I'm not the Magcon girl.

Day 61.

Shawn's POV.

No entendía muy bien por qué mi novia había decidido cambiar la realidad en su historia, aunque no comprendía muchas cosas suyas porque normalmente hacía cosas que solo tenían sentido para ella. Y esa espontaneidad que tenía era lo que me tenía así por ella, quién podría no quererla.

Cuando ella se marchó de Magcon, en lo único que podía pensar era en lo mal que me sentía sin estar con ella cuando era, quizás, uno de los momentos en los que más me necesitaba. Por eso dejé el tour y salí en su busca, sin que ella lo supiese. Durante el camino estuve buscando una idea original para sorprenderla y lo único que se me ocurría era cantarle y eso ya lo había hecho pero nunca directamente, por eso, aproveché que era temprano para pedirle ayuda a su hermana, que también estaba en Nebraska. Prepararon un pequeño camino de flores con frases que ella siguió hasta la entrada donde yo la sorprendí y le canté. Fue mi forma de decirle que quería estar con ella.

—Cariño, ¿has visto mis bragas negras? —preguntó con naturalidad, cuando pasó frente a mí con un cesto de ropa para tender.

—Pues si no lo sabes tú —murmuré, con algo de vergüenza.

Ella solía hacer cosas así porque le divertía verme avergonzado, no podía evitarlo.

—No sé, eres tú el que tiene facilidad para encontrarlas —dejó caer y me limité a reír porque no sabía que decir y porque me había avergonzado demasiado.

Ella se marchó hacia el jardín para tender la ropa, pero podía escuchar sus carcajadas. Pasé mis manos por mi cara y suspiré. Muchas habían sido las veces que nos habían dicho, personas ajenas, qué por qué estábamos juntos, por qué aguantaba que actuase como una niña pequeña. Y sólo había una razón que, supuse, yo solo entendía. La quería, ella, con su actitud infantil, había conseguido llegar a mí, yo no es que aguantase su actitud infantil, yo adoraba esa actitud. Aunque a veces me lo hiciese pasar mal.

Ella volvió a entrar y dejó el cesto a un lado, dándole un par de patadas para esconderlo del todo. Su filosofía era que si no se veía, no estaba. Después se acercó a mí sonriendo y dejó sus manos en mi pecho.

—Podemos irnos —anunció.

Nate había organizado una reunión en su casa y estaba prohibido negarse, era por eso que había ido a recogerla a su casa, pero como siempre había dejado las tareas para lo último.

—¿Esa camiseta es mía? —dije, fijándome mejor en el logo, y en como le estaba grande.

—No, que va —dijo con seguridad antes de tomar mi mano y arrastrarme fuera de su casa.

Un completo desastre era.

Diez minutos después estábamos en casa de Nate, la cual estaba abarrotada de gente. Ivie cogió mi mano cuando me adelanté para abrirnos paso entre la gente, en busca de nuestros amigos. Unos cuantos empujones y un par de pisotones nos llevaron hacia el círculo de los chicos, los cuales gritaron en forma de saludo a nosotros.

Nash dio un par de palmadas en mi espalda y yo le sonreí en forma de saludo. Ivie fue directa hacia los Jacks y se quedó en mitad, desde que le dijeron que ella los separaba, no paraba de hacerlo.

—Nate ¿de verdad has sido tan inteligente como para invitar a Kian? —preguntó mi chica, captando nuestra atención.

Las miradas volaron a Nate y él subió las manos, sorprendido.

—Ni de coña, alguien habrá difundido la reunión y habrá venido —se excusó.

Ivie correteó hasta mi lado y me abrazó con fuerza. Por mi parte hice lo mismo mientras reía.

—Si viene, juro que esta vez no me callaré.

—Está bien —le dije, no estaba de más escucharla dejarlo mal.

Otro misterio para nuestro grupo era por qué Kian no la dejaba, es decir, él la dejó y presumía de haberla superado, pero no dudaba en molestarla cuando la veía.

Ella se giró en mis brazos y se quedó mirando a Taylor y Cameron. Eso sí que había sido una gran sorpresa para nosotros. Cuando nos lo contaron no dijimos nada durante unos minutos, hasta que Jack J rompió el silencio diciendo que tenían todo nuestro apoyo para cualquier cosa.

Ellos estaban hablando, y Taylor tenía una mano en su pelo. De repente Cam se rió y puso su mano en el trasero de Taylor. Era un poco raro de ver.

—¡Uh, Cam, eres todo un gatito! —gritó Iv, avergonzando a Cameron.

Yo puse una mano en su boca, puesto que a Cameron y a Taylor les había costado actuar con naturalidad frente a nosotros y ella iba a hacer que diesen un paso atrás. Pero para mi sorpresa, Taylor empezó a reírse, arrastrando a Cameron con él y eso me tranquilizó.

Y entonces, como era de esperar, Kian hizo su aparición. Nos saludó, aunque la gran mayoría ya no le hacíamos mucho caso. Quizás no actuábamos bien así, pero el como rebajó a Ivie haciendo lo que le hizo, eso no se podía perdonar ni olvidar tan fácil. Se puso a hablar con Sam, que estaba a nuestro lado y le sacó el tema de lo bien que estaba, que la nueva chica era la mujer de su vida y más tonterías. Aunque lo que hizo que Ivie saltase, fue cuando dijo que no había estado con nadie mejor que esa.

—Kian, cuando mientes lo que te crece es la nariz, no la polla. Así que cierra tu boca —los demás abuchearon a Kian, lo que hizo que Iv se creciese.

—¿Te duele que haya rehecho mi vida?

—Lo que me duele es ver como tú dignidad se va a la mierda en tu intento de hacerme sentir mal. Supérame, que ya es hora.

Kian iba a contestar cuando Jc apareció y se lo llevó de allí. Ella se bebió el resto de su bebida, dejó el vaso en la mesa y se acercó con lentitud a mí, al ritmo de la música. Una vez junto a mí subió sus manos y enredó sus dedos en mi pelo, me encantaba cuando lo hacía.

Yo puse mis manos en su cintura y sonreí al verla tan feliz, era lo único que importaba para mí. Ella merecía tanto que alguien pensase en su felicidad, en lo que necesitase.

—Adoro tu pelo —murmuró, estirando un poco de él.

—Yo te adoro a ti —le dije, y contemplé como sus mejillas se volvían rojizas antes de besarla.

Bendita suerte la mía.

Espero que te haya gustado y si es así no te olvides de la 🌟. María xx