Parte/10

208 28 40
                                    



La primera clase fue de lectura, seguida por matemáticas, ciencias naturales, se escuchó la campana era hora del recreo, salimos formadas al patio, Mica y yo nos hicimos inseparables.

Eran cuarenta y cinco minutos de recreo, jugamos, y caminamos por el jardín había muchos árboles, paso el tiempo escuchamos la campana y nos volvimos a formar, entramos al salón y siguieron las clases de religión.

Sonó la campana era el final de las clases, hicimos lo de rutina, las alumnas teníamos diferentes actividades según la edad y la habilidad de cada niña, yo tomaba mis clases de canto y música.

Pasó la semana y llego el sábado, no había clases Mica ya me lo había dicho pero no me dijo lo que se hacía, nos levantamos igual de temprano que los otros días, en lugar de clases, limpiamos todo el internado, a todas nos pusieron hacer el aseo según la edad de cada niña.

A mí me pusieron junto con mis compañeras de habitación a ponerle aceite a todos los muebles, tenían que brillar, las mesas, las patas de las sillas, todo lo que era de madera bajo la vigilancia de Sor Amelia.

Otras niñas barrían, otras enceraban  el piso, otras limpiaban ventanas, las mayores lavaban la ropa, las sábanas y colchas, manteles, las novicias hacían la comida, pero todas las que llevaban el mote de Sor, no hacían nada simplemente vigilar que hiciéramos todo perfectamente bien.

Por la tarde llegaron tres sacerdotes, nos confesaron cuando me toco mi turno no sabía qué decir.

Por lo tanto el Sacerdote me ayudó, me dijo.

-¿Has tenido malos pensamientos?

-No padre

-Has hecho alguna mala señal a una de las madres cuando te llaman la atención

-No padre

- ¿No piensas maldiciones cuando vas a comer tu comida?

-No padre

- ¿No te ves tus partes íntimas cuando te bañas?

- No padre

- ¿No me estas mintiendo?

-No padre.

Por fin dijo el padre.

 -Tus pecados te son perdonados reza cinco padres nuestros y tres aves marías,

El domingo escuchamos misa y comulgamos todas las niñas, ese día no hicimos tareas del hogar no lo dieron libre.

Todos los días era la misma rutina lo único que cambiaba era la comida los lunes frijoles, martes lentejas, miércoles Abas, jueves garbanzos, viernes sopa de verduras, domingo caldo de res, por fin ese día nos daban un pedazo de carne.

Lunes, miércoles, y viernes arroz endulzado con piloncillo, martes, jueves y sábado Avena y el domingo un vaso con leche y una pieza de pan.

Cada quince días recibíamos, la visita de nuestros padres.

El primer domingo que vinieron mi mamá y mis dos tías Celestina y Justina, llegaron me trajeron comida, fruta, galletas, dulces, mi madre me preguntó

- ¿Estás a gusto?

-No, tú me dijiste que me iban a dar comida muy buena como la que ustedes hacen, pero me dan muy poquito

-¿Que te dan de comer? -Preguntó mi tía Celestina

-Sólo me dan un cucharón de comida, tres tortillas un vaso con agua de fruta y una fruta chica, siempre me quedo con hambre, el primer día le dije a Sor Amelia que no me gustaban los frijoles y me dejo sin comer hasta en la noche.

-Pero qué crueldad

Mi mamá se puso de pie y pidió hablar con la madre superiora, me tomo de la mano y fuimos a la dirección

- ¿Dígame señora en que le puedo servir?

- Me dice mi niña que le dan muy mal de comer y que siempre se queda con hambre.

-Pero niña, porque dices eso.

-Mire señora aquí les damos de comer muy bien __ Dio una palmada y la monja que siempre estaba alerta llegó al instante.

- Sor Esther haga el favor de traer a cualquier alumna por favor

La monja salió y regresó con una alumna

-¡ Niña por favor dile a la señora que desayunan?

- Huevo revuelto con frijoles fritos, con tortillas un vaso de jugo de naranja, un vaso con leche y una pieza de pan

- ¿Qué comes?

-Ensalada, crema de verduras, sopa seca y guisado de carne, con tortillas agua fresca y postre.

__ ¿Qué cenas?

- Un vaso con leche, pan, si queremos nos dan guiso del que comimos

- ¿Y te quedas con hambre?

- No porque si quiero más me dan más

-Te puedes retirar

-Yo quería gritar, no es cierto está mintiendo, pero la feroz mirada de la madre superiora me contuvo.

-Mire señora el comportamiento de la niña es normal, al principio no se adaptan y hacen lo imposible por volver al seno materno, pero nosotros seríamos incapaces de no darles de comer bien a las niñas

-Perdón madre superiora, no le digo bien para vergüenzas no gana uno con esta niña  y tu cuando te confieses le tienes que decir al padre que le levantaste un falso a la Reverenda Madre superiora y a las otras madres, con permiso.

Salimos de la dirección y mi mamá me fue regañando, por el supuesto falso, que había levantado a las religiosas.

- No puedo con la pena _ le dijo mi madre a mis tías

-¿Qué pasó?


Nunca me amaste #SGAWARDS2017#CAJAWards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora