Parte/2

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Mis Abuelos maternos

Jacinto, mi abuelo, se casó con Petra, mi abuela, ellos eran oriundos de un pueblo cercano a la ciudad, Tomatlán. De ese matrimonio nacieron tres hijas: Celestina, Justina y Valentina. Cuando iba a nacer el cuarto hijo, mi abuela tuvo complicaciones en el parto y murió junto con el niño, mi abuelo se entristeció mucho, de pronto se vio sin esposa a cargo de tres niñas pequeñas, mi abuela, no tenía más familia, un hermano, de oficio sacerdote del pequeño poblado donde vivían—. Mi abuelo, pronto se enamoró de otra mujer y le pidió matrimonio.

—Obdulia, ¿te casarías conmigo? —, te quiero mucho ya no puedo vivir sin ti—.Le dijo mirándola fijamente a los ojos, con el corazón en la mano—. La mujer contestó al instante, no sin antes poner una condición.

—Si, me caso contigo, con una sola condición—. Objeto la mujer sosteniendo su mirada.

—¡ Pídeme lo que quieras! y si está en mis manos te lo cumplo—. Exclamó mi abuelo, sin pensar en las consecuencias de sus palabras.

—Si está en tus manos —, recalco fríamente la mujer.

 —Él estaba dispuesto hacer cualquier cosa por la mujer que amaba, pero sus oídos no estaban preparados para escuchar la petición de la mujer.

—Si nos casamos, no quiero que las niñas vivan con nosotros; sentenció la mujer sin tartamudear, segura de lo que quería.

—Pero,  ¿que me estas pidiendo mujer?

 —Lo que escuchaste, si te quieres casar conmigo, las niñas se tienen que ir.

—¿Pero a dónde las voy a llevar?

—Ese es tu problema, yo quiero tener a mis propios hijos.

Y, Cómo mi abuelo, en verdad estaba enamorado de Obdulia, tomó a sus tres hijas y las llevó con su cuñado, el sacerdote del pueblo, Silvestre, ese era el nombre de mi tío abuelo él acogió a las tres hermanas,  contrató a una mujer solterona para que las criara como Dios manda. según sus palabras. Al poco tiempo a mi tío lo trasladaron a otro pueblito para ocupar el lugar del señor cura recientemente fallecido "San Ándres"—.  El nuevo señor cura se instaló en el pueblito, su economía cambió para bien, por lo que mi tío  inscribió a sus sobrinas  en un prestigioso colegio, donde además de las clases oficiales de enseñanza, también les impartían: clases de música, canto, alta cocina, repostería y modista; religión. La música y el canto eran clases obligatorias, las alumnas podían escoger alguna de las otras clases opcionales, "Alta cocina, Repostería y alta costura.

Celestina eligió estudiar alta cocina, Justina repostería y Valentina Modista. El sacerdote les compró su instrumento musical, a celestina un violín, a Justina una flauta y a Valentina un piano, la maestra de música le comentó.

—Sus sobrinas tienen habilidades para tocar estos instrumentos de música —, mi tío quería que se enseñaran a tocarlos para que amenizaran,  las misas cantadas.

Las chicas crecieron y, no defraudaron a su tío, eran muy buenas en lo que hacían, ellas empezaron a dar recitales en las iglesias y hasta llegaron a tocar en la catedral de Guadalajara. Celestina cantaba como los ángeles; según decían las personas que la escuchaban—.También ponían en práctica las labores que les enseñaron, la cocina, la repostería y la costura.

Eran un buen partido para ser  buenas esposas, pero por ser las sobrinas del señor cura, las respetaban demasiado y su juventud poco a poco iba desapareciendo sin que ningún joven se atreviera acercárseles  por el respeto que le guardaban al señor cura—.Celestina, tenía 28 años, Justina 26 y Valentina 24, en esos lejanos  años, las jóvenes contraían matrimonio muy jovencitas, casi adolescentes de catorce años, es por eso que, cuando una joven llegaba a los 20 años y permanencia soltera pasaba a la categoría de las  solteronas.

Nunca me amaste #SGAWARDS2017#CAJAWards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora