Parte / 19

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- ¡Baudelia¡ que gusto verte pasa por favor, que te trae por aquí.

Nos dimos un caluroso abrazo.

- ¿Hija quién es?__ se escuchó la voz de su abuela

-Es mi amiga Baudelia del internado.

-¿Cómo estás muchachita? no es muy tarde para andar haciendo visitas

- Ay abuela como eres _ Dijo Mica

- Tiene razón señora, pero no se preocupe afuera está esperándome el chofer de mi tío el padre.

- Hay hija ¿y cómo está el señor cura?

- Está muy bien señora

- Me lo saludas mucho

-De su parte señora, bueno yo vine para ver si a Micaela le gustaría entrar de aprendiz de costurera.

-De verdad _ Dijo Mica

-Si es el taller de la Señora Beatriz Plasencia.

-Allí pero si la ropa es rete elegante dijo Mica ¿Cómo le hiciste para entrar allí

- Bueno mi tía Celestina me llevo, ahorita está ocupando a otra aprendiz y me acordé que también te gusta coser.

-¿Abuela tú me darías permiso?

- Claro que si hija es bueno saber un oficio.

- A las aprendices no nos pagan

-Bueno nosotros tendríamos que pagarle a la santa mujer por enseñarlas dijo la abuela.

-Bueno mira aquí te apunte la dirección __ ¿Sabes cómo irte?

-Si

-Bueno mañana te espero en la puerta si tu llegas primero tú me esperas, le dije.

-Está bien Mañana nos vemos _ Dijo Baudelia.

- Buenas noches doña Meche

- Buenas noches hija y gracias por pensar en mi muchacha.

-En la mañana cuando llegue al taller ya me estaba esperando Micaela, entramos y se la presente a la señora Beatriz

-Señora le presentó a Micaela.

-Hola linda mucho gusto, pasen, pasen que tenemos mucho trabajo.

Pasamos al taller y rápidamente nos pusimos a trabajar,  Doña Beatriz me dijo ven por favor

- Sí señora dígame

- tú ya aprendiste lo elemental vas a ser la ayudante de la señorita Eva.

-Sí señora

- Eva ella es Baudelia va a ser tu ayudante.

Eva era una mujer muy hermosa, tenía su piel muy blanca y los ojos muy azules el pelo dorado, la mujer me barrió de arriba abajo  en su mirada había desaprobación.

- Está bien señora Beatriz __ dijo Eva

- Bueno hay las dejo,  trabajen rápido por favor

- Sí señora

-Bueno me supongo que ya sabes de todo para que te hayan subido de rango de ayudante, ¿Cuántos años tienes?

-El próximo mes cumplo catorce años el 25 de marzo

-No me digas que en tan poco tiempo aprendiste tanto __ ¿Ya habías estudiado corte y confección?

-Bueno en el internado nos enseñaron a tomar medidas, hacer los trazos y a coser en la máquina de mano ¿No sabes usar la máquina de pedal?

-Si mi mamá tiene máquina de pedal y me deja usarla

-Bien, ¡Cose esto en esa máquina¡

Yo no le agradaba a Eva, Ella ya era una costurera de alta costura. Ella recibía un sueldo y aparte una comisión por cada prenda terminada, vestía muy bien y a leguas se veía que había estudiado en un colegio privado.

La mayoría de las clientas jóvenes se dirigían a ella con mucha camaradería la saludaban con un beso en la mejilla como si fueran grandes amigas, también me fije que cuando les entregaba la prenda terminada le entregaban un sobre con dinero.

Poco a poco me di cuenta que ella era racista, yo no le caía bien por mi color de  piel morena Abiertamente lo decía que ella nunca se casaría con un hombre moreno.

La señora Beatriz les pagaba a sus empleadas el sábado cuando terminábamos el turno, yo me sorprendí cuando ese sábado también recibí un sobre, era mi primer sueldo como ayudante de costurera,  en mi sobre había 25 pesos, era el sueldo mínimo del año 1943.

Me sentí feliz, en el internado nos mataban trabajando sin paga alguna, al contrario nuestros padres les tenían que pagar a las monjas por explotarnos,  pero ahora me estaban pagando por algo que me encantaba hacer, eso no lo podía catalogar más que como un milagro

Al siguiente día que era domingo fui a dar gracias a Dios Y para agradecer, mis padres me dijeron que ese dinero me pertenecía a mí, lo único que me recomendó mi padre fue que ahorrará algo, que no me lo gastara todo, que siempre es bueno contar con un dinero para una emergencia.

Cumplí catorce años cada día aprendía más, aunque Eva era algo egoísta,  no me enseñaba directamente, yo me fijaba muy bien como lo hacía ella, me costaron muchos reglazos en las manos que me propinaron en el internado por no fijarme, así que, lo que mejor que sabía hacer era fijarme muy bien y hacer las cosas igual de bien.

Nunca me amaste #SGAWARDS2017#CAJAWards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora