Parte/26

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Mica y yo reíamos, en  esos momentos tocaron la puerta de la calle, mi madre acudió a abrir.

—¿Quién será tan tempranos?

Escuchamos unos pasos  dirigirse a mi habitación, mi madre tocó la puerta.

—Baudelia te busca esta señorita.

—Buenos días señorita Baudelia, mi nombre es Leticia Velazco, vengo de parte del señor Juan Manuel, yo la voy a arreglar para su boda.

Enseguida abrió un maletín  y saco varios instrumentos de belleza y empezó su labor.Al parecer mi flamante futuro esposo no se había olvidado nada. Primero me dio un masaje relajante, me puso aceites aromáticos en el cuerpo, enseguida me peino, me maquillo muy tenue, me dijo

—Tu no necesitas tanto maquillaje, eres muy jovencita y tienes un cutis de nácar.

Me cohibí con sus palabras, no estaba acostumbrada a recibir palabras halagadoras.

El tiempo pasaba rápidamente, cuando termino Leticia de arreglarme vimos el reloj y eran las once de la mañana, mi madre entro a la recamara y me dijo

—Baudelia ve al baño para que hagas tus necesidades, porque ya poniéndote el vestido te va a dar mucho trabajo hacer, y recuerda que la misa es muy larga y no vaya hacer que te den ganas a media misa.

—Ay mamá que cosas dices.

—No Baudelia, tu mamá tiene razón, imagínate en el templo y tú con ganas de orinar o lo que es peor hacer del dos ja, ja, ja,  rió Micaela, todas reímos junto con ella.

—Fui al baño y regrese a mi cuarto mi madre, Micaela y Leticia me ayudaron a ponerme el vestido, por último me puse los zapatos de tacón, Micaela se dio a la tarea de enseñarme a caminar con ellos ya que era la primera vez que usaba unos.

Mi madre me vio, una lagrima cayo por su rostro y me dijo muy emocionada.

—Ay hija, pareces una virgencita,  ¿Verdad que sí muchachas? si señora contestaron Micaela y Leticia.

Tocaron de nuevo la puerta de la calle, María la empleada entro corriendo y nos dijo

—Acaba de llegar un coche muy elegante arreglado con flores muy bonito, dice el chófer que viene por la señorita Baudelia, para llevarla al templo, también llegó su hermana la monjita. (mi hermana Camela).

—Este señor, sí que pensó en todo— dijo mi madre.

 Salimos y allí estacionado estaba el flamante coche blanco, el chófer muy arreglado con su uniforme, mi hermana Lucero la menor elegantemente vestida con un vestidito blanco largo parecía que iba a hacer su primera comunión, me ayudo con la cola del vestido, para subir al coche. En el  sólo íbamos la niña, el chófer y yo, mis padres mis hermanos y Micaela se fueron en su carro, cuando llegue al templo ya me estaban esperando los invitados el templo estaba muy arreglado con flores, muchas flores blancas, en la puerta de entrada había un arco hecho con claveles blancos con un corazón en medio y las letras JM y B   (Juan Manuel y Baudelia)

Entre a la iglesia del brazo de mi padre que iba elegantemente vestido, su vestimenta era sencilla pero se veía muy bien, el templo estaba abarrotado de personas, yo veía hacia el altar, cuando llegamos al final de la pasarela mi padre me entrego a Juan Manuel que estaba al pie del altar elegantemente vestido parecía un artista de cine, yo no podía pedir más era el hombre al que entregue mi corazón desde el primer día que lo vi.

Empezó la ceremonia

—Juan Manuel ¿Quieres recibir a Baudelia como esposa?

 —Si quiero padre.

—Prometes serle fiel en las alegrías, en las penas y en la enfermedad y amarla respetarla todos los días que Dios los conceda estar juntos.

—Si padre, lo prometo.

—Baudelia ¿Quieres recibir a Juan Manuel como esposo, prometes serle fiel en las alegrías en las penas en la salud y en la enfermedad, respetarlo todos los días de tu vida?

—Si padre, si quiero

—El señor que hizo nacer entre ustedes el amor, confirme este consentimiento mutuo, que han manifestado ante la iglesia, los declaro marido y mujer, lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.

Y así quedamos casados.

Juan Manuel

Octavio trato de disuadirme hasta el último momento de que no me casara con Baudelia, tanto insistió que hubo un momento en que nuestra amistad de toda la vida tambaleó. pero el terminó por respetar mi decisión no sin antes decirme

—Ojala nunca te arrepientas de esta decisión que estas tomando, rezo por que la mujer que va a ser tu mujer no sufra por esta decisión tuya, es una hermosa mujer y le estas quitando la oportunidad de encontrar a alguien que en verdad la haga feliz. 

Estoy seguro que Eva se entero de la fecha del matrimonio, pero gracias a Dios no se aparecieron por la iglesia, a las que si invite fueron a mis tías las hermana de mi madre, pero como era de esperarse se negaron rotundamente a asistir a la ceremonia, sólo me acompañaron mi tío Mateo y Octavio.

Cuando  llegamos  al templo estaba abarrotado de personas, nadie que yo conozca,  llegaron Renata su prima y sus tías, pero Baudelia no llegaba, por un momento pensé que se había arrepentido en el último momento, sus padres ya están aquí, pero ella brilla por su ausencia.

 Por fin llega, viene caminando hacia mí del brazo de su padre atrás viene la comitiva los padrinos de velación, que son los que bautizaron a Baudelia, las damas de honor, el templo esta bellamente decorado con flores, según me dijo Octavio, Baudelia es una belleza, pero yo solo veo a Judith vestida de blanco.

No me la puedo quitar de la mente, como quisiera que esa muchachita fuera mi mujer, pero tengo el presentimiento de que pronto la voy a encontrar, me tengo que concentrar, si no voy a ser capaz de echar todo a perder

Ya empezó la misa espero que pronto termine este circo, eso es lo que pienso de todo esto, el padre me pregunto que si aceptaba a Baudelia como esposa, contesto que sí, le preguntan a ella y sin titubear contesta que sí, los declaro marido y mujer dice el sacerdote y da por terminada la ceremonia, Dios mío perdóname por este sacrilegio que acabo de cometer, pero es la única manera de no terminar con mi carrera laboral.

He luchado mucho para llegar al punto donde estoy, como para que una simple clausula me niegue el derecho a escalar en mi trabajo, voy a poner todo mi esfuerzo por hacer feliz a esta mujer en lo que aparece Judith y mis hijas, varias personas nos rodean llegan y me abrazan deseándome que sea muy feliz en mi matrimonio, yo sé que eso no va a ser posible, estuvo bien que mi madre y Eva no asistiera, todas las empleadas del taller están aquí y hasta los empleados de limpieza, ya me imagino a Eva refregándome en la cara lo bajo que caí. 

Baudelia se ve muy feliz y así quiero que siga me voy a integrar para seguir fingiendo esta farsa, ni siquiera es un matrimonio arreglado ella piensa que en verdad estoy enamorado de ella, pero que equivocada esta la pobre infeliz, mi corazón sólo es de una sola mujer mi Judith, ¿Dónde estás mi amor?



Nunca me amaste #SGAWARDS2017#CAJAWards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora