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En la vida, hay momentos en los que nos adjudicamos el daño que nos hicieron, pequeñas acciones en nuestra formación, educación, el amor que estamos acostumbrados a recibir. O el daño que nos hacen las personas conforme vamos creciendo y perdiendo inocencia, humanidad.

No es nuestra culpa. No es tu culpa tener carencia de afecto, de atención, de cariño. De la falta de que alguien te aliente a terminar lo que empiezas. Y es que, incluso, ni siquiera es estrictamente centrado en las personas que no fueron amados de pequeños. Cuando alguien es demasiado consentido es peor, porque ni siquiera te das cuenta que algo va mal. Y claro que no es nuestra culpa. No es tu culpa sentir que no has logrado nada, no es tu culpa que te hagan daño, ni es tu culpa haber crecido en ambientes que te mantenían siendo un adulto desde pequeño, en modo supervivencia. 

No, no es tu culpa, pero si es tu responsabilidad sanarlo. 

Taehyung no lo sabia, y es que fue un día al despertar que entendió todo. Su fijación al sexo, porque siente que es la única manera en que va a provocar algo en alguien, la única manera en la que se siente querido. Su falta de atención, su carencia de afecto. Y es que a ver, de pequeño tuvo muchísimo, el consentido, el mas querido. El hagamos algo diferente de comer para Taehyung porque a él no le gusta esto, la falta de disciplina en una casa en la que él se alegraba de presumir que jamás le habían pegado ni castigado, ni regañado. El como toda su familia le daba regalos, lo llevaba a todos lados, durante vacaciones. 

Pero un día despertó y lo entendió y se dio cuenta de todas sus actitudes inmaduras que fueron incorrectas, de todas las veces que no hizo bien, empezó a identificar los pensamientos que lo alejaban de ser la persona que quería ser. Todo en la cabeza de Taehyung eran patrones, relación de acciones, quejas. Sobre todo quejas. 

Y estaba cansado de eso y se negaba a seguir viviendo de la misma forma. Y salió de ese pozo en el que hace ya bastante tiempo había tocado fondo y no tenia de otra que ir hacia arriba y resolver sus miedos, inseguridades, confianza, su manera de relacionarse con los demás, de vivir. Ahora disfrutaba estar solo, ir solo a lugares y dejar de esperar a que alguien quisiera acompañarle. 

Y alguien en especial lo noto. Jungkook se sintió orgulloso de haber decidido esperar para acercarse a Taehyung hasta que se amara a si mismo para poder conocer a alguien más. Y Jungkook anhelaba ser ese alguien más. Ir a prisa hubiese sido malo para ambos, el amor haría que Jungkook quisiera ser su salvador y nadie puede ser el salvador de nadie sin perderse a si mismo en el camino, y aun así no tener resultado. 

Todo parecía mejorar para todos. Todos comenzaban a pensar y actuar de formas más maduras, ser conscientes de sus acciones. Taehyung no fue el único. 

Jimin y Yoongi ya eran capaces de convivir en la misma mesa, estar en reuniones de amigos, incluso salir solos, y si bien al inicio fue incómodo, se dieron cuenta que siempre tenían de que platicar, incluso si no era así, el silencio dejó de ser incomodo. 

No había presión, ni temas incomodos excepto... 

— Yoongi, tienes que ir. 

— Un paso a la vez, así soy yo. 

— No digo que esté mal eso que dices — Taehyung interrumpió el caminar de Yoongi parándose frente a él — pero debes identificar cuando ese paso a la vez es evitación.

— A caso crees que Jimin quiera... ¿y si dice que no?

Taehyung le dio un golpe en el brazo antes de dejarle seguir caminando. 

— No hay manera en que Jimin diga que no. 

















Valium // YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora