Day 49 (part two)

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—¡Déjame hacer los honores! —le repliqué a mi padre, ya que yo quería abrir la puerta de casa.

—¡Que no! ¡Que es mi casa! —dijo de la misma forma que yo.

Lo fulminé con la mirada e intenté arrebatarle las llaves, sin mucho éxito.

—Y él es mi novio y lo has abochornado con ciertas preguntas que yo debería hacerle —dije, señalando a Step y recordando cómo mi padre había sido capaz de preguntarle con cuántas chicas se había acostado, claro, por mi seguridad —. ¡Dame esas llaves!

—Señor Mayer, es mejor que le dé las llaves o es capaz de bloquear la puerta todo el día —sugirió Shawn, él me conocía demasiado bien.

Mi padre acabó cediendo cuando me quedé delante de la puerta y no dejé que me moviesen por nada del mundo. Me giré sonriente hacia la cerradura e introduje la llave, abriendo así la puerta de casa.

Nada más abrir, esperando en el umbral, estaba mi hermana y su novio, la cual hizo lo que siempre hacía. Chilló, me dijo que estaba guapísima, y se tiró sobre mí, casi tirándome al suelo. A duras penas conseguí que se separara y fui directa a abrazar a Rubén. En parte les debía mucho por dejarme pasar aquel mes en su casa.

—Oye, oye ¿por qué a él lo abrazas más tiempo? —preguntó mi hermana de forma infantil.

—Porque él me cuidó mejor, me traía galletas a escondidas —confesé, haciendo reír a todos menos a Destiny.

—Ah, entonces ya sé de dónde ha salido ese culo —contrarrestó, insinuando que había engordado.

Chillé con horror y me miré cada parte de mi cuerpo, la verdad era que yo me seguía viendo igual de bien a pesar de toda la comida basura que ingería. Ventajas de tener un metabolismo rápido.

—No estás gorda, nena —dijo Step, aguantando la risa.

—¡No ligues con mi hija! —chilló mi padre, haciendo que Step se sintiese cohibido.

—¡No asustes a mi novio!

—¿¡Que tienes novio!? —chilló mi hermana, uniéndose a la ronda.

—¡No chilléis! —nos regañó mi padre.

—¡No chilles tú! —gritamos mi hermana y yo a la vez.

Todos nos miraban a nosotros tres, como si estuviésemos mal de la cabeza, aunque no nos faltaba demasiado. Yo bufé con fastidio cuando Dest y mi padre se siguieron chillando y me acerqué a Anna, la cual estaba hablando con Shawn en susurros, con un gesto algo asustado.

—Bueno, ese es Step —dije señalando a mi chico —. Y esta es Anna —los presenté a voces, captando la atención  de todos.

Y menos mal, porque no podía seguir escuchando los gritos de mi padre y hermana. Tras eso me acerqué a Step y lo cogí de la mano, tirando de él hacia la planta superior.

—Vamos a buscar a nuestro hijo —murmuré, refiriéndome a mi perro, y me reí por la cara de miedo de Step —. Rex, ¿dónde estás?

—¡Está en tu habitación y no se llama Rex! —gritó mi padre, haciendo que me parase a mitad de camino para mirarlo —. Le puse Ken.

—¡Y una mierda vas a llamar a mi perro como el novio de Barbie!

—Tranquila Iv, que le he puesto Lucifer —rectificó a lo que no pude esconder mi cara de horror.

No sabía si era peor Ken o Lucifer. Mi padre tenía un serio problema mental.

Teddy, lo ha llamado Teddy —me dijo Rubén y yo le agradecí antes de subir corriendo hacia mi habitación.

Abrí la puerta despacio y me asomé levemente, observando como Rex, o más bien Teddy, estaba subido en mi cama intentando cazar su cola. Era tan tierno que no pude evitar soltar un ruidito haciendo que mi perro dejase de buscar su cola y mirase hacia la puerta. Teddy se bajó de la cama, corrió en mi dirección y se lanzó sobre mí mientras ladraba. Estaba enorme, había crecido muchísimo.

Lo estuve acariciando durante un buen rato en el que él lamía mi cara o cualquier parte que encontraba.

—Mira, este es papá —le dije, agarrando su cabeza con suavidad para que mirase a Step, el cual negó con la cabeza y rió.

—Él ha dormido en tu cama todos los días —murmuró mi padre, haciendo que nuestra atención fuese a él.

—Voy a ver a Anna... Y eso —murmuró Step, un poco nervioso.

Definitivamente debía hablar con mi padre sobre ciertos aspectos. Step se acercó a mí, pero al parecer lo pensó mejor y se marchó no sin antes guiñarme un ojo.

—No se lo digas, pero me gusta —dijo mi padre, señalando en la dirección por la que se había marchado mi novio.

—Lo sé —le respondí, ya que sabía que decía la verdad pero aún así no le iba a dejar pasar tan fácil su interrogatorio.

—Bien... Lo que te decía. Es como si él recordase que lo salvaste —me contó y yo miré a Teddy, el cual movía sus patas ante mis caricias.

—Prometo no volver a irme tanto tiempo —le dije al pequeño, que ladró y movió la cola, como si me entendiese.

—Espero que sea verdad —murmuró mi padre antes de marcharse con una sonrisa.

Hogar, dulce hogar.

N/a: espero que te haya gustado y si es así no te olvides de la 🌟 María xx

I'm not the Magcon girl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora