I'm not the Magcon girl.

Day 15.

Estaba plantada frente la puerta de la casa de Kian y Jc. Había tomado una decisión y debido a que al siguiente día no tendría tiempo para verlo ya que prepararía todas las cosas, decidí despedirme antes de él. Como me daba vergüenza, había optado por llegar con una excusa barata. Él y yo teníamos una especie de relación en la que no me sentía tan cómoda como por ejemplo cuando salía con Aaron. Por alguna razón, algo en mi cabeza me repetía que no saldría bien pero prefería ignorarlo y disfrutar del tiempo con Kian. Él me demostró que era un buen chico y que sus intenciones eran buenas.

Levanté el dedo para llamar al timbre pero me quedé a mitad de camino, aún podía darme la vuelta y marcharme. Por alguna razón, la segunda opción me gustó más y retrocedí unos pasos, dispuesta a marcharme.

—¡Ivie! —escuché la voz de Jc tras dar tres pasos. Miré hacia los lados, sin dar con su posición —. Aquí arriba.

Subí la vista y me encontré al rizado asomado a la ventana, con literalmente la mitad de su cuerpo fuera mientras me saludaba con efusividad.

—Vine a por mi chaqueta, la necesito para el tour.

—Ya te abro —avisó y volvió a colarse por la ventana para después cerrarla.

Mientras yo esperaba, jugueteando con mis manos y algo impaciente por lo que pudiese llegar a pasar esa noche. La puerta se abrió, pero tras ella no estaba Jc sino que se encontraba Kian con una sonrisa en sus labios.

Me tendió su mano, la cual tomé y sin decir nada me dirigió hacia el interior de su casa, aún con aquella sonrisa permaneciendo en sus labios haciendo que mis nervios incrementasen, obviamente Kian no era idiota.

—Así que una chaqueta... —murmuró pasando sus manos por mi cintura y rozando sus labios con los míos con lentitud.

—Kian, no estamos solos —dije apresurada, recordándole que Jc seguía en su casa, como era obvio.

—Lo he dejado en su habitación.

—¡Tío, te escucho! No soy un crío —dijo Jc asomando la cabeza mientras que con una mano sostenía una cuchara y con la otra un bote de helado.

Kian le hizo un corte de mangas y yo no pude evitar reírme, era una situación muy graciosa. Ambos se comportaban como dos niños.

Tras una lucha de miradas, Jc se fue a su habitación aclarando que no le interesaba nuestra vida, recibiendo de Kian un bufido. Tras eso mi chico me miró y relajó el semblante, acercó sus labios y me besó con suavidad. Aquel beso se alargó más de lo que yo esperaba y sus caricias se extendieron con total libertad haciendo que mi incomodase pero aún así seguí su juego suponiendo que me relajaría.

Él nos hizo retroceder hasta chocar contra el sofá y caer en él. Kian aprovechó para acomodarse encima de mí mientras introducía sus manos bajo mi camiseta. Una parte de mí quería pararlo, pero mi parte racional estaba ocupada en el beso con Kian.

—Esperé esto desde que te vi la primera vez —masculló y yo me quedé mirándolo como si le saliese otra cabeza.

Sin embargó él siguió a lo suyo, besando mi cuello y subiendo sus manos hacia el cierre del sujetador. Ni siquiera tuve tiempo para pensar cuando ya había sujetado sus brazos con fuerza, haciendo que sus manos se quedasen a la mitad del camino, y tras eso me incorporé un poco haciendo que él también se incorporase mirándome con el ceño fruncido.

—No quiero hacer esto —dije de forma sincera y el ceño de Kian se frunció aún más.

—¿He hecho algo malo? -preguntó un poco confundido.

—No, realmente no siento que deba ser ahora, justo cuando me tengo que despedir de ti.

—Solo son unos meses y es una buena forma para recordarme —inquirió de forma pícara y yo negué con la cabeza.

—No necesito acostarme contigo para recordarte, y sé que tú tampoco —dije mirándolo con una pizca de esperanza en que la conversación no terminase mal.

Aunque no debería enfadarse, tenía todo el derecho a frenar las cosas si no estaba segura.

—Eres única Iv —murmuró y yo sentí mis mejillas enrojecerse por lo que escondí mi cara en su pecho —. Y por cierto, no necesitas excusas para venir a verme.

Tras eso me estrechó entre sus brazos y besó mi cabeza con delicadeza. Realmente esperaba que nuestra relación pudiese sobrevivir a pesar del tiempo porque poco a poco me sentía más segura y confiada con él.

(...)

Un par de horas después me despedí definitivamente de él y me dirigí hacia mi casa, pasando antes por la calle donde Shawn residía. Llamé a la puerta varias veces y le mandé varios mensajes pidiendo que me abriese.

Shawn abrió mientras que se le escapaba un bostezo y rascaba su ojo, añadiendo que además tenía su pijama puesto.

—Espero que tengas una buena excusa —dijo algo enfadado y yo reí.

Lo aparté de la puerta y me adentré con total libertad. Me apetecía contarle las nuevas noticias a mi mejor amigo y eso no tenía ni excusa ni hora.

—No necesito excusa para venir a tu casa —dije divertida y él chasqueó la lengua.

Ambos nos dirigimos al piso de arriba, a su habitación. Él se metió de nuevo en la cama e intentó no dormirse mientras le relataba todo lo acontecido.

—Bien, eres genial, la maestra de las decisiones, ahora vete a tu casa —masculló y un bostezo más se escapó de su boca —. Además tu padre tiene que estar preocupado.

Lo último lo estaba diciendo con los ojos cerrados y casi ni se entendía. Saqué mi móvil y subí varios vídeos a snapchat. Tras eso busqué un rotulador y le dibujé varias cosas por la cara, cosa que también subí a mis redes sociales. Al final besé su cabeza y reí, estaba rodeada de niños.

Después apagué la luz de su habitación y me fui de su casa, como si no hubiese pasado nada nuevo. Suponía que los vecinos estaban acostumbrados a ver salir gente ajena de casas ajenas. El camino a casa fue bastante corto y al llegar me puse el pijama y caí de cabeza en la cama, porque estaba derrotada y al siguiente día tendría que terminar de preparar todo lo necesario ya que tan solo quedaba un día para irnos de tour.

Y estaba segura que sería una de las mejores experiencias que pudiese tener, aunque no quisiese ser la chica de Magcon.

N/a: espero que te haya gustado y si es así, no te olvides de la 🌟. María xx