Parte / 36

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Baudelia

Tengo un mal sabor de boca, como fui capaz de caer en mis bajas pasiones, esa no fue la educación que recibí de mis padres y de las monjas, no sé cómo voy a ver a los ojos a Renata, pero juro por Dios que ya no voy a volver a caer. Pero no cumplí mi promesa mientras ayudaba a preparar su boda a mi prima, yo me seguía acostando con su prometido, era como una adicción entre más probaba más quería.

Lo mismo pasaba con José Juan, lo malo era que el cada día que pasaba se enamoraba más de mí, yo sentía afecto un amor de amigo pero solo eso, era el hombre que satisfacía mis necesidades sexuales, las que rebasaban todas mis expectativas de mujer,  los meses pasaban  rápidamente, todo el tiempo que pasábamos juntos José Juan se la  pasaba acariciando y besando mi vientre que con el paso de los meses se iba abultando más y más e imaginando que era a su bebe el que estaba encerrado en esa barriga, le hablaba como si lo escuchara, en esos momentos tan emotivos yo no podía controlar las lágrimas, hubiera querido ser bruja para hacer un hechizo y convertir a José Juan, en mi marido, pero eso era imposible.

—¿Por qué lloras reina mía?

—No es nada es parte del embarazo, si Dios te concede tener hijos, vas a ser un magnifico padre.

—Si por alguna razón no tengo hijos propios no me importaría, ya se lo que se siente ser padre, gracias a tí, porque esta cosita linda que esta encerrado en esta pancita es mi hijo, o hijita.

No me cansaba de ver a ese hombre rudo por fuera, derretirse de amor por un hijo que el sabía que era el hijo de otro hombre cruel y egoísta , yo nunca le conté las condiciones en que fue engendrado ese hijo, que el tanto amaba. 

Juan Manuel

Estuve viendo a mi amiga a la que convertí en Judith, pero fue en vano, ella no es mi amada, simplemente actuaba como si lo fuera, fue divertido las primeras citas, la última cita no salió bien, le exigí, que actuara como toda una dama, ella simplemente se cansó, me dijo que era un pervertido que rayaba en la locura, me segó la ira y la golpee, los vecinos llamaron a la policía, gracias a Dios me creyeron después de darles una jugosa propina, les dije que la mujer me había robado y fue a ella quién quedo detenida. Ya no voy a experimentar con nadie, yo puedo satisfacerme sólo.

Baudelia.

Se cumplió el plazo esa tarde era la última que pasábamos juntos, al día siguiente José Juan y Mi prima Renata iban a contraer matrimonio, estábamos sentados en el porche de la casa, mirando el atardecer. yo ya estaba en el octavo mese de embarazo, apenas cabía en el coche, gracias a Dios eran carros muy amplios, ya no debería de manejar, pero era importante esta cita, para despedirnos mi amante y yo.

—Está es nuestra última cita, ya mañana a estas horas estarás casado con Renata.

—Todavía estás a tiempo podemos huir juntos.

—Tal vez si la mujer con la que te vas a casar no fuera mi prima lo reconsideraría, pero a ella no le podemos hacer esto,  además yo perdería a mi hijo, estoy segura que a Juan Manuel no le intereso y no movería un dedo para que volviera a su lado, pero a su hijo lo idolatra, primero me mata que permitir que lo arranque de su lado.

—Tienes razón, estoy alucinando le di mi palabra de matrimonio a Renata y lo voy a cumplir.

—Júrame que la vas a ser feliz, ella se lo merece por ningún motivo tiene que saber lo que hubo entre tú y yo.

—La voy a ser feliz, cuando este con ella tu siempre vas a estar en mi mente, y nunca las dañaría, a ninguna de las dos, antes de despedirnos quiero que me hagas un favor.

Nunca me amaste #SGAWARDS2017#CAJAWards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora