Parte /24

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Octavio se despidió de mí y mis padres, Juan Manuel se quedó un poco más, mi pecho no cabía en si de felicidad, mientras el platicaba con mi padre yo pensaba— quizá con la llegada del bebe, cambie su modo de actuar conmigo,  y  por fin seamos completamente felices, Juan Manuel se despidió prometiendo que venia al día siguiente, cuando abandono la casa, casi eran las once de la noche.

Juan Manuel,

Voy hablar con mi madre, desde que tuvimos el altercado por su intromisión en mi relación con Judith, solo cruzamos algunas palabras cuando por accidente nos encontramos,  luego hablaré con Eva—. Afortunadamente aún no se acostaba a pesa de la hora que era, mi madre se sorprendió al verme, no pudo disimular su alegría.  

—¡Hijo pasa por favor!

—Ya estoy dentro madre gracias. 

Me siento conmovido al ver  su reacción, aún sigo sensible por el nacimiento de mi hijo, además es mi madre la quiero, siempre fuimos, sólo los tres, Ella, Eva y yo, de pronto se arrojó a mis brazos, cuando le devolví el abrazo, empezó a sollozar con voz entrecortada me pide perdón.

—Hijo perdóname, no quise ocasionarte ningún mal, estoy muy arrepentida por intervenir en tu vida. 

—Madre,  por favor, hay que dejar el pasado atrás, el mal ya está hecho.

—Por favor dime cómo puedo remediar algo del mal que te causé.

—Precisamente a eso vine.

—Madre mi esposa acaba de dar a luz a mi hijo, lo que te vengo a pedir y si es posible a exigir, es que aceptes a mi hijo, de igual manera que aceptaste a las hijas de Eva.

—¡¡Pero hijo, como es posible que no me hayas avisado que tengo un nieto!!

—Espera madre, déjame terminar por favor.

—Mi hijo tiene la piel, del mismo color que su madre, no es blanco como tus hijos ni como las hijas de Eva, y, como tú y Eva son muy racistas, juzgan a las personas por el color de su piel. Es por eso que vengo a pedirte que no hagas menos a mi hijo, él tiene el mismo derecho que las hijas de Eva, y si no estás dispuesta a ceder, es mejor que me lo digas de una buena vez, para saber a qué atenerme, mi mujer se va a quedar toda la cuarentena en casa de sus padres.

—¡¡Hijo cómo crees que no voy a aceptar a tu hijo, a mí no me importa el color de la piel, esas son cosas de Eva, pero a ella también le va dar mucho gusto la noticia, ven vamos a darle la buena nueva.

Llegamos a la casa de Eva, es lo bueno de estar comunicadas las tres casas por el jardín.

—¡¡Eva hija, mira quién vino a visitarnos!!

—Juan Manuel, que gusto hermano—. ¿Pero pasa algo?

—Perdóname, por venir a esta hora, pero...—Mi madre me interrumpió.

—¡¡Tu hermano viene a comunicarnos que ya es padre de un niño, y te pide que lo aceptes.

—Pero hermano, cómo me dices eso, claro que lo voy a querer, siendo tu hijo, es mi sobrino.

—Él tiene sus dudas de tu cariño hacia el niño, porque el niño saco el color de piel de su madre, y, cómo tú juzgas a las personas por su color de piel.

—No sigas madre, por favor, no niego que tu mujer, no me cae bien, por el motivo que sea, pero mi sobrino es bienvenido a mi familia, sea del color que sea, no vuelvas a dudar de mi cariño sincero por él, te prometo que voy hacer lo posible por interactuar más con tu mujer.

—Quiero que quede claro un punto, no me interesa, que hagas amistad con mi mujer, de sobra se, que nunca te ha caído bien, pero mi hijo es otra cosa.

—Hermano, por favor, tu hijo va a ser bienvenido a mi familia, cómo lo que es, tu hijo y mi sobrino, te juro que de mi parte él no va a recibir agravió alguno.

—Se los voy agradecer a las dos.

—¡¡Y, para demostrarte mi afecto por tu hijo, quiero darle un regalo muy especial, si estás de acuerdo, quiero decorar su recamara, es como si estuviera decorándola, para mi propio bebe, sabes cuánto deseo un hijo varón,

—Está bien, te doy carta abierta.

—Gracias, hermano, desde mañana voy a empezar la tarea, para cuando llegue mi sobrino este lista.

Se dieron un abrazo grupal, y se despidieron.

Baudelia

Los días siguientes, pasaron lentamente para mí, ya que los últimos días había tenido una vida muy activa asistiendo a todos los eventos sociales  y a los que tengo que asistir por pertenecer al comite de damas. Juan Manuel, venia antes de irse a trabajar y en la noche se queda con nosotros, más bien con él bebe cada día que pasa veo que el niño al parecer va tener los ojos verdes se lo comento a mi madre. 

—Mamá ya te fijaste, parece que el niño va a tener los ojos verdes.

—No te confíes, a los niños chiquitos se les ven los ojitos  según la ropita que usan, ahora que si pasan seis meses o un año y todavía se le ven verdes es que asi se le van a quedar.

Estoy triste ya que Juan Manuel ya no ha intentado besarme, fue cosa de la emoción, de conocer a su hijo. Pasan 15 días, del nacimiento de mi bebe, ese  día, por fin iba a venir doña Benita, para bañarme, de todas las indicaciones que me dio la partera después de parir al niño, esta regla es la que se me hace más insoportable, la de no poderme bañar todos los días—, aunque todos los días, aseo mi parte íntima, prohibido lavar la cabeza y el cuerpo, tengo que permanecer acostada, solo puedo medio incorporarme en la cama cuando como, no he salido de este cuarto desde el alumbramiento, pero eso va a cambiar desde el momento en que doña Benita me bañe eso me dijo mi mama, por fin entra a la habitación y pregunta con su voz cantarina.

—¿A ver mis amores cómo están? 

—Muy bien doña Benita esperándola con ansia ya no aguanto la mugre .

—Ya, ya no te quejes todo es por tu bien, mientras la mujer revisaba el ombligo del niño, entre María y mi madre trajeron una tina grande  de lámina, le pusieron una sábana y  agua, pero no era agua pura, era un cocimiento de hojas de naranjo con no se hierbas mas, la mujer al ver al niño exclama.

—¡Pero mira nada más que ojos más chulos tiene esta criatura parecen dos esmeraldas! ya se le cayó el ombligo, mira Baudelia fíjate bien lo limpias muy bien con aceitito, le pones su fajero bien apretadito para que no se le salte, Ahora te voy  enseñarte a bañar a tu niño, mira como lo agarro, lávale la cabeza muy bien, luego lo volteas asi y le lavas muy bien  el culito. Inclínalo sobre la bañera, lávale con poquito jaboncito, le enjuagas muy bien la cabeza que no le quede nada de jabón, y cuida que no le caiga jabón en los ojitos. 

Después me hizo que yo hiciera todo el procedimiento pasé la prueba. 


Nunca me amaste #SGAWARDS2017#CAJAWards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora