Day 69.

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—Tita Ivie —chilló mi sobrino, corriendo en mi dirección.

—Mocoso —le chillé de vuelta, abriendo mis brazos para abrazarlo.

Lo cogí en brazos, lo estrujé y lo llené de besos. Mi sobrino tenía cuatro años y era igualito a su padre, nunca había visto cosa igual. Mi hermana y Rubén se asomaron para ver la escena, seguidos de Shawn que era el que les había abierto la puerta. De repente entró mi padre en la habitación, mirando hacia todos lados en busca de su nieto, y es que el pequeño lo traía loco.

—Corre y abraza al abuelo —susurré en la oreja del pequeño y le revolví el pelo antes de que saliese corriendo.

—Cariño, estás... —comenzó a decir mi hermana a lo que rodeé los ojos y la paré.

—Jodidamente guapa, me lo dices siempre Dest —terminé añadiendo y ella rió con suavidad.

—Peor es que te dijese lo contrario —apuntó Rubén a lo que me di la razón.

—Pero si me lo dice porque como somos iguales, así ella misma se sube la autoestima sola.

Mi comentario hizo reír a los demás mientras que mi hermana se ponía roja y me fulminaba con la mirada. No decía que no fuese sincera al decirme que estaba guapa o que no lo pensase sino que también lo utilizaba para un beneficio propio. Si me decía que estaba guapa y le daban la razón, indirectamente decían que ella también lo era. Me encantaba Destiny.

Ella y Rubén salieron hacia el jardín en busca del pequeño y de mi padre. Ellos estaban pensando en mudarse a Nebraska y estaban pidiendo consejo a mi padre y a su mujer de qué podían comprar ya que estaban entre comprar una casa o un solar y construirla a su gusto.

—Mi amor, se me está ocurriendo hacer una pequeña locura que tú vas a odiar —susurré mientras miraba fijamente como mi chico se acercaba con lentitud.

—¿Recuerdas que la última no te salió bien? —preguntó, enarcando una ceja.

Sin responderle, metí mis manos bajo su camiseta haciendo que sus ojos se abriesen con sorpresa. Yo seguí con tranquilidad acariciando sus abdominales y bajé despacio mis manos hasta el borde de su pantalón, del cual estiré hasta tenerlo pegado a mí, con sus labios sobre los míos.

Tenía que decir que amaba poner a Shawn en situaciones comprometidas porque todo se volvía más caliente así. Y hacerlo teniendo a mi familia al lado, que en cualquier momento podían descubrirnos, era algo que lo iba a hacer enloquecer.

—Una aventura es más divertida si huele a peligro —pronuncié la letra de una canción que mi hermana me había enseñado.

—Santa mierda, Iv —replicó antes de poner sus manos en mi trasero.

Antes de que volviese a besarme, estiré de él hacia el baño. Me gustaban los riesgos, pero hacerlo en el salón, a unos metros de la puerta del jardín y con mi sobrino correteando era demasiado riesgo innecesario.

El baño era perfecto porque podíamos asegurarnos de que nadie entraría pero si daba ese toque de emoción de que cualquier sonido demasiado alto se escuchaba sin ningún problema. Cerró la puerta con el pie al entrar y yo me aseguré de poner el pestillo para que nadie entrase. Tras eso volví a sus brazos y me ayudó a subirme a lavabo, dejándome así un poco más alta que él.

—Esto es una maldita locura —se quejó, pasando sus labios por mi cuello.

Yo subí mis manos a su cabeza y enredé mis dedos en su pelo, sintiéndome cada vez más caliente.

—Si sigues hablando tan fuerte nos escucharán —le regañé en un susurro, obteniendo un gruñido por su parte.

—Sabes que no hay tiempo para preeliminares ¿cierto?—susurró de vuelta.

Yo chasqueé la lengua y lo atraje para que me besara de nuevo, sintiendo así sus manos deshaciéndose de mis pantalones con rapidez mientras yo desabrochaba su pantalón y lo bajaba con un poco de su ayuda. Con toda la emoción de tener que estar en silencio yo estaba más que lista para él y era obvio que no necesitaba los preeliminares.

Subí un poco su camiseta, mientras él seguía atareado besando mi cuello y acariciando mis muslos, para así poder rozar su caliente y suave piel que tanto adoraba. Finalmente, y con algo de desesperación se deshizo de mi ropa interior y mientras que hacía lo mismo con la suya, yo saqué un preservativo del cajón y lo abrí para él.

—¿Lo tenías planeado? —inquirió con burla.

—Yo siempre tengo todo preparado.

Tras eso se colocó el preservativo, hizo que me saliese un poco hacia afuera para tener una mejor posición y entró de forma rápida, completamente diferente a como solía ser. Y es que la tensión de que podían pillarnos sacaban lo peor de nosotros.

Yo eché la cabeza hacia atrás, ahogando un gemido y sin querer me di un golpe contra el espejo, haciendo que Shawn parase y me mirase con burla mientras que me sobaba la cabeza. Él comenzó a reírse y yo le golpeé el brazo, pero al ver que no surgía efecto, moví un poco las caderas como pude, parando así su risa para ser sustituida por un gemido medio silencioso.

Shawn siguió moviéndose y yo me dedicaba a besarlo para acallar así nuestros ruidos que solo podían avisar a los demás de los que hacíamos. Cuando sentí que estaba al límite dejé descansar sus labios para poner mi cara en el hueco de su cuello y clavar mis dedos en su espalda, dejándome llevar por el placer e intentando no soltar el grito que tantas ganas tenía de dejar escapar.

Dejé mi frente apoyada en su hombro, con la respiración demasiado agitada y una gran paz en el cuerpo, mientras que Shawn seguía y en un par más él hizo lo mismo que yo.

—Ha sido increíble, mi amor —susurré, alejando mi cabeza un poco para mirarlo. Su facciones estaban relajadas y su frente la tenía cubierta de sudor.

Él salió de mí y tras acomodarnos un poco y vestirnos, sus labios buscaron los míos con desesperación.

—Vas a hacer que muera un día, mujer —dijo en tono burlón y yo le saqué la lengua de forma juguetona.

—¿Ivie, Shawn, estáis bien? —preguntó mi padre, golpeando con suavidad la puerta.

—Sí, papá, todo bien.

—Es que lleváis mucho tiempo ahí, me empezaba a preocupar...

Yo miré a Shawn, el cual sonreía y yo intenté aguantar la carcajada. Mi padre sabía de sobra que hacíamos ahí y estaba segura que lo había hecho con la intención de cortarnos el rollo, sin embargo llegó tarde.

—Va a matarme —dijo Shawn antes de reír.

—No, tan solo te recordará la vieja charla de siempre —murmuré, esa vez burlándome yo y reí ante la nueva de horror de mi novio.

Espero que te haya gustado y si es así no te olvides de la 🌟. María xx

I'm not the Magcon girl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora