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Yoongi se levantó por inercia, y sus amigos lo miraron expectantes, curiosos por saber cuál sería su siguiente movimiento. Min solo los observó, alzando una ceja con indiferencia, restando importancia a la situación.

—Voy al baño —dijo, intentando sonar casual.

Pero definitivamente, ese corazón acelerado, esos sentimientos confusos y la mente nublada no eran signos de tener que ir a hacer sus necesidades. Y menos cuando sus pasos lo dirigían hacia la misma dirección en la que se había ido Jimin. Mientras caminaba, intentaba ignorar la forma en que su mente creaba escenas de lo que podría estar sucediendo. Cada vez que pensaba en Jimin y Yu juntos, algo en su estómago se revolvía. No entendía bien por qué. ¿Acaso no había sido él quien decidió poner un límite entre ellos?

Llegó a la puerta principal, ya cerrada, y se detuvo un momento, apoyando una mano en el marco. Miró alrededor, pero no pudo ver a nadie. Jimin y Yu no estaban a la vista. Dejó escapar un suspiro frustrado y decidió subir las escaleras, movido por una necesidad que no lograba comprender. Se detuvo en la parte superior, observando todas las puertas abiertas, sin ningún indicio de que alguien estuviera allí. El vacío de las habitaciones hizo eco en su interior, obligándolo a enfrentar lo que estaba haciendo.

"¿Qué estoy haciendo?" se preguntó. ¿Por qué le importaba tanto? ¿Y qué si Jimin intentaba algo con alguien más?  Esa pregunta se quedó colgando en el aire, incomodándolo.

Con una sacudida de la cabeza, bajó las escaleras rápidamente, sintiendo que su razonamiento volvía a él. Estaba siendo irracional. Pero justo cuando faltaban unos pocos escalones para tocar el piso, se encontró de frente con Jimin, quien lo miró con una expresión de duda.

—¿Qué hacías arriba, Yoongi? —preguntó Jimin, entre curioso y sorprendido.

Verlo fue un alivio inmediato. Yu no estaba pegado a él, y Jimin lucía sereno, con todas sus prendas en su lugar. No había rastros de que algo hubiera ocurrido entre ellos. Yoongi aprovechó los pocos segundos que le tomó bajar los últimos escalones para inventar una excusa.

— ¿Y tú? ¿En dónde estabas?

Se arrepintió al instante de haber hecho esa pregunta, que sonó más a un interrogatorio. Pero, afortunadamente, a Jimin no le importó mucho. Le sonrió y lo tomó de la mano, jalándolo hacia la sala con entusiasmo.

— ¡Tengo una cita!

Yoongi sintió que su corazón se detuvo por un segundo. El mundo pareció hacerse más pequeño alrededor de él. Jimin sonreía con tanta emoción que no pudo evitar reflejar en su rostro lo que sentía: una mueca incomoda, envidiosa y seca.

—¿Con Christian? —preguntó, apretando los dientes mientras trataba de mantener la compostura.

Jimin asintió efusivamente.

—Sí, con Christian. 

Yoongi sonrió, aunque el gesto le costó más de lo que le gustaría admitir.

—Genial —dijo, esforzándose por sonar amable.

Ambos siguieron caminando hacia la sala. Yoongi no podía dejar de pensar en lo extraño que se sentía esa sonrisa en su rostro, una que no parecía conectarse con lo que realmente estaba sintiendo por dentro. Se unieron a las pocas personas que quedaban en la fiesta: Namjoon, Jin y Taehyung. Jungkook ya se había marchado alegando que estaba fastidiado, aprovechando que Jeongin lo había invitado a irse en su moto.

Mientras Jimin contaba lo de su cita, Yoongi luchaba por no mostrar su incomodidad. Las palabras del menor parecían rebotar en su mente, retumbando con fuerza. Quería estar feliz por él, pero algo dentro de sí mismo lo mantenía inquieto. Quizá era el hecho de que, aunque había sido él quien había puesto los límites, no esperaba que Jimin avanzara tan rápido.

Por otro lado, Jimin no podía evitar notar que algo en la reacción de Yoongi no cuadraba. Pensó que tal vez Taehyung sería más comprensivo y podrían tener sesión de chisme más tarde.

—Gracias por venir y por la sorpresa. Me siento muy feliz —dijo Jimin, abrazando a Jin, quien respondió con un gesto cariñoso.

—Somos tus amigos, sería estúpido olvidarnos de cosas importantes —respondió Jin, aunque su tono serio no fue notado por Jimin. Quizá un pequeño ataque que no llegó a ser comprendido. 

—Pueden quedarse si quieren. Vamos a descansar —continuó Jimin mientras apagaba las luces del patio—. Mañana yo me encargo de todo esto —dijo señalando el desastre que había por todas partes—. Jin y Nam pueden quedarse en mi cuarto, Yoongi en el cuarto de invitados, y Tae puede estar conmigo en la habitación de mis tíos.

Namjoon y Jin asintieron, despidiéndose mientras subían las escaleras. Sin embargo, Taehyung declinó la oferta.

—Yo con Yoongi.

Yoongi, que aún no se había recuperado del todo de la noticia de la cita de Jimin, prefería dormir con Taehyung antes de tener que comerse la cabeza toda la noche, y tambien notaba que algo pasaba con Taehyung. 

Valium // YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora