Mi pequeña hermana estaba muy feliz en el internado, yo no lo podía creer, pero así era, creo que al final mi padre se iba a salir con la suya de tener una religiosa en su familia, pero no iba a ser yo.
Mi hermano me contó todo lo que había hecho para merecer que lo expulsaran del internado, fue desobediente, se escondía para no asistir a misa, les respondía a los frailes, no hacía sus tareas escolares, se robaba la comida, en los ejercicios espirituales, en lugar de golpear su espalda golpeaba a los otros alumnos.
Y lo que colmó el plato fue cuando escapó del internado, confundiéndose entre los visitantes.
Cuando me contó todo eso no parábamos de reír, le dije
Pero no te castigaban, porque las monjas son muy crueles con nosotras
-Claro que me castigaban pero, yo resistí, me azotaron, me encerraron en un cuarto con un diablo.
-A mí también todavía tengo pesadillas en la noche, le dije a mi hermano
-Me dejaron sin comer, siguió mi hermano
-Escúchame bien si no quieres terminar de monja debes hacer algo drástico para que te expulsen.
- Pensé en sus palabras detenidamente. De regreso al internado, nos separaron a mi hermana y a mí.
Los dormitorios de las novicias ya no estaban en el mismo piso donde estaban las alumnas.
Sor Amelia me llevó por un pasadizo que nunca había visto, ni cuando recorrí todo el internado, llegamos hasta una serie de puertas Sor Amelia abrió una y me dijo
- Esta va a ser tu celda, deja tus cosas y vamos para decirte tus nuevas responsabilidades, entre al cuartito donde solo había una cama sin colchón las puras tablas, había dobladas dos sábanas muy blancas y una colchita, una mesita con una vela y una caja de cerillos.
En la cabecera de la cama estaba un crucifijo colgado, pregunte
-¿No hay luz eléctrica?
- Aquí no
Había un hábito parecido al que usaba ella y me dijo te lo pones y me dio un manto para taparme la cabeza
-Desde este momento siempre vas a traer la cabeza cubierta.
Cuando estuve totalmente vestida salimos y fuimos a la parte donde vivían las monjas nuevamente, nos pusieron en una fila en total éramos veinte novicias.
La madre superiora que ya era la tercera que yo conocía cada tres años las cambia, nos dijo
Desde este momento ustedes van a llevar una vida igual que nosotras las religiosas, en este año vamos a ver cuál de ustedes en verdad tienen vocación para consagrarse a servir a Jesús
La Comunidad nos levantamos diariamente a las 6 de la mañana, media hora después, a las 6.30. Vamos todas juntas al coro a cantar los Laudes y Maitines, cantados con pausa, no resados, y después hacemos oración mental durante una media hora, a las 7.30 de la mañana después de haber cantado las horas litúrgicas menores, asistimos a misa y recibimos la comunión
A las 8.30 de la mañana, coincidiendo con la tercia, vamos a desayunar, y posteriormente, comenzamos los trabajos conventuales no religiosos, básicamente limpieza de la casa, repostería, lavado y planchado de los hábitos, etc. Cada novicia tiene asignada su labor específica, y toda la comunidad participa de las labores generales.
- Nosotros hacemos repostería y rompope para venderlos y ayudarnos con los gastos del convento.
- A las 12.45 del mediodía, se retoman los rezos antes de participar en el refectorio de la comida comunitaria, que suele hacerse 15 minutos después, sobre la 1 del mediodía, se come en completo silencio, escuchando a la hermana lectora, que lee diversos libros de temas religiosos, salvo los viernes que se lee la Regla en la comida, y el testamento de Santa Clara en la cena. Las hermanas lectoras se turnan por semanas, después de la comida, hay un rato de recreo hasta las 2 de la tarde, más tarde llega el silencio mayor hasta las 3.30. De la tarde, durante este espacio de tiempo cada una de ustedes realizará su labor compaginandolo con la meditación que obliga el silencio mayor
Tocan después la Nona, para rezar en el coro la Corona Franciscana. Luego vuelven a sus labores cotidianas, hasta Vísperas, sobre las 6.45. de la tarde, que vuelven al coro a rezar el rosario de la Virgen, la letanía y otras devociones, completando hasta las 8 de la tarde, que es la hora de la cena, con otro rato de labor. Después de cenar, en el mismo refectorio, se rezan completas y se retiran a sus celdas hasta el día siguiente.
Cada mes, tenemos un día de retiro, que suele coincidir con el último domingo del mes. Ese día se trabaja lo mínimo necesario y se emplea en reflexionar sobre la vida particular de cada una y sobre la vida de la comunidad.
Se analiza en profundidad y completa soledad algún capítulo de la Regla, que previamente ha elegido la Madre Superiora, ese mismo día, por la tarde, horas antes de la cena, se celebra el Capítulo de Culpas en la Sala Capitular donde, después de la reflexión, ofrecemos la confesión recibiendo después la comunión.
En este año, se les asignará una maestra que les ayudará a madurar la elección libre de entrar en la congregación.
Con el objetivo final de comprobar, por parte de la novicia de que estén seguras de la llamada de Cristo.
Cuando finalice su año de noviciado las alumnas que estén completamente seguras de ser religiosas van a ingresar a la comunidad de las madres Clarisas.
- ¿Entendieron todo?
Si Madre superiora , dijimos todas las alumnas, yo no entendi nada jajaja
Si la vida en el internado ya se me hacía dura con tanta regla y rezadera iba a ser peor.
Mis planes de portarme mal fracasaron, todo el día estábamos vigiladas y en la noche estaba tan cansada que no pensaba en otra cosa más que en dormir para descansar y tomar fuerzas para el siguiente día.
Entre los quehaceres que teníamos que hacer era cocinar para las alumnas del internado, nos dieron clases de primeros auxilios, cuando una de las niñas se enfermaba una de nosotras era la enfermera de la criatura
ESTÁS LEYENDO
Nunca me amaste #SGAWARDS2017#CAJAWards2018
RomanceNunca me amaste Esta es la historia de Baudelia Paredes Diaz. Narrada por ella misma y un narrador omnisciente, que no forma parte de la historia. Baudelia es la historia de una mujer que sufrió las peores vejaciones, a la edad de siete años empezó...