Parte / 5

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La señora amablemente la invito a sentarse.

—Tome asiento por favor—¿Me permite su carta de recomendación?

—Perdone, pero no tengo, la señora Covadonga, es mi carta de recomendación.

—Oh si,  Y dígame ¿qué experiencia tiene con niños?

—Tengo dos hijos, me comentó la señora Covadonga que más o menos son de  la misma edad que la de sus hijos, esa es mi experiencia, he sido madre y padre desde hace tres años que perdí a mi esposo en un accidente.

—Oh cuánto lo siento, mire si la señora Covadonga la recomendó es porque sabe que  puede con el cargo, pero dígame, si usted va a cuidar a mis hijos, ¿que va a ser de los suyos?

—Afortunadamente cuento con la ayuda de mi madre y mis hermanas, aunque me va a doler dejarlos, esto lo hago por su bien, mi padre es el único que sostiene la casa y creo que ya es tiempo de que le aliviane un poco la carga.

—Me parece muy bien, pero tengo un problema con usted.

—¿Qué problema?

—Su edad, es usted muy joven y el puesto es de mucha responsabilidad, tenga en cuentas que usted me va a sustituir a mi, cuando yo no me encuentre en la ciudad, además, la niñera de mis hijos no solo se limita a cuidar de ellos, si no que tambien tiene varias responsabilidades más.

—Perdón señora, pero usted no puede desvalorar mi desempeño sin antes verlo.

A la señora le gustó la contestación de la joven, a su corta edad, era educada y se desenvolvía muy bien, pero insistío.  

—En este caso yo decido el 50% y mis niños el otro 50% y, en caso de que usted fuera la elegida, estaría dispuesta a tomar un curso de capacitación, claro con gocé de sueldo, sin garantía de que usted sea la elegida.

—Si señora, claro que si.

—En ese caso siga me por favor.

Camilla siguió a la dama, subieron las escaleras que llevaban a la planta alta, llegaron a un salón muy grande donde se encontraban los niños jugando—su madre  los llamó.

—Niños vengan por favor, les presento a la señora Camilla, ella los va a cuidar.

Los niños pusieron los ojos en blanco, como diciendo—No por favor otra más, la vieron de arriba abajo, pero educadamente contestaron.

—Mucho gusto señora Camilla—¿Y usted tiene hijos?

—Si tengo dos, una niña y un niño de su misma edad.

—¡Oh!, y vamos a poder jugar con ellos?

—Bueno quizás si, si su mamá lo permite, un día pueden venir a jugar con ustedes.

—Si no trae a los niños, no queremos que nos cuide—. Contestó el niño enfáticamente.

Camilla sintió que el piso se hundía a sus pies, pero la señora dijo.

—Cálmense, cálmense, muy pronto van a venir, por lo pronto sigan jugando.

Cuando estuvieron fuera de la habitación la señora le dijo a Camilla.

—Al parecer les gustó a los niños, ahora depende de usted, si demuestra que puede con el puesto, serán dos semanas sin descanso de capacitación, incluyendo sábados y domingos, si en ese tiempo  demuestra que puede con el trabajo, el puesto es suyo, mañana empieza, el chofer la va a llevar a su casa, para que traiga su equipaje, desde esta noche se vas a quedar a dormir en la casa—¿ Está de acuerdo?

—Si, señora, estoy de acuerdo.

—Pues eso sería todo por hoy, que tenga buen día.

El mismo empleado que la atendió la llevó hasta la puerta de entrada de empleados dónde el chofer ya esperaba por ella, subió al carro y se dirigieron a su domicilio — cuando llegó su madre le preguntó.

—¿Qué pasó te dieron el trabajo?

—Todavía no se, me van a dar un entrenamiento de dos semanas y si paso la prueba me lo dan, la capacitación va a durar dos semanas, me voy a quedar a dormir en la casa desde ahora.

—¿Pero como que te vas a ir a vivir a esa casa, sin conocer a esa gente, ¿te volviste loca o qué?

—No mamá no me volví loca, tenga en cuenta que si consigo el empleo, va a ser una buena entrada de dinero.

Mientras Camilla hablaba con su madre guardaba su ropa en una maleta— mamá se lo pido por favor no se oponga es por el bien de los niños, se los encargo mucho, mire en este papel apunté el domicilio y el número de teléfono, si se  ofrece algo nada más tiene que llamar o van a la casa

—¿Tienen teléfono?

—Sí mamá es una casa muy grande, la familia se ve que es muy adinerada.

Su madre al escuchar la palabra adinerada, se le quito la preocupación, en esos momentos llegó don Juan Manuel.

—Ya llegué, oigan hay un carrazo allá afuera con chofer uniformado y toda la cosa—¿A quién estará esperando?

—Pues aquí a tu hija.

—A ver como esta eso, expliquen-me que ya no entendí nada.

Camilla le explico a su padre a grandes rasgos.

—Me parece bien, solo que no te vas a ir sola yo voy a ir contigo, para ver en donde vas a estar en caso de alguna novedad, avisarte, Dios no lo quiera.

—Bueno hija que Dios te bendiga, y ponte muy lista, para que te den el trabajo.

 Camilla se despidió de sus hijos, sus hermanas y su madre, su padre la ayudo con la maleta y regresaron a la mansión, don Juan Manuel no regreso a su domicilio hasta no hablar con la dueña de la casa, para que supiera que su hija no estaba sola y, que en caso de que le pasará algo ahí estaba su padre para responder por ella, la señora le dio una tarjeta con su nombre, el domicilio y el número de teléfono, con lo cuál don Juan Manuel quedo más tranquilo.

 Esa noche en la soledad de su habitación, Camilla recordaba a su amado esposo fallecido, era muy apuesto, su piel color canela, su pelo negro y lo más hermoso de su rostro sus grandes ojos verdes, coronados con tupidas y largas pestañas, era una pena que sus hijos no hubieran heredado sus rasgos físicos, ni su color de piel, era la primera vez que dormía sola, sin la compañía de sus hijos y su numerosa familia, beso la fotografía de su amado que sostenía entre sus manos y rezo para que él, de donde estuviera le ayudara a pasar la terrible prueba que se le avecinaba.  



Nunca me amaste #SGAWARDS2017#CAJAWards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora