I'm not the Magcon girl.

Day 46.

Anna y yo estábamos a las puertas de la zona reservada al meet con media hora de antelación a la que habían puesto. Podía escuchar las voces de los chicos desde el otro lado y agradecí que una chica de la organización nos dejase pasar para que las fans no se me echaran encima mientras esperábamos.

—¿Habéis visto el vídeo de Iv? —preguntó Jacob y yo quise abrir la puerta para regañarles por no haberlo visto, ya que ninguno contestaba.

Sin embargo quería esperar al momento adecuado.

—¡Sí, mierda, hay que tener cuidado con esa chica o te puede hundir! —contestó Sam y yo me reí con suavidad para que no me escuchasen.

Miré a Anna, la cual estaba blanca como la pared. No había asimilado aún que los iba a ver.

—Y encontró la canción perfecta para hacerle hablar —añadió Nate.

—La verdad que tuvo su gracia, pero vamos, ¿quién no conoce history? —dije de forma despreocupada, entrando en la pequeña sala.

Los chicos se giraron en mi dirección, me miraron con los ojos muy abiertos y por un momento creí que ni siquiera estaban respirando.

—¡Ivie! —chillaron a la vez.

—¡Mis niños! —chillé de vuelta, abriendo mis brazos para recibirlos.

Ellos se acercaron y se pelearon por abrazarme, acabando todos en un abrazo grupal mientras que Matt me agarraba como una sanguijuela. Mi corazón iba a mil por hora y mi felicidad no podía ser más grande, los había echado muchísimo de menos. Al final se fueron apartando y fui saludando uno por uno. Primero fue Taylor, el que me abrazó con fuerza y me repitió mil veces que me había echado de menos. Después fueron Aaron, Matt y Nash, que hicieron lo mismo. Jack J y Jack G me dejaron en medio de un abrazo grupal, yo siempre debía romper el dúo. Sam y Nate revolvieron mi pelo, Jacob me abrazó y Cameron me cogió y dio vueltas.

Después miré a Shawn, el cual había cruzado sus brazos y me miraba con una gran sonrisa. Yo alcé mis cejas, insinuándome y él rodeó los ojos, como si estuviese fastidiado.

—Ven aquí, bebé —le dije de forma burlona, haciendo que chasquease la lengua —. Oh bueno, mejor abre tus brazos.

Él hizo lo que le pedí y corrí en su dirección, tirándome en su brazos y enredando mis piernas en su cintura. Mis brazos rodearon su cuello y pegué mi mejilla contra la suya mientras lo abrazaba con fuerza.

—Cuando acabe el tour voy a dejarte un ojo morado por ignorarme tantas veces —susurré en su oído, arrancándole así una carcajada.

—¿Cuánto os apostáis a que le ha dicho que le pondrá un ojo morado? —gritó Nash y escuché como los demás comenzaban a apostar.

Desenredé las piernas de su cintura y me quedé junto a él, mirando en dirección a mis amigos. Ellos se estaban peleando por la apuesta.

—Ivie, he apostado que le has dicho que vais a follar esta noche, no me defraudes pequeña —me dijo Nate, guiñándome un ojo.

Hice un mueca de tristeza y negué con la cabeza.

—Acabas de perder 20 pavos, ya podéis darle el dinero a Nash —murmuré y más de la mitad bufó con fastidio mientras que Nash celebraba su victoria.

La chica de organización entró y pidió que comenzaran a sentarse. Ellos tomaron asiento y yo me quedé mirando a una silla vacía que tenía mi nombre.

—¿Por qué hay una silla si no sabíais que venía?

—Nunca la quitamos, tú eres parte de esto —explicó Aaron y me propuse no llorar, pero las lágrimas amenazaban con salir.