Mi madre me preguntó.
—¿Cómo te sientes?
—Me duele mucho dile a mi papá que si me puede llevar al hospital.
—Creo que tu hijo ya no tarda en nacer, mira ya tienes el estómago muy abajo, voy a decirle a tu papá que se vaya a las volandas ( de prisa) en el coche por doña Benita la partera, mientras yo alisto tu cuarto para que allí nazca el niño.
—¡Pero mamá! te digo que el doctor me dijo que me fuera al hospital.
Pero ya no me escuchó, salió rápidamente a mandar a mi padre por la partera, no sin antes decirle a María.
—María prepara todo, que Baudelia ya se va aliviar.
No pasaron ni quince minutos cuando llegó mi padre con la mujer, era la misma que me había traído al mundo hacia 17 casi 18 años.
—Baudelia ya llegó tu padre con doña Benita—, me dijo mi madre.
—Ven muchacha déjame revisarte.
—Sí señora.
Pasamos a mi antigua recámara, María ya tenía todo dispuesto para recibir a mi hijo, en la cama había puesto un cubre cama de caucho (plástico) para no manchar el colchón de sangre, cubierto con una sábana muy blanca, había un vasija con agua hervida, hizo varias tiras con una sábana gastadas, para que sirvieran de vendas, puso una mesa a un lado de la cama para que la partera pusiera sus instrumentos de trabajo.
—Haber muchacha acuéstate en la cama que te voy a revisar.
—Si señora.
—Dobla las piernas y ponte muy flojita, entre más aflojes el cuerpo menos te duele.
Enseguida introdujo su dedo en mi vagina al momento lancé un grito de dolor, ella sin hacer caso omiso siguió hurgando dentro de mí.
—Ya está bajando, va a ser un parto rápido.
—Camina mientras te preparo un té de hojas de hierba de borracho y canela, para que aumenten las contracciones y más rápido te alivies.
Rápidamente salió del cuarto a preparar el té—, entre tanto mi mamá me ayudo a ponerme de pie para que caminara por la habitación, los dolores cada vez eran más fuertes, cuando eso pasaba paraba mi caminata—, cuando la señora volvió con el té me dijo—siéntate mija en la cama pa que te lo tomes.
—Señora ya me terminé el té
—Sigue caminando mija.
Yo la obedecí, seguí caminando por la habitación, a los pocos minutos me dió un dolor tan fuerte que me tuve que parar—. De pronto sentí que me estaba orinando, la mujer me dijo.
—Ya estás a punto ya se te rompió la fuente, acuéstate.
La partera presionó mi abdomen para ayudar al niño a salir, sentí un dolor más fuerte que el anterior, no contuve las ganas de ahogar un grito, la mujer me increpó para que pujara.
—Puja, puja ya viene ya coronó la cabeza.
Sentí otros tres dolores igual de fuertes, de pronto sentí que estaba haciendo del baño del dos. y pensé en medio del dolor.
—Santo inmortal me estoy haciendo del excusado, que vergüenza, enseguida llegó otro dolor igual de fuerte sentía que me hiba a desmayar, senti que expulsaba una bola de la vagina, no lo puedo llamar de otra forma, la partera exclamó con voz entrecortada.
—Ya salió esta completito. Una vez fuera lo colocó de cabeza para que expulsara todos los líquidos, lo oí llorar, lo ubicó en una posición segura para cortar el cordón umbilical y lo amarró con un hilo que ella misma preparó. Enseguida lo limpió con el agua tibia que María había traído al cuarto, por fin respire tranquila le pregunté—. ¿Y que es niño o niña? —Es un hombrecito.
Mi hijo nació el jueves primero de abril de 1948, a las tres de la tarde.
Cuando lo termino de asear me lo puso en mis brazos, mientras ella se disponía a limpiar muy bien mi abdomen, me retiro la placenta y con las tiras de sábana que María había hecho me limpió muy bien. Yo miré a mi niño embelesada, estaba precioso, le pregunté a la mujer.
—¿Usted cree que va a ser güerito mi niño?
—No mija, tu hijo va a ser prietito igual que tú, tiene los tanatitos (testículos) muy negros, si fuera güerito los tuviera rosaditos.
Sentí una opresión en mi pecho, y pensé— ¿Y si Juan Manuel no lo quiere porque está prietito? —bueno mi niño, si eso pasa yo tengo amor de sobra para ti— La mujer al fin terminó de asearme, me puso un lienzo entre las piernas y me dijo—. Este lienzo, es porque te va a seguir saliendo sangre y agua aguanosa, poco a poco va a ir cesando, el lienzo se tiene que cambiar en cuanto te sientas muy mojada, ahora ya nada más te pongo tu faja para que se te acomode todo el menudo. (Los órganos internos) ya que cuando tiene uno cría todo queda por ningún lado.
Mojó una tira de sábana con un remedio casero y me lo puso en el estómago.
—Este es un cocimiento de muchas hierbas medicinales, pa que te salga todo el aire, porque si se te queda adentro vas a quedar muy panzona, las mujeres de estos días ya no quieren aliviarse en su casa, se van al hospital, bueno no todas solo las que tienen dinero, pero lo que no saben es que no les ponen este remedio que ponemos las parteras y quedan tan barrigonas que parece que todavía trajeran al muchacho en la panza, por último me dijo
—Si la leche no te baja en tres días, que te de den un té de hojas de naranjo para que te baje, o te pones una hoja de naranjo en la chichi, también eso es bueno, aunque no creo que vayas a necesitar de eso, mira ya te está saliendo, te pegas al niño para que coma y la que te quede te la sacas para que no te vaya a pegar la fiebre puerperal—eso me lo dijo mientras recogía todo lo que se ensucio y hacía un bulto, dejo el cuarto muy recogido.
El nacimiento de mi hijo fue toda una experiencia, si no fuera por los cuidados que recibí de Raquel, quizá mi hijo hubiese muerto antes de nacer, ella también se encargó de explicarme, por donde iba a salir mi hijo del vientre, ya que cuando le pregunté a mi madre ella solo se limitó a decirme.
—Por ahora no te preocupes por eso, cuando se llegue la hora de que tengas al niño, solo te vas acostar en la cama y ya nace.
El mes de Noviembre Eva había dado a luz a su segunda hija, eran unas niñas preciosas, rubias de ojos azules, parecian muñecas, estaba segura que mi cuñada iba a rechazar a mi hijo por el color de su piel, pero yo no iba a permitir que me lo humillara como a mi, una cosa era yo y, otra muy diferente mi hijo.
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Nunca me amaste #SGAWARDS2017#CAJAWards2018
RomanceNunca me amaste Esta es la historia de Baudelia Paredes Diaz. Narrada por ella misma y un narrador omnisciente, que no forma parte de la historia. Baudelia es la historia de una mujer que sufrió las peores vejaciones, a la edad de siete años empezó...