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– Entonces... ¿ya son novios oficiales?

– Eso creo – la felicidad es bastante notoria en las palabras y la forma en que luce Jimin aquel día.

Desgraciadamente Jay estaba ocupado con el trabajo y venir hasta Daegu sería sólo hacerle más difícil el trabajo, Jimin le pidió que no fuese, que descansara y cuando terminara sus cosas, se verían.

Y aunque Jimin realmente quería verlo cuanto antes, prefería su salud.

Bien, prefería verlo, pero no sería egoísta.

– ¡Debemos celebrar! Llamaré a Jaewon para vernos en el centro en dos horas, ¿bien? Tengo que hacer unas cosas al salir.

Taehyung se fue corriendo dejando a Jimin solo con las pocas gomitas que quedaban en la bolsita que ambos amigos habían estado compartiendo.

Las dos horas pasaron rápido, en ese tiempo fue a su casa y se dio un baño para estar fresco, limpio y listo para lo que sea que Taehyung tramara. Le mandó mensaje a Jaewon para ver si él sabía lo que Tae tenía planeado y poder decidir qué ropa ponerse, pero igualmente desconocía los planes.

Unos jeans son perfectos para cualquier situación.

Los tres amigos ocupaban una mesa en un restaurante de comida italiana, no había mucha gente y el área de niños estaba vacía, regalando una tranquilidad hermosa. Los tres pidieron lasaña.

– Woah... bien, estar con un chico que tiene novio es un poco...

– Jodido – a completa Jaewon, Jimin asiente mientras lo señala con el tenedor dándole la razón.

– Y no lo digo por el chico que es su novio ni por la situación, sino, por ti y tu corazoncito, Tae. No quiero que nada dañe a mi mejor hermano.

– ¿Yo qué soy? – cuestiona Jaewon.

– Lo siento – una tercera voz interrumpe la platica pues la silla de Jimin fue golpeada sin querer por un hombre que pasaba a su lado junto a un acompañante, Jimin no le dio mucha importancia y siguió platicando con sus amigos.

– Eres mejor amigo, Tae no puede contar como mejor amigo porque una vez ya no bañamos juntos.

– Podemos bañarnos los tres juntos – propuso Taehyung haciendo una cara horripilantemente pervertida, rieron y comiendo hasta que el botón del pantalón no pudiera más.

Fue después del postre, mientras esperaban la cuenta, que escucharon como las personas de unas mesas atrás comenzaban una discusión, siguieron sin prestar atención hasta que el estruendo de un plato cayendo al piso llamó la atención de la poca gente que había, y luego un llanto de bebé. Fue ahí que Jimin se atrevió a voltear y pudo ver a Yoongi de pie en aquella mesa disculpándose con el mesero, uno de los mayores que lo acompañaban lo sostenía del brazo, pero Yoongi esperó hasta que el mesero se retirar para zafarse de modo brusco. Jimin se puso alerta.

Su padre, el hombre es padre de Yoongi.

En la mesa permanecía sentado un tercer hombre con un pequeño en brazos, Yoongi lo señalaba de vez en cuando, pero sus palabras ya no llegaban a oídos de otras mesas.

– Vámonos, Jimin.

Taehyung alzó la mano para pedir que se apresuraran con la cuenta que había pedido y que no llegaba. Conocía a Jimin y no quería meterse en una pelea.

Al parecer todo se calmó, Yoongi tomó asiento de nuevo y ahora fue el turno del acompañante del padre en hablar, Yoongi negaba con la cabeza.

– Jimin, por Dios, vámonos. Todos están viendo lo chismoso que eres.

– No... – Jimin aprendió ciertas cosas en el poco tiempo que estuvo con Yoongi y una de ellas era la manera en que movía el pie derecho cada que se sentía abrumado por algo, y Yoongi abrumado no era precisamente silencioso, era violento. Sabía que el pálido estaba a punto de perder los estribos ante lo que sea que le estuvieran hablando.

– ¡Jimin, vámonos! – Taehyung insistió, Jaewon sólo permanecía callado viendo la mesa, sin querer meterse.

– Lo va a golpear.

Jimin se puso de pie y reunió todas sus fuerzas para caminar hasta la mesa del problema, Yoongi sostenía el mantel en un puño apretado, de pronto se vio de nuevo en aquella playa con un Yoongi completamente fuera de sí. Había un bebé, había personas y Yoongi podría estar en problemas si de pronto comenzaba a tirar todo y golpear a su padre.

Dio los últimos pasos para ser notado por las personas en aquella mesa.

Yoongi

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Yoongi

Hace un par de días pude ver a mi padre, se veía... feliz. Iba con el culpable del rompimiento de mi familia y un bebé los acompañaba, ¿realmente hizo una vida completamente nueva? Sentí incomodidad, pero no hacia su familia, sino, hacia el lugar en donde estaba. Como si de pronto yo quisiera ser el pequeño al que sostenían de la mano y saltaban las líneas de la banqueta.

Los seguí un poco, tratando de ver a mi padre sin sentirme aplastado por un pasado que nadie borraría de mi mente, tratando de darme la oportunidad de volver a cruzar siquiera un par de palabras con él, quizá un "¿cómo has estado?".

Ah... en momentos como este es donde me doy cuenta que Youngji tiene razón, lo que siento por las personas homosexuales, no es asco, es tristeza. Como si yo fuera lo suficientemente débil para que no les cueste trabajo alguno dañarme y mis instintos salen a la luz proyectando asco y un comportamiento pésimo como autodefensa.

Siempre peleábamos por eso. Luego la abrazaba y le pedía tiempo, calma. Pero a veces... a veces sentía que ella se cansaba de mi mente tan desastrosa.

Igual siempre estaba ahí conmigo, alentando a que viera a mi padre, desaparecer el rencor y sentir menos peso sobre mis hombros.

Tomé un taxi a casa mientras buscaba el numero de mi padre que un día mamá mandó por mensaje cuando él llegó a Corea.

"Hablemos".

Sólo eso le escribí.

Y ahora estaba en camino a un restaurante para poder charlar con mi padre, o al menos tratar. Tratar de verdad. 








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Valium // YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora