Taehyung estaba consciente de que su vida nunca sería de protagonista. Jamás le pasarían cosas interesantes, o que valiera la pena contar.
O quizá era un poco pesimista.
Tres meses después de Jeju, todavía tenía contacto con Dean, hasta que este dejó de responder. Y Taehyung se culpaba, aunque no había dicho absolutamente nada malo, no podía evitar culparse por ser raro, o no ser interesante.
Taehyung siempre había disfrutado mucho de pasar sus días encerrado leyendo, dibujando o haciendo cualquier cosa que no tuviera nada que ver con salir a la calle.
Se sentía observado, sentía que lo juzgaban, que se reían de él.
Luego conoció a Park Jimin, su mejor amigo. Jimin era bienvenido a casa siempre, su mamá le adoraba y le daba permiso para que sus paquetes llegasen a casa. Y Taehyung no tenía ni un sólo problema con eso. Era hijo único, la compañía de Jimin era tranquilizadora, divertida, cálida.
Jimin podía tener miles de problemas, pero siempre terminaba siendo querido por la gente a su alrededor. Taehyung también, pero él tenía una etiqueta que decía "raro" y Jimin una que decía "adorable".
Pero no le molestaba, ni incomodaba. Quien quiera estar, va a estar.
Aunque ese era su pensamiento en el instituto. En la universidad, estaba hambriento por comerse el mundo a cada paso, hacer amigos, ir a fiestas, conseguir un novio, ser el mejor de su clase y comenzar a trabajar para pagar un curso de idiomas en el extranjero.
Ah... Taehyung lo planeaba tan fácil, sin saber lo que era la realidad.
Ya hacia tiempo, sabía que iría a la universidad de Daegu. Sus padres tuvieron su primer departamento de recién casados en ese lugar, y no lo habían vendido. Taehyung ya quería disfrutar su nueva vida como un alumno excelente e independiente.
Les concedo el permiso de reírse en la cara de Kim. La vida misma lo hizo.
Cuando supo que Jimin estaría en Daegu a fin de cuentas, se puso feliz. Imaginaba tardes y noches enteras con risas, helado, películas y música hasta altas horas de la noche.
Pero Jimin se ocupó con sus propios asuntos.
Y tampoco hizo amigos, y sus calificaciones no eran las mejores de la clase.
Entonces llegaba a casa, dejaba sus cosas en la entrada, hacía su tarea y pasaba el resto del día molestando por mensajes a Jaewon, amigo que hizo gracias a Jimin, y viendo recopilaciones de vídeos de risa.
Hasta que despertar se hizo tedioso, y cumplir con la rutina de siempre era exhausto. Emocionalmente.Fue un día en el centro comercial, cuando estaba comprando calcetines, que vio un anuncio, buscaban empleado. Sin pensarlo aplicó para la selección, y la pasó con un buen puesto.
El sábado a primera hora, le mandó un mensaje a Jimin presumiendo su puesto. Se dio un buen baño, se vistió bajó las reglas de la tienda, pero sin dejar de lado su buen gusto. Y llegó despampanante, feliz. Le presentaron a sus compañeros, aprendió un poco de lo que haría.
Pasaron tres horas y era un Taehyung completamente diferente al que llegó.
Quería llorar.
Nadie le hablaba, sus píes dolían y sólo quería a su mamá.
Su escape más cercano, fue el baño, al que no dudó en correr. Saludó con una sonrisa al chico, compañero de trabajo, que estaba ahí y se encerró en un cubículo.
De pronto todo se volvió oscuro.
¡El hijo de puta le había apagado la luz!
Y esta vez un par de lagrimitas salieron de sus bellos ojos. Le escribió tres mensajes más a Jimin. Pero el mensaje de la mañana seguía marcado como no leído.
Entonces le llamó a Jaewon y este prometió ir con él a la hora del descanso.
Faltaban tres jodidas horas.
Salió del baño con la cabeza en alto. Caminando hasta su lugar entre la ropa de embarazada y la de señora aburrida.
Taehyung realmente disfrutó de poder aconsejar a las señoras qué ponerse, qué color usar, qué cortes y ayudarles a buscar tallas, o en su defecto, prendas parecidas de su talla. Había acomodado todo de manera perfecta, juraba que era el mejor pasillo de la tienda. Entonces su hora de descanso llegó y salió casi corriendo en busca de Jaewon, quien lo recibió en brazos. Entonces Taehyung explotó en lágrimas.
Cuando volvió todo era un desastre terrible de ropa aventada por cualquier lugar.
Al siguiente día no volvió.
El lunes por la mañana Jimin respondió un "ASDHYDHFJVKKGHD".
Y no se volvió a tocar el tema.
Había dejado de hablar con Jimin, al menos ya no tanto como antes. Jaewon siempre era un chico ausente, tranquilo y que se perdía por ahí haciendo quién sabe qué.
Entonces Taehyung pasaba tiempo en su casa. Dibujando, cantando o masturbándose.
La soledad era un monstruo que abrió la boca bien grande para tragarlo por completo.
ESTÁS LEYENDO
Valium // YM
FanfictionSegunda temporada de PARACETAMOL. ¿Qué tan rápido se olvida una mentira? ¿Qué tan rápido un golpe deja de doler? ¿Qué tan rápido se puede dejar de amar? ₊˚✧ (!) Es importante que lean la primer temporada.