– ¿Yoongi?
Jimin es jalado hasta salir del restaurante. Yoongi apresa su mano con fuerza mientras lo sigue arrastrando, incluso cruzan la calle que lleva al parque, al que entran.
Jimin siente miedo, ¿Yoongi lo iba a golpear? ¡lo estaba llevando lejos de todos para golpearlo! Trata de zafarse del agarre mientras emite unos quejiditos y es cuando Yoongi reacciona y mira hacia atrás. De inmediato suelta a Jimin y antes de que el menor pudiera decir algo, rogar para no ser golpeado, Yoongi recarga su frente en la corteza del árbol que estaba detrás. Estaba llorando, no lo estaba golpeando, ¡Yoongi estaba llorando!
¿Qué mierda se suponía que debía hacer?
Inseguro, se sienta frente a Yoongi, sin saber qué decir o hacer. Se mantiene arrancando el pasto presa de su nerviosismo al ver al pálido en aquel estado.
– No se arrepiente ni un poco de dejarme...
Escucha entre los ruidos del llanto y en una voz muy bajita. Jimin se pone alerta y arranca el pasto con más ansias, pues no sabía si realmente era bueno decir algo.
– Crecer pensando en que... en que mi padre es lo maravilloso del mundo, en que quiero ser como él... luego darte cuenta que eras una responsabilidad que le hizo renunciar a la persona que de verdad quería, responsabilidad que no dudó en abandonar a la menor oportunidad que tuvo.
Deja de hablar abruptamente cuando comienza a darse cuenta de la escena que está armando frente a la persona que menos debería verlo en ese estado. Con rudeza limpia las lágrimas que seguían saliendo de sus ojos, Jimin cuando ve que se separa del árbol, se pone de pie enseguida.
– Lo siento, no debías ver todo aquello.
Yoongi se encamina para salir de aquel lugar, Jimin lo ve, él sigue mal y con muchas cosas dentro que, si se iba, se tragaría y no se convertiría en otra cosa mas que veneno en su conciencia.
Por eso sin pensarlo y sin importar si recibía un golpe, jaló de su brazo tomando desprevenido al pálido cuando los brazos del menor rodearon su cuerpo con fuerza.
Jimin tenía los ojos cerrados con fuerza, sacando valentía de donde sea que estuviera guardada.
– Hey... no digas lo siento, no hay nada qué sentir. Estás mal, tienes muchas cosas en la cabeza, saca todo, Yoon.
En ese momento el pasado no existía para ni uno de los chicos, pues la prioridad era la manera en que Yoongi se sentía y como sus pensamientos comenzaban a aclararse, y la de Jimin era simplemente ver bien a Yoongi. Que todos aquellos muros se cayeran y el chico pudiera ser feliz de una vez.
El cuerpo de Jimin se estremeció cuando Yoongi correspondió el abrazo, no lo podía creer, pero tampoco se quería sentir feliz de la debilidad de Yoongi en ese momento pues el chico estaba tan confundido que buscaría sostenerse de quien sea que pudiera soportar su dolor.
– Por favor llévame con Youngji.
Jimin asintió y con pereza liberó de un solo brazo el cuerpo ajeno para poder mensajear a la chica pidiendo su ubicación.
Mientras iban en el taxi en la dirección deseada de Yoongi, miraba por la ventana sumergido en sus pensamientos y en el Yoongi que se mantenía con los ojos cerrados mirando en la ventanilla contraria mientras las lágrimas salían sin provocar algún ruido.
Jimin pensaba que esa era la peor manera de sufrir, sin poder llorar hasta que no quedase nada dentro, de quedarse seco sin importar nada. Mucho menos el tonto señor del taxi que, aunque vio la carita roja de Yoongi, no les ofrecía ni un jodido Kleenex. Porque, ¡vamos! Todos sabes lo mal que nos sentimos cuando algo nos daña y nos hace llorar y que el moco salga y no tengamos con que limpiarlo nos hace sentir peor.
El celular sonando de Jimin lo trae de vuelta a la realidad y deja atrás aquel viaje de pensamientos hacia los mocos y lagrimas silenciosas.
– Hola, bebé – una voz ronca y varonil endulza el oído de Jimin, automáticamente sonríe.
– Hey, hola – responde bajito y muy pegado a la puerta, como si ir con la cabeza fuera del auto para no incomodar a Yoongi con la llamaba de su novio.
– ¿Todo bien?
– Te cuento luego, ¿sí?
Jay lo duda un poco pero al final decide darle su espacio y esperar a que el propio Jimin quiera contarle las cosas.
– Está bien amor, pero... ¿algo que te hizo daño, estás bien?
– Lo estoy, tranquilo, ¿tú? – un "papi" se le quedó atorado en la garganta.
Puede notar de soslayo como Yoongi voltea hacia él, como para ver si el menor estaba hablando solo o qué. Pues iba tan inmerso en su mundo que, si Jimin le había hablado en algún momento del viaje, no lo había escuchado.
– Todo va de maravilla, estoy a punto de tomar un baño, pronto podre estar más libre sin tener que dejar mucho trabajo a los chicos.
– Me alegra que sea así... ¿te puedo regresar la llamada en un rato?
– Claro, te quiero.
– Lo sé.
Jimin y Jay comparten una risita y cuelga el teléfono. Yoongi sigue pegado a la ventana y aprovecha para pedirle a Jay, por texto, que le mande foto para asegurarse que está disfrutando de su baño.
No tardan mas que cinco minutos en llegar a lo que Jimin piensa es casa de Youngji. Paga el taxi y baja esperando a Yoongi. La chica ya los esperaba fuera y en cuanto se miran, Youngji corre hasta el pálido y Yoongi se adelanta unos pasos para atraparla entre sus brazos mientras ella acaricia su rostro y besa las lágrimas que seguían escapando de los ojos de su hermoso novio.
Jimin se siente un poco celoso e incómodo, e intenta irse, pero Youngji le dedica una sonrisa sin soltar a Yoongi.
- Pasemos, calenté un poco de té mientras venían en camino.
Toma a Yoongi de un brazo y con el otro jala a Jimin alentándole a ir dentro.
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Valium // YM
FanficSegunda temporada de PARACETAMOL. ¿Qué tan rápido se olvida una mentira? ¿Qué tan rápido un golpe deja de doler? ¿Qué tan rápido se puede dejar de amar? ₊˚✧ (!) Es importante que lean la primer temporada.