Valium // YM

23

– Gracias por venir, Yoongi.

Jiyong rodea con los brazos el cuerpo de su hijo y lo aprieta un poco en un abrazo que sustituye a todos los "te extraño" que nunca pudo decirle. Para ese punto, Yoongi comenzaba a sentirse incomodo, quería llorar, ¡era su padre! La persona que, cuando era pequeño, era su ídolo, ante sus ojitos: la persona más genial del mundo. Inseguro corresponde al abrazo y pone la distancia nuevamente luego de unos segundos.

– Entremos, quiero que conozcas a alguien.

– No vienes solo – acusa Yoongi sin moverse ni dar señales de querer entrar al restaurante.

– No, él también quiere verte, y queremos que conozcas a....

– Claro – interrumpe Yoongi – es la familia que no puedes dejar sola. Está bien, sólo vamos y ya.

Jiyong lo mira con culpa, no sabía si Yoongi aceptaría verlo nuevamente, por eso quería que conociese a Jiyul, que viera a Seungri. Sentir su familia completa, aunque sea por una tarde.

Entran al lugar, va detrás de Yoongi y le impresiona lo grande que está, el hombre que se está convirtiendo dejando atrás al pequeño que se escondía detrás de las personas. Sus pensamientos son cortados abruptamente cuando choca con la silla de un chico, se disculpa y se apura para llegar con Yoongi a la mesa. De pronto el ambiente se siente pesado y Yoongi no puede evitar ver con resentimiento a la persona que su mismo padre le había inculcado decir "tío".

– Yoon – Seungri rompe el silencio, la sonrisa que aparece en su rostro asquea a Yoongi, quien saluda moviendo la cabeza y tomando asiento. La mesa en redonda, aun así, Seungri queda de frente a él, el bebé sentado en una silla para infantes queda de su lado derecho y al izquierdo toma asiento su padre.

Nadie sabe qué decir hasta que el mesero llega y minutos después vuelve con la comida, agradecen y el silencio se adueña del momento nuevamente.

– Es... ¿su hijo? – pregunta incomodo señalando al bebé. Ambos adultos asienten, Seungri limpia las comisuras de su boca antes de hablar.

Queriendo parecer educado, pero no fuiste bastante educado jodiendo a mi padre en la casa de su familia, hijo de puta.

– Lo adoptamos hace poco más de un año, nos costó mucho trabajo adoptar.

– Me imagino – Yoongi no estaba seguro si realmente lo quería decir con tono burlón. Seungri prosigue sin dejarse intimidar.

– Luego llegó Jiyul con un mes de nacido, nos aferramos a él.

Yoongi no estaba seguro si el hecho de que fuera sano para el bebé crecer con dos padres, pero no dijo nada y se llenó la boca con agua. El ambiente comenzaba a fastidiar, nadie decía nada, su padre a veces le sonreía mientras seguían comiendo y el bebé le invitó un pedazo de galleta, la que Yoongi aceptó bastante incómodo.

– Estaremos un tiempo largo en Corea, Yoongi. En casa... si tú quieres, tenemos una habitación libre.

– No lo sé, igual gracias.

Ya quería irse, fue mala idea, mala, muy mala idea. Sentía ansiedad, se sentía presionado, mal.

– Por favor, Yoongi. Podemos pedir pizza, ver películas.

– He dicho que no – el pálido azota el tenedor en el plato, el bebé se le queda viendo y se siente culpable por arruinar todo, respira profundo y sus dedos se entierran en el muslo derecho, conteniéndose – Lo siento.

– Está bien, estoy siendo muy brusco, perdón hijo.

"Hijo", ¡já!

– No estoy listo para verlos... juntos. Besarse y esas cosas.

– Pero es mi esposo, Yoongi – Jiyong pone la mano sobre la de Yoongi, este la aparta de un manotazo. Su límite había sido cruzado.

– Es bastante jodido que me pidas compresión hacia tu "esposo" ¡cuando desde pequeño me enseñaste a decirle tío! – se pone de pie y pone en alerta a la pareja – Accedí verte porque pensé que podría intentar oírte, escuchar tus explicaciones, pero esto – señala a Seungri y al bebé – es demasiado para mí.

– Yoongi – lo detiene Jiyong poniéndose de pie, en el proceso un plato cae y se dan cuenta que ahora son la atención de todos en el lugar. Su padre no lo suelta, un mesero llega para recoger el desastre y Yoongi se disculpa.

El bebé llora y Yoongi se pone aun más de nervios.

Me quiero ir, me quiero ir, me quiero ir.

Se deshace del agarre en su brazo y toma asiento nuevamente, ahora apenado.

– Dame tiempo, déjame solo. Fue demasiado pronto.

Justo cuando se va a poner de pie nuevamente, su padre no lo deja.

– Dijiste que querías explicaciones, dime de qué.

Y si Yoongi pensó que sus límites se habían roto, estaba equivocado, ahora sí que estaban rotos.

El hecho de que su padre preguntara sobre qué debe dar explicaciones, ¡quizá podría explicarle por qué jodida razón estaba teniendo relaciones sexuales en su propia casa! En el mismo maldito sillón en donde se sentaban a ver partidos de baloncesto juntos o tomaban siestas matutinas compartiendo la manta de Spiderman, ¡quizá podía explicarle por qué no lo buscó hasta ahora!

Me quiero ir, me quiero ir, me quiero ir.

La voz dentro de Yoongi suena cada vez más angustiada, sus puños se aprietan, debe contenerse, debe poder salir de ahí.

– Sobre por qué nos dejaste. A mamá y a mí... A mí.

– Yoongi – se mete Seungri en la charla – sé que debió ser difícil...

– No, en realidad fue jodidamente fácil que de un día a otro mi padre desapareciera de mi vida sólo para poder acostarse contigo.

El odio en las palabras de Yoongi eran impresionantes, Jiyong pudo notar lo mucho que su hijo se estaba conteniendo, tocó su mano y Yoongi lo apartó de un golpe.

– ¿Alguna vez nos amaste, a mí y a mamá, como lo amas a él? – señala a Seungri.

– Yoon...

– ¡Responde!

– A Seungri lo conocía de años antes, tu madre resultó embarazada y estuve con ustedes, realmente intenté que fueran felices, pero...

– Pero tú no lo eras.

Mequieroir,mequieroir,mequieroir,mequieroir mequieroir.

– ¿Yoongi?

Una mano se posa en el hombro e de Yoongi, el pálido voltea y ve a Jimin como su única salida. Se levanta de la mesa y jala a Jimin con él hasta salir del restaurante. 

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