Day 9.

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Estaba contestando a algunas fans cuando me llegó un mensaje directo de una cuenta verificada y por un momento pensé que mis plegarias habían sido escuchadas y Dylan O'Brien había decidido seguirme y hablarme. Pero los sueños, sueños son y obviamente, no sería Dylan quién me abriese un mensaje.

@MAGCONTOUR: Buenos días, Ivie. Durante un tiempo hemos estado considerando el ofrecerte entrar en Magcon y tras mucho pensarlo, queremos hacerte saber que es un honor anunciarte nuestros deseos de que seas parte de esta familia. Esperamos una respuesta y si puede ser, un teléfono de contacto para ultimar las cosas en caso de que acepte firmar el contrato. Un saludo.

Chillé de emoción y le saqué captura para después enviarla por el grupo que teníamos los chicos y yo.

***

Squad fail 🖤

Imagen.

que triste será decirle que no 😢

Jacob ❤️: le diras que no? 😢

Jack G 😋: mejor

sobras, G

Cam ❤: por fa Ivie, acepta 🙏

era bromi, voy a hablar con mi padre! 😻

***

Antes de hablar con mi padre, le facilité a quien fuese el que administrase la cuenta, mi número de teléfono junto a que esperara a que hablase con mi padre. Tras eso bajé corriendo las escaleras y me tiré sobre él, dándole un gran abrazo por la espalda a lo que él empezó a reír.

—Me huele a Magcon aquí —murmuró y yo lo abracé con más fuerza mientras reía.

Mi padre era la persona que mejor me conocía, junto con Shawn.

—Han contactado conmigo, quieren que me unan —murmuré contra su espalda y él acarició mis brazos con cariño.

—¿Crees que serás feliz siendo la nueva chica de Magcon? —me preguntó con temor y yo lo solté para que pudiese darte la vuelta y me pudiese mirar.

—No, papá. Yo no seré la nueva chica de Magcon, pero sí seré feliz compartiendo esto con mis amigos —comenté con una gran sonrisa.

Tras eso hubo un gran silencio, él me miraba detenidamente, suponía que quería buscar la mínima mueca en mí que le dijese que no quería irme, pero lo único que me pasaba era alejarme de él. Por lo demás estaba totalmente decidida.

Había dejado de ver tan mal el unirme a Magcon. Los cambios eran buenos.

—¿Necesitas el permiso de tu madre? —dijo finalmente y lanzó un suspiro pesado.

—Necesito la firma de mi tutor legal y ese eres tú. De mamá me encargo yo.

—¿Cuando te irás?

—Los chicos me dijeron que por problemas no podremos empezar hasta finales de septiembre —esa información hizo que su mirada se entristeciese.

Nos quedaba menos de un mes juntos y sé lo que a él le suponía dejarme ir.

—-Te echaré de menos ¿lo sabes? —murmuró bajito, con vergüenza.

Sin pensarlo lo volví a abrazar con fuerza mientras dejaba varios besos sobre su mejilla.

—Podrás llamarme todos los días y por supuesto, volveré —dije mientras me separaba y él asintió, no muy convencido.

Tras eso me cambió de tema, contándome sus nuevas experiencias en el curso de cocina y lo bien que lo pasaba allí. Yo le pregunté si podría invitar a Shawn a pasar un rato en casa y él hizo una mueca, pero acabó cediendo por lo que no dudé en enviarle un mensaje.

Shawn se presentó en mi casa diez minutos después acompañado de una bolsa del supermercado con golosinas y comida basura. Ambos nos acomodamos en el sofá con una película en la televisión y toda la comida por delante. Dejé mi cabeza en su pecho y él acariciaba mi pelo.

—No sé como consigues tenerla tan calmada —comentó mi padre con gracia al entrar al salón.

—Ni que fuera un perro rabioso —repliqué mientras levantaba la cabeza y lo miraba arreglar su chaqueta, por lo que deduje que saldría.

—Solo en algunas ocasiones —murmuró Shawn atrayéndome a su cuerpo de nuevo y besando mi cabeza levemente para después reír junto a mi padre.

—Cualquier cosa que necesitéis, sabéis donde llamar —dijo antes de irse y volvernos a dejar solos.

Shawn volvió a acariciar mi pelo con suavidad mientras que con la otra mano comía de las bolsas que él había traído. Mi padre tenía razón, el que conseguía tenerme quieta por varias horas era Shawn, pero era como si su calma se contagiase y te hiciese estar como él.

—¿Me presentarás a algún famoso amigo tuyo? —pregunté al rato y él rio.

—Ya me extrañaba que no salieses con alguna cosa tuya.

—Pero ¿lo harás? —insistí y me levanté para mirarlo.

—Está bien, ahora vuelve a tumbarte, me relaja tocar tu pelo.

Sonreí como una niña a la que le regalan su juguete favorito y me volví a tumbar sobre él para que siguiese tocando mi pelo. Al parecer todo estaba saliendo bien.

N/a: espero que te haya gustado y si es así no te olvides de la estrellita 🌟 María xx

I'm not the Magcon girl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora