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Jungkook y Taehyung le contaron a Jaewon y a Jimin lo que había pasado en el que fue trabajo de Taehyung. Jimin invitó a Jungkook a comer con ellos luego de las clases, como agradecimiento.

El día pasó rápido, y fue pesado. Jimin estaba cansado y extrañaba a Jay esperando por él listo para ir a la oficina. Extrañaba comer con Jay. Follar también.

- ¡Jimin!

El mencionado volteó buscando la fuente de aquel grito. Al no ver a nadie conocido siguió su camino junto a los chicos.

- ¡Jimin!

Esta vez voltearon todos y vieron a Youngji corriendo hasta ellos, con... ¿Yoongi?

Taehyung se aferró al brazo de Jimin cuando la pareja estuvo frente a ellos.

- Youngji, hey.

- ¡Jimin! Al final... ¿Cómo te fue con tu chico?

Jimin se sintió observado por todos los presentes, Yoongi permaneció ahí, ausente de todo, bastante confundido. Al igual que Jimin.

- Oh, él... Cuando llegué a casa él estaba ahí.

- Y aquí.

Expresó Taehyung sorprendido.

Jimin volteó enseguida, vio a Jay ahí parado luciendo perfecto como siempre. Pero esta vez aquello, lo físico, no era la cima de la emoción que sintió Jimin al verlo. Su presencia, que estuviera allí fue lo que hizo que el cuerpo de Jimin se estremeciera. No lo pensó dos veces, corrió hacia su abogado enseguida se colgó de su cuello.

- ¿Qué haces aquí? Debías estar en...

- Supe lo que pasó... ¿Estás bien?

Jimin asintió antes de robar un beso a esos labios que pensó no vería hasta dentro de unos meses. Jay correspondió al beso feliz de tener a su niño cerca, aunque sólo se habían distanciado unas horas.

Jay enfocó al fondo, Taehyung alzaba la mano saludando, bastante animado.

- ¿Estabas con Yoongi?

Jay de pronto estaba serio. Sus manos apresaron con más posesión a Jimin.

- Es... Una historia larga.

Jay invitó a todos los amigos de Jimin a comer por ahí. Claro que Yoongi y Youngji no fueron.

Mientras esperaban la orden en McDonald's, le contaron con lujo de detalle lo que había pasado. Jimin lloró en los brazos de Jay contándole que su broche había quedado arruinado, Jay le pidió que no llorar, que le compraría otro.

Jimin lloró porque no quería otro. Quería ese que había salido del corazón de Jay comprarle.

Los otros tres chicos en la mesa estaban felices de la manera en que Jay y Jimin comenzaban a mirarse, y, aunque Jungkook no entendiese mucho: podía sentir la conexión.

La tarde fue amena, entre risas y papas fritas los amigos de Jimin desearon que nada acabace con la felicidad y seguridad con la que el abogado cubría a Jimin. Como si fuese una manta calientita y suavecita.

Jay pasó a dejar a cada chico a su respectivo hogar, se detuvo afuera del de Jimin. Jimin hizo maniobras para poder sentarse en el regazo de Jay y acurrucarse en su cuello.

- Debo volver esta noche. Cuando supe lo que pasó vine de vuelta enseguida. Los chicos pueden encargarse perfecto de todo, pero hay cosas de las que debo encargarme - mientras habla, Jay peina el cabello de Jimin con mucha suavidad.

- Está bien... - Jimin aspira el aroma natural tan varonil que desprendía su abogado. Frotó su nariz gustoso.

Las palabras no eran necesarias. Se abrazaron por mucho tiempo, se besaron con ternura y añoranza. Las manos de Jay estaban en donde pertenecían naturalmente: el trasero de Jimin. Y las manitas de Jimin acariciaban el pecho bien formado de su abogado. Con el paso de los minutos, las ventanas se empañaron mientras Jimin subía y bajaba emoalandose sobre Jay. Cualquiera podría saber exactamente lo que pasaba dentro, pero eso aumentaba la excitación de ambos en vez de asustarlos.

Luego de que ambos llegaron a un precioso, y liberador, orgasmo, Jay permaneció dentro de Jimin mientras se terminaban de despedir con palabras bonitas entre besitos.

Cuando Jimin ingresó a su casa, con la mochila tapando su abdomen manchado de semen, subió corriendo evitando a sus tíos a toda costa. Mientras preparaba el baño para tomar una ducha larga, guardó el broche de Jay junto al de Yoongi.

- Este es ya muy viejo, Minnie - quita el broche que ocupaba lugar en la cabellera de Jimin, y voltea para tirarlo en el cesto de basura. Jimin da un respingo; sin embargo, no dice nada. Deja que Jay manipule su cabello, eligiendo un mechón y colocando el broche con cuidado. Nada que ver con la forma de Yoongi

Jimin sonríe por el recuerdo de aquella noche. Muy por dentro se había molestado por la forma en que Jay se había desecho del broche, pero luego Jay y él tuvieron otras cosas para entretenerse, así que Jimin tuvo que esperar.

Jay estaba agotado física y mentalmente, había caído dormido al instante. Jimin, sin embargo, esperó hasta asegurarse que no iba a despertar nuevamente por un rato. Se había levantado y salvado al broche de Yoongi entre los restos de basura. Al final era a lo único de él que se podía aferrar.

Las pequeñas cosas siempre cautivaban a Jimin y sonriendo se durmió usando el pasador despintado y pequeño que Yoongi le había dado esa tarde.



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Valium // YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora