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Taehyung y Jaewon se preocuparon cuando llamaron a Jimin para preguntar en qué parte se había sentado y no atendía el teléfono. Tampoco lo encontraban. Llamaron a Jay, pero les dijo que él ya estaba a punto de entrar a Seúl.

Mientras tanto Bobby deseaba tener el número de Taehyung o cualquiera cerca de Jimin para saber qué había pasado. Jay tampoco se quedó tranquilo.

Uno de los baños de hombres estaba cerrado por dentro, ahí estaba Jimin llorando, sin ruido. Sólo salían las lágrimas unas tras otras.

Quería volver a Seúl. Deseaba nunca tener que volver a este lugar de mierda.

— Ya pasó, tranquilo. Le di unos buenos golpes.

Jimin miró a su único acompañante y salvador.

— Muchas gracias...

Jimin esperó a que le dijese su nombre.

— Jungkook.

— Muchas gracias, Jungkook. No tenías que hacerlo.

— ¡Claro que tenía que hacerlo! No fue lindo ver lo que estaban haciendo...

Jimin limpió sus lágrimas y se miró al espejo. Acomodó su cabello y suspiró por la ausencia del broche.

— Ten — Jimin volteó cuando vio por el espejo a Jungkook estirando la mano, Jimin hizo lo mismo y recibió el broche roto — es una lástima. Era bonito.

Jimin lloró un poco más.

— ¡Pero podemos arreglar eso! Sé cómo, ¿puedo?

Golpes en la puerta los interrumpieron.

— ¿Jimin? ¡Jimin! ¿Estás ahí?

Escuchó a Tae, claramente preocupado y vuelto loco. Corrió para abrir la puerta y enseguida sintió los brazos de su amigo, la fuerza hizo que retrocediera unos pasos.

— Ya pasó Tae...

Taehyung lo examinó por completo, no había marcas o moretones. El tipo supo molestar sin dejar bases para una explosión. Y nadie querría testificar con el director.

— Maldito...

De pronto la atención de Taehyung se desvió a la otra presencia en el baño.

Jimin sintió un ambiente extraño.

— ¡Tú!

— ¿Tae? — Jimin estaba confundido. Pero lo ignoraron.

— ¡Tú me apagaste la luz en el baño! — Taehyung picó el pecho de Jungkook con un dedo, apresándolo contra la pared.

— ¿Qué? — Jungkook se veía igual de confundido.

— En la tienda, mi primer día y ¡tú me apagaste la luz!

Jungkook se rompió en risas.

La puerta del baño se abrió nuevamente y Yoongi estaba ahí. Se quedaron mirando unos segundos. Segundos en los que Jimin se sintió acorralado. Y Yoongi se sintió raro.

Aún así hizo una seña a Jimin para que saliera. Jimin, confundido y con el corazón acelerado y el pulso hecho mierda, dejó atrás al par que estaba discutiendo y salió del baño a paso lento.

— Hola — se atrevió a comenzar.

— Hola — Yoongi le respondió son una sonrisa, un poco incómoda.

El silencio reinó hasta que Yoongi sacó un móvil de su bolsillo y se lo dio a Jimin.

— Se te olvidó allá. En la cafetería.

Jimin recordó la misma situación hace un año y bajó la mirada. Tomó el celular.

— Gracias...

Yoongi asintió, aunque Jimin no lo vio y se dio la vuelta para seguir su camino. Cuando Jimin se dio cuenta de la ausencia, alzó la cabeza. Yoongi caminaba, sólo había dado un par de pasos. Se quedó de pie. Jimin se tensó cuando Yoongi volvió a él.

— ¿Estás bien?

— Lo estoy.

Yoongi tembló un poco. Jimin lo notó. Buscó en su bolsillo y sacó un pasador, delgado de metal. Pequeñito. Youngji lo había olvidado y lo llevaba en el pantalón desde hace mucho y nunca recordaba dárselo. No se lo puso ni nada. Sólo estiró la mano y Jimin hizo lo mismo. Y luego se fue.

— ¿Qué mierda fue eso?

Taehyung salió del baño con el ceño tan fruncido que Jimin temía que se quedara así por siempre.

Sonrió.

Valium // YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora