Day 24.

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Estaba tirada en la cama, al parecer era lo único que hacía en los últimos días, y estaba aburrida, muy aburrida. Me había perdido la comida por quedarme durmiendo, además que ningún "amigo" se acordó de que quizás yo tuviese hambre, no; por lo que mi estómago pedía comida a gritos.

Era nuestro último día en Estados Unidos, ya que volaríamos hacia Sudamérica. Por eso, hicimos el día que llegamos la convención y así podríamos descansar todo el día antes del vuelo. La verdad es que en Estados Unidos me habían aceptado con rapidez, pocas habían sido las chicas que me habían ignorado en los meets y lo agradecía, esperando que eso se mantuviese así. Miré hacia la izquierda y vi a Shawn echado en su cama, desde lo que sucedió no me hablaba casi nada y pasaba más tiempo alejado y fuera de la habitación que conmigo.

En realidad no llegó a nada más porque en un momento de claridad, él se separó y nos dimos cuenta de que eso no estaba para nada bien. Una cosa era un error y otra muy diferente engañar a Kian de forma consciente, ambos estábamos de acuerdo en que no era justo para él. Pero por alguna razón, Shawn se lo había tomado muy a pecho y había decidido que lo mejor sería ignorarme.

Decidida a acabar con el aburrimiento, salí de la habitación y fui a la planta baja para pedirle permiso a Bart y salir fuera con las fans, así por lo menos podría hablar con alguien ya que todos los chicos estaban ocupados. O me daban largas para no molestarlos.

En cuanto salí, agradecí ver solo a un pequeño grupo de chicas ya que supuestamente nosotros estábamos camino a nuestras casas para pasar el día en familia antes del vuelo, todo mentira para que no estuviesen todo el día fuera esperando, pero al parecer algunas no se habían creído la mentira, y cuánto me vieron sonrieron y corrieron para acercarse. Yo estaba más que preparada para recibirlas, aún así el gran cuerpo del guardia de seguridad me tapó la vista e impidió que se acercasen, a lo que me enfadé.

—¡Ellas no me iban a hacer nada! —repliqué al ver las caras de decepción de las chicas.

—Solo cumplo órdenes —dijo en un tono más bajo para dirigirse a mí, antes de subir el tono para hablarles a ellas, lo que me hizo enfurecer aún más —. Ella hablará con todas y se hará una foto con cada una sólo si hacéis una fila y os comportáis. Tened en cuenta que está gastando parte de su valioso tiempo en...

No lo dejé terminar porque él no era nadie para hablarle así a las personas, fuesen quiénes fuesen. Y mientras yo estuviese allí no lo iba a permitir. Entendía que en una gran masa de personas podría sufrir algún ataque, pero era un pequeño grupo de chicas emocionadas por verme, sabía que no me harían nada. Me había topado con algunas por mi ciudad, sin tener ninguna seguridad y seguía viva. Bordeé al hombre y me puse frente a las chicas. Pensé en contestarle algo, pero tampoco merecía tanto la pena.

—¡Venid aquí! —dije abriendo los brazos y ellas se abalanzaron, abrazándome con fuerza.

Yo pasé mis brazos por todas las que pude y dejé que me abrazaran el tiempo que quisieran. Después de eso propuse el sentarnos en una zona donde no corriésemos ningún peligro. Una vez que estuvieron más calmadas, comenzamos a hablar. Algunas preguntaban y otras tan solo me grababan a mí, suponía que para tener un recuerdo sobre esto.

—¿Echas de menos hacer vídeos para el canal? —me preguntó una chica y yo hice una mueca.

—Por supuesto, pero lo que más echo de menos son las bromas que les hacía a los chicos, ahora no tengo nada para hacerlas —refunfuñé a lo que ellas se rieron.

—¿Cómo es tener de amigos a los chicos?

—Pues supongo que normal —respondí siendo sincera —. Ellos son como cualquier otro, gastan bromas, son pesados y me ignoran constantemente.

I'm not the Magcon girl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora