Day 35.

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Cuando pisamos el aeropuerto, lo primero que vi fue a mi hermana con Rubén. Sentí mi corazón acelerarse y como no podía evitar la sonrisa que se formaba en mis labios con cada paso que daba.

Mi hermana me miró, sonrió y salió corriendo en mi dirección y cuando casi estuvo a mi altura, saltó y se enganchó a mí cual koala. Retrocedí unos pasos, intentando mantener el equilibrio pero al final acabé en el suelo con ella encima.

Dest, eres una bestia —me quejé, haciendo que ella se riese.

Que guapa estás —chilló con emoción y yo rodeé los ojos.

Destiny siempre que me veía tenía que decir lo mismo.

¡Pero levántate mujer! —le dije, consiguiendo así que se levantase.

Tras eso extendió su mano y yo la tomé , levantándome del suelo también. Rodeé su cuerpo con mis brazos y la abracé con fuerza, nos podíamos pelear con frecuencia pero estar separadas tanto tiempo hacía de las peleas algo insignificante. Mientras la abrazaba, miraba hacia delante donde los chicos caminaban y Bart me miraba con el ceño fruncido.

Como aquel día era el último, le sonreí y le hice un corte de mangas haciendo que pusiera una cara de total enfado.

Cuando nos separamos, la acompañé hasta donde estaba su novio, el cual me sonreía y de vez en cuando me hacía alguna mueca graciosa.

—Bienvenida, clon de mi novia —me saludó y yo me acerqué para abrazarlo.

—Uh, en inglés y todo —murmuré, haciéndolo reír.

Antes de separarme, le quité su gorra y me la puse en la cabeza.

—¡Eh, es mi favorita! —se quejó entre risas y yo le saqué la lengua.

Bien, bien, salgamos antes de que más fans se enteren y vengan.

Caminamos hacia la salida, donde me reuní con mi grupo. En parte quise irme con mi hermana hacia el hotel, ya que se ofrecieron a llevarme pero sabía que me podía meter en problemas con Bart. Compartimos unos tres coches que nos llevaron al hotel donde ya había mucha gente esperando fuera.

Nada más bajar las fans comenzaron a chillar y lo hicieron más aún cuando vieron que Rubén también llegaba. Estuvimos más de media hora haciéndonos fotos y hablando con las fans hasta que pudimos entrar en el hotel. Era una locura.

Bart nos dio las llaves de la habitación, subí para dejar la maleta y me volví a reunir con mi hermana y Rubén. Ellos me llevarían a conocer a sus amigos. Y como era el último día en Magcon, no me molesté en pedir permiso ni explicaciones a nadie.

¡Rubiuh! —gritó un chico moreno que empezó a mover sus brazos para captar nuestra atención.

Los chicos que estaban junto al moreno se giraron y empezaron a imitar al otro, gritando "rubius" y moviendo sus brazos a lo que el novio de mi hermana comenzó a carcajear y Dest llevaba una mano a su frente.

Madre mía rubiuh, es igual que tu novia —dijo el moreno cuando estuvimos a su altura, al cual me habían presentado como Mangel.

Es muy guapa ¿tiene novio? —preguntó otro chico, del cual no me acordaba el nombre.

Ellos hablaban y me miraban, creyendo que sólo entendía el inglés y me estaba riendo de tan sólo imaginar sus caras cuando se diesen cuenta de que los estaba entendiendo.

Gracias por lo de guapa —contesté, haciendo que sus ojos se abriesen por la sorpresa —. Y no tengo novio.

Pero ¿cómo no nos avisas de que sabe español? —reclamó Mangel a Rubén, el cual se encogió de hombros mientras reía.

Iba a contestar cuando mi móvil comenzó a sonar, lo saqué de mi bolsillo y me extrañé cuando vi el nombre de Cam en la pantalla. Respondí de inmediato y escuché detenidamente su petición de volver al hotel lo antes posible. Por lo visto Bart se había enfadado al saber que no estaba y quería que estuviese allí en menos de lo que cantaba un gallo.

Tuve que pedirle que me llevasen de nuevo al hotel, a pesar de las quejas de los amigos de mi hermana porque querían conocerme.

¿Por qué tienes que volver? —preguntó Dest un poco decepcionada.

—Uhm... —murmuré, pensando en qué diría para no preocuparlos —. Tenemos que ensayar, como tenemos dos fechas aquí no podemos descansar.

Qué mal... —dijo ella.

Yo miré en su dirección y me choqué con la mirada de Rubén, el cual tenía el ceño fruncido. Él se había dado cuenta de que mentía pero aún así no dijo nada, cosa que agradecí. Me despedí de ambos y entré corriendo al hotel, subí las escaleras lo más rápido que pude y entré en mi habitación, cerrando de un portazo.

Suspiré con tranquilidad al ver que no me habían visto y cuando quise dar dos pasos, me encontré con todos los chicos en mi habitación, mirándome con extrañeza.

—¿Qué ha pasado con Bart para que esté tan enfadado? —preguntó Nash, rompiendo con el silencio.

Yo balbuceé algo mientras me acercaba, lo que hizo que se cruzasen de brazos todos a la vez. Parecía que lo habían estado ensayando. Los miré a todos y noté que faltaban Matt, Taylor, Sam y Jacob, aunque no era relevante, era una forma de deshacerme del lío en mi cabeza. Al final opté por ser sincera, ellos ya se habían dado cuenta de que algo no iba bien.

—Él se enfadó y me dijo que yo solo era dinero para él por lo que no pude evitar gritarle lo que pensaba y... —comencé a contar, con falta de coherencia en mis frases. Sin embargo, Nate me paró.

—Ivie, nosotros para ellos somos dinero, sólo eso —me hizo saber y yo sabía que tenía razón pero no me había dejado terminar.

—Además, suficiente tiene con estar a nuestro cargo —murmuró Jack Johnson, con una mirada arrepentida por ir contra mí.

Entendía sus puntos pero como ellos no me dejaban continuar, no podía hablarles de las amenazas. Así que ellos continuaron con sus reproches hacia mí.

—Tiene que lidiar constantemente con gente y dar la cara por nosotros —añadió Aaron y yo tragué saliva.

Mis nervios aumentaban, al igual que el enfado. Ni siquiera eran capaces de darse cuenta que no me dejaban hablar.

—¿No podías haber aguantado aunque solo fuese un grito? —preguntó Jack G, con una ceja enarcada.

Ellos esperaron impacientes mi respuesta y aunque quise explotar, me tragué mis palabras y tomé aire. Después puse mi mejor sonrisa y asentí.

—Tenéis razón, soy horrible ¿cómo me ha podido ofender ser considerada un objeto con el que ganar dinero? —ironicé mientras abría la puerta de la habitación y hacía un gesto para que saliesen. Y aunque no lo creyese, ellos hicieron caso —. Pensaré en todos mis errores, nos vemos.

Tras eso cerré la puerta, caminé hasta el cuarto de baño y me encerré allí. Miré mi reflejo en el espejo y retiré una lágrima traicionera de rabia que se me había escapado, no merecía la pena llorar por algo así.

Tomé repetidas veces aire, intentando calmar a mi corazón y una vez que sentí que no perdería los papeles salí del baño. Lo había intentado, había intentado contarles todo y no me habían escuchado. Luego que no se quejasen ante las consecuencias.

N/a: espero que te haya gustado y si es así no te olvides de la 🌟 María xx

I'm not the Magcon girl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora