Parte / 12

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Después de leer el manual de Carreño, empezaron las clases en físico, para convertirme en una dama de sociedad.

─Primero que nada debes de tener una buena postura.

Tenía tantas cosas que aprender:

Pararme bien, caminar con zapatos de tacón, sentarme, pararme, saludar, formular preguntas, contestar, elegir mi ropa para los diversos eventos.

─Bien te felicito esta parte ya está cubierta, sigue la segunda parte pasemos al comedor.

─Tienes que aprender a usar los cubiertos y la vajilla correctamente, enseguida saco una infinidad de cubiertos

Me explicaba para que servían y como se usaban yo sólo sabía usar los convencionales.

Había cubiertos para todo, carnes rojas, pollo, pescado, mariscos, postres, etc.

Después siguieron los platos, vasos, copas, el uso de las servilletas, era mucha información para mi cerebro.

Fueron tres meses de lunes a viernes de intenso aprendizaje, me llevo a compras diferente ropa, zapatos y accesorios para usar en los diferentes eventos a los que iba a asistir, por fin terminamos.

─Creo que ya fue todo lo que tenías que aprender, te dejo el manual de Carreño y esta guía para vestir correctamente en cada ocasión, y no dudes en hablarme por teléfono para cualquier duda que tengas, fuiste muy buena alumna.

─Gracias Sofí

Nos despedimos con un caluroso abrazo, había nacido una bonita amistad entre las dos.

Como ya lo dije antes varias cosas que vienen en el manual de Carreño ya me las habían enseñado en el internado a punta de varazos difícilmente se me iban a olvidar, ya sin el compromiso con Sofí ya tuve tiempo de platicar con Raquel.

─¿Y dime cómo es que llegaste a mi casa a servir?

─Le pregunté mientras tomaba una taza de humeante café.

─El señor Juan Manuel me ofreció el trabajo, ya que él conoce a mi madre desde que era un adolescente y a mí por supuesto, mi madre es la cocinera de los señores, Ramos Romero, yo era su ayudante, su esposo necesitaba a una persona de mucha confianza, es por eso que estoy aquí.

─¿Disculpe de donde es que su madre conoce a mi marido desde adolescente?

─De la casa de los padres del señor Juan Manuel ¿usted no los conoce?

Me sentí cómo una estúpida, yo no sabía absolutamente nada de mi marido, le dije con una amplia sonrisa, para disimular mi desconcierto.

─Claro que los conozco solo que siempre los llamo por su nombre de pila, no me haga caso, pero me puede decir quien es la señora Camilla.

─La señora Camilla es la nana de los cuatro hijos de los señores, el señor Juan Manuel se encariño con ella, siempre la llama mamá, pero en realidad es su nana. Clara y Delia son mis sobrinas, son hijas de mis hermanas, ¿se le ofrece algo más?

─No, nada gracias, sigue con tus labores.

─Con permiso.

La mujer se retiró y yo me quede pensando, si ni siquiera conozco a su madre, mucho menos a las personas de su entorno, tenía muchas dudas, si su padre era Romero─ ¿entonces por qué él Lombardi? Esa misma noche le pregunté a mi marido.

─¿Quiénes son los señores Romero Ramos?

─¿Quién te hablo de ellos? ─Me preguntó entre sorprendido y enojado.

─Bueno le pregunte a Raquel cómo era que había llegado aquí...

Ya no me dejo seguir hablando me clavo la mirada que tanto miedo me daba y me refutó lleno de cólera.

─Nunca, óyelo bien, nunca cuestiones mi vida, si ellas están aquí es porque yo así lo dispuse entiéndelo bien aquí yo doy las ordenes, yo dispongo quién entra y quién sale de mi casa, ¡ENTENDIDO! fin de la conversación─, mañana vas a la boutique de doña Beatriz te va a entregar un vestido y accesorios el sábado tenemos un evento en el club de leones, ella te va a asesorar.

Quede muy desconcertada, sabía que el club de leones era un lugar exclusivo para personas adineradas, los socios pertenecen a la más alta sociedad, ¿Quién era Juan Manuel que se codeaba con esa gente?

El siguiente día era viernes, llegue a la boutique, me recibió Celia una de las vendedoras.

─Bienvenida señora, doña Beatriz la está esperando

─¡Cómo que señora, Celia, soy yo, Baudelia tan pronto se te olvido!

─Se perfectamente quien es usted, pero debo de guardar mi distancia ─y sin decir más, me condujo hasta la oficina de doña Beatriz, yo me sentí muy mal, todas las empleadas siempre habíamos sido como una gran familia y ahora por el sólo hecho de ser la esposa del hermano de una de las dueñas del negocio, se fracturaba la amistad. Celia tocó la puerta de la oficina, me anuncio

─La señora Baudelia ya está aquí─, y se retiró sin decir más.

─Qué bueno que llegaste te estaba esperando  sígueme por favor.

  Entramos a un salón y me enseño un precioso vestido.

─¡Mira no es fabuloso! ─don Juan Manuel tiene muy buen gusto, pruébatelo por favor por si tenemos que hacer un arreglo, inmediatamente se lo hagan, tu marido siempre me pone en apuros.

Me probé el vestido y me quedo muy bien estaba hecho a mi medida, aunque me hubiera gustado escogerlo yo misma, me probé unos zapatos que hacían juego con el vestido, y unos accesorios, doña Beatriz me dijo.

─Bueno esto es todo mañana en el transcurso de la mañana te los entrega mi chófer personalmente en tu casa, no me fió de los mandaderos.

Nunca me amaste #SGAWARDS2017#CAJAWards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora