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Jimin estaba más que consiente del tipo de relación que tiene con Jay. Sabe que sólo son un apoyo para el otro. Vamos, Jay nunca se lo ha dicho en palabras, pero Jimin lo sabe, sabe que Jay tiene a alguien en su corazón, porque más de una vez lo encontró ebrio y mirando a la nada, o llorando muy en un volumen muy bajito, al menos no fue lo suficientemente bajo para que el curioso Jimin no lo notase.

Y prefería no preguntar. Si Jay no estaba listo para contarle, lo entendía.

La ultima clase del día termina y va caminado por los pasillos, su forma de vestir cambió sólo un poco, un estilo un poco más maduro, sin dejar de lado sus gustos hermosos.

– Hola Jimin – Bobby se une a él en su camino a la salida.

Bobby es el único amigo que hizo durante este año, pues realmente no le interesaba hacer amigos, pero Bobby llegó solito y no pudo evitarlo.

– Hola, ¿el señor Lee recibió tu tarea?

– Ni siquiera me dejó entrar a su clase, creo que necesito unas Pringles.

– ¿Me pides acompañarte a comprarlas o le avisas a mi bolsillo que tendrá un asalto?

– La segunda opción suena perfecta.

Ambos ríen. Bobby jala del broche de Jimin en un intento de molestarlo, Jimin le da un golpecito.

Usaba el broche que le dio Yoongi.

Poco después, ya se encontraban sentados esperando al próximo autobús, Bobby comiendo feliz sus papas mientras recarga su cabeza en el hombro de Jimin y a veces le acerca una papa mordida a la boca, la que Jimin acepta con gusto.

– ¿Tu daddy no viene por ti hoy?

– ¡No es mi daddy! Es mi jefe y compañero de departamento.

– El sueño de cualquier secretaria.

– Eres un imbécil. No sé por qué te quiero mucho.

– Lo extraño sería que no lo hicieras.

Ambos se levantaron como resortes al ver el autobús llegar, corren hasta atrás, ya que los asientos van en alto y es más divertido, según Jimin.

– En un mes vuelvo a Daegu.

– Traducción: en un mes me olvido de ti.

– Eso no pasará, tonto.

Bobby alza los hombros y vuelve a acomodarse sobre Jimin para tomar una siesta mientras llegan a sus respectivas paradas.

Jimin estuvo en el departamento de Bobby un par de horas, jugaron, hablaron de Taehyung, el crush imposible de Bobby y cuando se hizo demasiado tarde, Jimin volvió a casa.

Juega con los palillos sobre el plato vacío, Jay tuvo una junta y no pudo cenar con él, aunque le agradecía, pues Jimin quería pensar un poco.

Su enamoramiento con Yoongi no fue duradero, y para muchos sería algo fácil de superar. Y sí, Jimin tardó un par de meses para dejar ir aquella experiencia, y no es que sus sentimientos no fuesen verdaderos, simplemente no había demasiado qué hacer ni una maquina del tiempo para volver atrás. Y aunque la hubiese, quizá Jimin no la hubiera ocupado para decir la verdad, mas bien hubiera evitado ir a aquella carpa.

Porque el Jimin de hace un año y unos cuantos meses, era cobarde.

Suspira, le queda un mes antes de volver a casa con sus tíos y la universidad.

Extrañaba a Taehyung y a Jaewon, ¿cómo no hacerlo? Son chicos excelentes.

La ultima vez que lo vio fue hace ocho meses, vinieron junto a Gray. Hicieron pizza, bebieron un poco y rieron hasta que el ultimo cayó dormido.

Pone los platos sucios en el fregadero y se queda pensando mientras se cruza con su reflejo en la puerta del microondas. Sonríe con tristeza. Sus deditos acarician el broche que sostiene un mechón de cabello. Las flores están a punto de despegarse del broche metálico

– Seguramente Jay debe tener algo para poder pegarte.

Hurga en todos los cajones de la sala, de la cocina, baños y su propio cuarto, pero no encuentra nada que pueda servir, y duda que a la una de la mañana encuentre una tienda abierta. Espera un poco a Jay para preguntar, pero es muy tarde y piensa que no será malo si busca un poquito en el cuarto de su compañero.

Abre la puerta con cuidado, todo ahí está pulcramente ordenado y bonito. Huele a él y a Jimin le encanta su esencia tan varonil.

– Si fuera un abogado muy ordenado, ¿en donde guardaría el pegamento?

Comienza echando un vistazo al escritorio, y al menos a la vista no hay. Se pone de cuclillas para abrir uno por unos los cajones, una bolsita tornasol roba su atención, y Jimin no puede resistirse a ver lo que hay dentro.

– ¿Jimin?   

Valium // YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora