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– Y jugo de naranja.

Jimin termina de poner todo el desayuno en la mesa. Pan francés con fresas, huevos estrellados sobre carne de res, jugo de naranja y café.

Había despertado a las cinco de la mañana, Jay estaba recostado a su lado, sobre las cobijas. Jimin había suspirado mentalizado de lo que pasaría luego de Hyunjin, y lo que menos deseaba era que las cosas quedasen amargas entre él y Jay fuese la decisión que fuese.

Se levantó con cuidado y tapó a Jay para que siga durmiendo, entonces se adueñó de la cocina, no sabía si podría estar ahí de nuevo.

Con la mesa puesta y los ánimos arriba, aunque muy en el fondo quería llorar, tocó la puerta del cuarto de Jay para despertarlo. Se necesitaron unos dos minutos antes de que Jay saliera con una sonrisa apenada, misma a la que Jimin negó.

– Sólo vamos a desayunar, no necesitamos hablar nada en este momento, ven.

El bajito toma del brazo al abogado y lo guía hasta la mesa, el estomago de Jay gruñe. Ambos toman asiento frente a frente y se disponen a dar el primer bocado.

– Por primera vez el pan está dorado y no quemado, me impresionas, Park.

Jimin ríe por el comentario de Jay, si este supiera que se comió al menos dos panes que se quemaron para eliminar evidencias de su desastre.

El desayuno trascurrió bien, como si nada hubiese pasado el día anterior y esto ambos lo agradecían. Aunque debían hablar, las cosas estaban un poco claras.

Una vez los trastes limpios y la cocina impecable, tomaron asiento en el sofá, Jimin tenía que volver a casa y rompió el hielo de la próxima charla.

– Yo... puedo llevarme mis cosas de una vez si gustas, no quiero ser un problema y...

– Jimin, está bien, no estás siendo desalojado ni te estoy corriendo de mi vida, ¿estoy confundido? Sí. Y creo que lo entiendes porque Jimin –El más alto de pone de pie y toma las manitas de Jimin, le dedica una mirada cómplice– Tal vez la palabra "amar" es demasiado, pero para ti Yoongi sigue teniendo la misma importancia y para mi Hyunjin también. Mucho tiempo hemos sabido el porqué estuvimos juntos y Jimin te amo, y mis sentimientos hacia ti son reales, pero creo que a veces el amor

– Es diferente –interrumpe Jimin– A veces el amor es diferente y se sabe cuándo tienes esa sensación de que no encontraras aquel cosquilleo en alguien más. ¿No? Incluso si el amor que les tenemos es muy viejo, básicamente amamos un pasado de ellos porque ahora son personas diferentes que han pasado por situaciones que le s hacen diferente a como los conocimos, aun así, siguen siendo dueños de una marca en el pecho.

Jimin sonríe tranquilizando a Jay, se entienden y Jay responde a la sonrisa de la misma manera

– Y sabes tanto como yo que nosotros no nos vamos a alejar del todo por esto.

– Brincos dieras, Jay. Sólo aclaremos nuestro corazón y veamos qué pasa. Y espero que ambos seamos felices, pero ya no somos los de hace un año que a pesar de amar a alguien más fingieron amarse entre ellos. Hay asuntos pendientes por cerrar y lo merecemos.

– No lo pudiste decir mejor, Jimin. Es momento de avanzar.

La charla cerró con un gran abrazo, uno fuerte que le cortó la respiración a Jimin, se miraron los labios, pero nadie se atrevió a dar el último beso.

Jimin salió de aquel departamento que le hizo vivir el sueño de relación perfecta y bajó por las escaleras decidiendo que no podría soportar la sensación del elevador. Al estar fuera el frío azotó contra sus mejillas rompiendo las barreras del llanto, sus ojos se llenaron de lágrimas, pero aguantó, no quería llorar, era por su bien, por el bien de ambos. ¿Para qué se mentían más?

Siguió caminando un par de cuadras, mientras arriba, en el sofá Jay se preguntaba si correr tras de Jimin. Descifrando sus sentimientos y lo feliz que se sentía a su lado en todos los aspectos, si corría tras él no había marcha atrás, Hyunjin era su pasado y su pasado partía hoy de vuelta a Jeju.

Dio un salto para ponerse de pie y en menos de un minuto ya estaba sobre su auto manejando en la misma dirección en la que se había ido Jimin.

–         ¿Te dejo en la avenida? No quiero dar toda la vuelta

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– ¿Te dejo en la avenida? No quiero dar toda la vuelta.

Taehyung odiaba cuando Yu jodía de esa manera. Habían tenido sexo, aunque Taehyung se había prometido de no hacerlo más, incluso intentó evitar verlo cuando le mandó un mensaje pidiendo por verse. Había sucumbido y aquí estaba saliendo de un motel a media noche con el estúpido de Yu queriendo dejarlo a 20 minutos caminando de su casa.

Él mismo aceptaba ese trato, ¿cómo mierda iba a quejarse? De camino al motel Yu parecía más interesado en él, casi como si de verdad empezara a sentir algo por Taehyung y pensara en dejar todo por él, pero no era una maldita película, era sólo el buen trato antes de tener sexo.

Yu incluso había preguntado en el auto si realmente quería ir, que, sino podían cenar algo incluso, pero Taehyung se sentía con la obligación de. De ir y abrirle las piernas.

Quería llorar, se sentía humillado y utilizado. Una maldita ramera.

Cuando llegaron a la avenida Yu paró el auto y Taehyung bajó con lágrimas en los ojos prometiendo no volver a subir en esa porquería mientras abría el chat de Yoongi.

No podría llegar a casa sin derrumbarse en llanto en plena calle.

Quería morir, quería limpiarse, se sentía asqueroso. Un par de letras escritas y sus dedos se detuvieron cuando divisó la calle concurrida de autos frente a él. Su corazón se apachurró y sus manos apretaron el móvil. Negó para sí mismo, terminó de escribir el mensaje a Yoongi, con la ubicación adjunta y siguió por el camino que creyó más seguro. 

Valium // YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora