Segunda temporada de PARACETAMOL.
¿Qué tan rápido se olvida una mentira?
¿Qué tan rápido un golpe deja de doler?
¿Qué tan rápido se puede dejar de amar?
₊˚✧
(!) Es importante que lean la primer temporada.
Taehyung nunca le había agradado, ni pensaba en algún día cruzar palabras con él, pero aquí estaba Min Yoongi. En la enfermería escolar sentado a un lado de la camilla de Kim.
Necesitaba que despertara cuanto antes y confesara que él inició la pelea, o Min tendría un reporte. La enfermera solamente jugaba algo en su celular sin prestar demasiada atención.
— Esto es una locura — susurra Yoongi.
A su lado está el carrito de curación, una vez leyó que darle oler alcohol a un desmayado era malo, sin embargo, podía poner un poco en su nuca.
Sin meditarlo siguió las instrucciones que recordaba, y al no recibir respuesta alguna, puso un algodón empapado de alcohol cerca de las fosas nasale de Kim.
— Buenos días.
Min vuelve a su asiento rápidamente, no conoce al tipo qur entró, pero luego se identifica como coordinador de Kim y comienza a quejarse del chico.
— Es un desastre el pobre. No hace los trabajos, no participa en clase y está ausente la mayoría del tiempo, todos sus maestros lo ven como una carga, luego de esto quizá no dure mucho aquí.
— No es buen momento para ser buena persona, Yoongi. No lo es. No tienes por qué hacerlo — murmuraba para si mismo el pálido — ni siquiera te agrada.
Mierda.
— En realidad... — comienza a hablar Yoongi interrumpiendo a los mayores — Yo fui quien lo golpeó primero, él quiso defenderse y es todo.
Tuvo que dar una declaración por escrito sobre lo sucedido, claro que omitió y arregló algunas cosas. El coordinador se fue y la enfermera siguió con su móvil.
A Taehyung se le estaba poniendo terrible el pómulo golpeado.
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Despertar en la enfermería no fue sorpresa. Sabía que hace mucho tiempo estaba a punto de colapsar, quizá era momento de regresar con sus padres, estudiar en línea. Visitar a un psicólogo.
Su rostro dolía horrores.
Camina hasta la parada de autobús, quiere llegar pronto a casa y dormir lo que resta del día, o buscar qué fue lo que le llevó a ese punto que parecía no tener retorno.
¿En dónde había guardado su alegría? No la encontraba.
Suspira.
— Te salvé de una grande, Kim.
Yoongi se para a su lado.
— No te lo pedí.
Taehyun responde seco.
— Te iban a expulsar, tus maestros no te soportan Kim.
— ¡Hubieras dejado que lo hicieran! — Taehyung se rompe, en lágrimas, en enojo, frustración — ¿Es que no lo ves? ¡Estoy cansado de todo! Nadie ve ni una mierda
Kim toma asiento en la banca de espera del bus. Sus hombros se sacuden por el llanto que lo ha invadido.
— Ten.
El pálido le ofrece una bolsita de pañuelos. Taehyung tembloroso lo acepta.
Yoongi no sabe si es buena idea dejarle solo frente en la calle. Tal vez se aventaría contra algún auto y su conciencia le pesaría si este tonto chico muere. Y se ve un poco en él. Cuando de pronto todo es demasiado y te rompes.
Se acerca solamente un poco y da exactamente dos palmadas en la cabeza del chico.
— Es una mierda salir de la burbuja, ¿no? — Kim no lo mira pero pone atención — darte cuenta que todo es un asco. Que solamente estás.
— A veces ni siquiera siento que esté, Yo...
El autobus llega, Kim busca su tarjeta en el bolsillo y se levanta para subir, Min lo sigue.
Ambos pagan y Taehyung se va hasta el final, Min no se sienta a su lado, pero si en el asiento vacío frente al chico.
— Necesito que llegues vivo a donde sea que vayas o por esto — señala la carne morada en el rostro del menor — seré un sospechoso. Ah... Taehyung deja de llorar. La gente nos mira.
Pero Taehyung llora un poco más.
El pecho de Min se estruja al ver al pobre. Incluso huele a tristeza.