Parte / 6

113 21 31
                                    



Le agradecí a la señora por sus palabras de aliento.

—Gracias por su consejo señora.

—Mire niña, mi nombre es Juana, así me puede decir, y ya me voy, tengo que hacer de cenar.

—¿Gusta que le ayude en algo, Juanita?

—No, no, cómo cree señora, usted es una invitada, yo ya casi tengo todo listo, no se preocupe pero gracias de todos modos.

Cuando Juanita se fue, me quedé pensando en la mujer güera llamada la alemanita, me fui a la recamara de camino me encontré a Juan Manuel me preguntó.

—¿Dónde estabas ? te he buscado por toda la casa.

—Fui a caminar por los jardines están muy bonitos.

—Es una falta de respeto de tu parte dejar a nuestros amigos esperando por ti, no tienes ni pizca de educación. Vamos  todos preguntan por ti.

—Pero, Juan Manuel, no entiendo nada de lo que hablan, no sé que dicen.

—Que contrariedad, lo olvide por completo, está bien, nos vemos en la cena yo te disculpo con los amigos

Diciendo esto se fue rápidamente, en una  hora más, nos reunimos a cenar, todo era cordialidad entre los invitados, las mujeres se esforzaron por hablarme en español, cuando terminamos de cenar le ayudé  recoger la mesa a Juanita, en un descuido Juan Manuel me apartó del grupo para recriminarme duramente.

—En que estabas pensando cuando te pusiste a recoger la mesa, grábate bien estas palabras, ERES UNA SEÑORA Y NO CUALQUIER SEÑORA ERES MI ESPOSA, YA NO ERES UNA CRIADA.

Hiba a replicar, pero en esos momentos llego uno de los invitados.

—Los estamos esperando, ya vamos a empezar  a jugar cartas.

 Nos reunimos con los demás, Juan Manuel me explico cómo se jugaba el juego, pronto aprendí, todos bebían licor, yo solo agua, después de no se cuanto tiempo por fin nos fuimos a dormir Juan Manuel iba algo borracho, cuando estábamos en el cuarto le comenté lo que la empleada me había dicho.

—Juanita me dijo que mañana va a ver una fiesta.

—Juanita, ¿Qué Juanita?

—La señora que nos atendió.

—Ah, sí,  así es de que estuviste hablando con ella, debiste haberte sentido muy  bien a su lado ¿Verdad? mañana mismo le voy a decir a esa mujer que no se tome tantas confianzas contigo.

—¡No, no le digas nada, ella no tiene la culpa, yo soy la que ya no le voy a hablar!

—Eso espero. 

—¿Por qué no me habías dicho nada de la fiesta?

—Escúchame  bien, no te tengo que decir todo lo que pasa a nuestro alrededor y,  no, no es una fiesta, cada año nos reunimos los compañeros de generación para celebrar, es solo una reunión igual que esta sólo que con más personas, esta vez vienen otras sietes parejas, en total vamos a ser diez parejas.

—¿Y Juanita va a atender a todas las personas?

—No, no claro que no, va a venir más personal, Juanita es la que lleva el mando, siempre ha sido así, bueno vamos a dormir.

Cada día que pasaba le temía más a mi esposo, esa mirada fría me daba escalofrió. Al siguiente día nos levantamos ya estaba listo el desayuno, había algunas mujeres jóvenes ayudando a Juanita y unos hombres ayudaban a Jacinto  su esposo, en el transcurso de la mañana empezaron a llegar los invitados, Agustín y Susana, Andrés y Estela, Joaquín y Lupita, Alfredo y Graciela, Francisco y Martha, Bertha y Jacob, Ofelia y Armando, Silvia y Alejandro y nosotros, Juan Manuel y yo.

Llegaban se abrazaban y daban un corta reseña de lo que habían hecho hasta ese tiempo, todos eran de la misma edad, treinta tantos, también las mujeres, sólo una mujer era casi de mi edad, Graciela ella tenía 18 años, desde que nos vimos simpatizamos quizás porque éramos las más jóvenes. Ella no conocía a Juan Manuel, también era recién casada o eso es lo que dijo, pero las otras parejas si habían conocido a la alemanita, y empezaron a preguntar por ella, por lo que Juan Manuel intervino y me presento al grupo.

—Muchachos su atención por favor, tengo el gusto de presentarles a mi esposa.

Todos se quedaron muy sorprendidos, pero ante todo era gente educada, pero ellos habían sido testigos del intenso amor entre  Juan Manuel y Judith y no disimularon su desconcierto, solo atinaron a decir mucho gusto señora, o es un placer, escuché a unas mujeres susurrando. 

—¿Y la alemanita? ¿Qué pasaría con ella? —Eso no lo tiene que explicar Juan Manuel, pero no dudo que la haya dejado por esta arribista, igual que pasó con Alfredo, mira que divorciarse de Olga, para enredarse con esta mocosa, pero lo que más rabia me da es que nos las impongan, una de ellas me vio y tosió, las mujeres al momento cambiaron de conversación regalándome una amplia sonrisa.  

Había tantas preguntas en mi cabeza, pero al parecer todas iban a quedar sin contestar, pero estaba equivocada, si tuve respuestas a todas ellas, pero muchos años después y de la peor manera—,  ya estábamos las diez parejas,  Agustín y Susana su esposa, como parientes del dueño de la hacienda eran los anfitriones, ella era encantadora viéndola moverse como pez en el agua, con ella aprendí mi primera clase de cómo debe ser una verdadera anfitriona.

Después de comer siguió una larga sobremesa, y todos se ponían al día, bromeaban y contaban anécdotas de cuando eran estudiantes, era un grupo muy divertido, por primera vez veía a Juan Manuel contento, riendo espontáneamente. Como a las seis de la tarde, empezó la tertulia Ramón trajo una guitarra y nos dijo.

—Todos vamos a cantar, ninguno va a decir que no.

Formamos un círculo y empezaron a cantar, unos tenían como se dice un chorro de voz, los que sabíamos las canciones las coreábamos junto con el cantante principal, otros eran tan malos que mejor les decíamos, no, no, por favor mejor que se siente, pero a los que cantaban más o menos, aplaudíamos  y gritábamos,  otra, otra, otra hasta que volvía a cantar por primera vez desde mi matrimonio me estaba divirtiendo. Me toco cantar a mí, cante la canción bésame, mucho, quería decirle a Juan Manuel que me besara que necesitaba sus besos.

Canción

Bésame, bésame mucho
Como si fuera esta noche
la última vez

Bésame  bésame mucho
que tengo miedo a perderte
perderte después

Quiero tenerte muy cerca
mirarme en tus ojos
verte junto a mí
Piensa que tal vez mañana
yo ya estaré lejos
muy lejos de aquí

Bésame  bésame mucho
Como si fuera esta noche
la última vez
Bésame bésame mucho
que tengo miedo a perderte
perderte después

Bésame bésame mucho...

Cuando estaba cantando lo mire fijamente a los ojos, vi como que se turbo, cuando termine de cantar, todos me aplaudieron, y me gritaron, otra, cante otra y le tocó el turno a Juan Manuel, y la canción que canto era tan triste que nos conmovió tanto que las mujeres terminamos secando una lagrima.

Hoy que te has ido, tan lejos de mí,
Comprendo lo mucho, que sufro por ti,
Que yo sin tu amor, no puedo vivir,
Por eso te pido, que vuelvas a mí
Yo quiero tenerte, muy cerca de mí,
Yo quiero besarte, ser solo de ti
Quisiera sentirte, hablarte y amarte,
Y nunca en la vida dejarte partir

No importa que digan, que lloro tu ausencia
Que digan que llevo, clavado un dolor
Si lo que me importa, es que tengas clemencia,
Que sepas que te amo, con todo mi amor
Yo quiero tenerte, muy cerca de mí,
Yo quiero besarte, y ser solo de ti
Quisiera sentirte, hablarte y amarte,
Y nunca en la vida, dejarte, partir

Indudablemente esa canción no era dedicada a mí.

Nunca me amaste #SGAWARDS2017#CAJAWards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora