantalla de su computador, concentrado, con electrodos pegados a su frente.
De pronto, una luz iluminó el lugar a espaldas del ciervo. La puerta de metal se había abierto, haciendo que Edison girara con tranquilidad hacia la entrada.
— Hola, tía Mersenne — mencionó Preter desde los altavoces.
La cierva, hermana de Edison, había llegado, deslumbrando el lugar no solo con la iluminación exterior, sino también con su elegancia, vistiendo un hermoso atuendo azul y bufanda blanca bien ajustada a su cuello.
— ¿Qué tal, Preter? ¿Cómo te trata mi hermano? — cuestionó Mersenne a la IA, con elegancia.
— Mi sabio padre me ha estado enseñando muchas cosas — contestó Preter con tono alegre.
— Aún no me acostumbro con lo de «padre» — expresó la cierva, volteando a ver a su hermano con una ligera sonrisa, la cual compartió, encantado.
— Hermanita — suspiró Edison, quitándose los tres nodos de su frente, levantándose de su asiento y yendo hacia Mersenne para abrazarla con cariño.
Su hermana, con delicadeza, correspondió el gesto, fascinada de verlo.
— Edison, Edison, Edison — analizaba la cierva, mirando fijo la gran pantalla —. ¿Qué tal vas con mi «sobrino»?
— Estoy orgulloso de mi muchachote — contestó el hermano, sacando su amplio pecho y dirigiéndose hacia el CPU de su computador, acariciándolo ternura —. Preter tiene capacidad sobresaliente para el aprendizaje. ¡Domina temas, conceptos y habilidades con gran maestría! — agregó, fascinado.
— ¿Habilidades? — cuestionó Mersenne levantando una ceja.
— Le he otorgado autorización para acceder a los sensores de audio, térmicos y cámaras de mis instalaciones, así como a los talleres de fabricación, de imprenta y construcción que tenemos — explicó el ciervo, sorprendiendo a su hermana.
— Dibujé esto para mi papá — interrumpió Preter desde las bocinas, mostrando en la gran pantalla una imagen de la gema de Edison sobre un fondo negro, relampagueando con fuerza.
Mersenne giró un poco la cabeza, desconcertada, mirando la pantalla y luego dirigiendo su vista a Edison.
— ¿Preter sabe de las gemas? — preguntó.
— Sí, sabe que tenemos dos — confirmó el ciervo —. También conoce la existencia de la gema de Evangeline, y que las demás están perdidas.
— Pero, ¿por qué no es posible encontrar las otras gemas? — cuestionó la voz de la IA.
Mersenne guardó silencio por un momento, azorada, intentando mantener la boca cerrada por la impresión.
— ¿La IA acaba de hacer una pregunta? — la cierva apenas asimilaba la sorpresa.
— Hace muchas — sonrió Edison —. ¿Quieres contestarle o lo hago yo?
La hermana, recuperando su templanza, suspiró y decidió hablar.
— Las gemas parecen piedras comunes o incluso imitaciones baratas de diamantes — explicó la cierva a la inteligencia artificial, sintiéndose extraña por hacerlo —. Pero tienen una característica muy peculiar, ya que, cuando están cerca, resuenas unas con otras.
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La balada de los pecadores: Fabula Drakone
Abenteuer- Damas y caballeros, niños y niñas. Bienvenidos a nuestra humilde función. El día de hoy presentaremos una obra llena de emoción, acción, terror y amor. Ramón Martín, un carismático y efusivo gymbro, ha decidido hacerse amigo del tosco Raúl Navarr...