Segunda temporada de PARACETAMOL.
¿Qué tan rápido se olvida una mentira?
¿Qué tan rápido un golpe deja de doler?
¿Qué tan rápido se puede dejar de amar?
₊˚✧
(!) Es importante que lean la primer temporada.
– Me alegra que te vaya de maravilla en ese nuevo trabajo y con tu nuevo chico del cual no me quieres decir su nombre porque eres un amigo egoísta.
– Bebé, ¿estás en posición de llamarme egoísta?
– ¡Gray! Te detesto.
Jimin ríe, hace mucho tiempo se había acostumbrado a la personalidad tan sincera de Gray, y amaba eso de él. Sabía que siempre podría contar con sus palabras duras en momentos duros y le ayudaría a animarse un poco.
– Desde que dejaste de ser virgen te ríes más, me gusta.
– Ya... – Jimin suspira y rueda en la cama sin soltar el móvil – lo extraño y no ha pasado ni una semana.
– ¿Sabes hacia donde va esto?
– No, no lo sé y no quiero saberlo, déjame disfrutar el momento, ¿sí? Ya luego te daré permiso de regañarme.
– Pienso que los de ustedes no podría ser mejor, si quitas el asunto de la distancia, todo sería bonito. Ustedes son bonitos juntos.
– Tú eres bonito.
– Tú más.
– Lo sé.
– Deberíamos ser novios.
– ¡Por supuesto! Vamos a escapar ahora mismo, a una playa mexicana.
– Asaltaré un banco hoy por la noche y nos vemos en el puerto a las tres de la mañana.
– Ahí estaré.
– Bien, duerme bonito, Jimin.
– Que los angelitos sueñen contigo, Gray. Por favor ven pronto a visitarnos.
– Lo haré.
Y así siempre terminaban las conversaciones entre el par de chicos. Con el tiempo se hicieron muy cercanos, no tanto debido a la distancia, pero cada día se hablaban por teléfono y a veces Gray regañaba a Jimin y otras Jimin le daba consejos a Gray para conquistar al chico que le gusta. Pero no le quería decir su nombre hasta que todo estuviese concreto. Jimin odiaba eso, porque Jimin ama el chisme.
Acomoda las sabanas para meterse en su cama calientita. Había instalado el juego de Stranger things y una parte del laberinto del bosque le estaba haciendo la vida imposible, esa noche pasó una hora viendo videos en Youtube para poder pasar el capítulo, y pataleó cuando se dio cuenta que el camino estuvo todo este tiempo frente a su nariz. Luego cayó profundamente dormido.
A la mañana siguiente, como acostumbraba últimamente, salió a correr al parque antes de que todo mundo comenzara a ir por la calle a sus trabajos o los niños a la escuela. Vio a Youngji corriendo en la pista y la alcanzó, se saludaron con una sonrisa.
– ¿Se arregló todo con tu novio? – Youngji bajó la velocidad para ir a la par del chico recién llegado.
– Sí, todo está perfecto – respondió Jimin con amabilidad.
No sabía por qué no negaba que Jay y él eran pareja, no lo eran. Simplemente no9 le habían puesto etiqueta y ya. Nada era menos bonito.
– Me alegra, Jimin.
Dieron un par de vueltas mientras platicaban de los maestros más guapos de la universidad, en especial un maestro que siempre llegaba en su auto deportivo a la facultad de ingeniería y era todo un hombre. El tipo de hombre al que Jimin no le importaría tener en un poster tamaño real pegado en la puerta de su habitación. Ya estaba por sus cuarentas, pero ¡qué cuarentas!
– ¿Jimin?
Iban camino a casa, faltaba alrededor de una cuadra antes de que cada quien tomase su propio camino. Jimin miró con la duda impresa en sus ojos, pidiendo en silencio a Youngji que continuase.
– Supe lo que pasó en Jeju, es decir... yo estaba ahí.
A Jimin no le gustaba para nada el rumbo de la plática, ¡ella es novia de Yoongi!
– Yo... nunca fue al propósito, mentirle. Yo...
– Tranquilo – interrumpió Youngji con una sonrisa – tus razones debiste tener y tampoco te estoy interrogando. Quiero decir que en aquella ocasión también vi a tu novio en la playa. Parece que se preocupa mucho por ti, eso es muy lindo, pero... – Jimin frunció el ceño, ¿qué "pero" podría tener su Jay? – sería bueno que comiences a defenderte por tu cuenta. No siempre va a estar ahí tu chico dispuesto a ir a donde sea que te encuentres para jugar a salvar a la princesa.
Jimin ni siquiera podía enojarse, Youngji decía las cosas en un tono en el que era imposible molestarse. Y eso molestaba a Jimin.
– ¡No me malentiendas, por favor Jimin! Es sólo que es realmente molesto como Daehyun te hizo aquello, y como Yoongi también te golpeó. Todo ese tipo de cosas no van a parar hasta que seas tú quien ponga alto a la situación.
– Ya... muchas gracias, creo.
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– ¿Y esa quien se cree?
Taehyung azota su sándwich en el plato y lo pica con un dedo, desquitando su frustración.
– No estoy seguro si lo dijo con malas intenciones, Tae. Tal vez tiene razón.
– Pues no me gusta que tenga razón. No veo por qué sacar a la luz lo de Yoongi sólo para decirte que te defiendas solo.
– Ya Tae, come. Supe por Jaewon que tus calificaciones bajaron y debes mantenerte bien alimentado para que todo se guarde bien en esa cabecita tuya.
– No es eso, es que... creo que me equivoqué de carrera. Ya no quiero, quiero otra.