Segunda parte/ 1

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En un pueblo del estado de Veracruz, vivían dos familias:

La familia Albarrán Gutiérrez

Y

La familia Lombardi Duval

Los Albarrán tenían una pequeña fábrica de cigarros y puros, vendían su producción en todo el estado de Veracruz, no eran muy ricos, pero si se les podía llamar adinerados.

En cambio los Lombardi Duval, lo único que tenían era mucho orgullo que les quedó de tiempos pasados de abundancia, pero por malos manejos de sus antepasados terminaron perdiéndolo todo. A sus descendientes sólo les quedó una buena educación y el orgullo de un apellido de abolengo, El señor Juan Manuel Lombardi, recibía un modesto sueldo como maestro rural, pero se ayudaba con clases particulares que le daba a los hijos ricos de algunos pobladores de los alrededores.

La familia Albarrán Gutiérrez tenían tres hijos; un hombre y dos mujeres, el señor Albarrán estaba muy orgulloso de su primogénito "Paulo".

La familia Lombardi Duval tenían cuatro hijos tres mujeres y un varón.

Paulo posó sus ojos en la hija mayor de los Lombardi de nombre "Camilla" ella tenía catorce años Paulo veinte—Un buen día el señor Albarrán llegó a la casa de los Lombardi Duval.

—Don Juan Manuel ¿Cómo le va?

—Muy bien don Leopoldo ¿A que se debe su visita tan temprano.

—Quisiera hablar unas palabras con usted, si me lo permite desde luego.

—Claro que si, no faltaba más, pase don Leopoldo, esta es su casa.

—Pues mire don Juan Manuel, no me agradezca la visita, el asunto es referente a su hija mayor.

—A caray, eso no me lo esperaba, pero dígame de que se trata, lo que me tiene que decir.

—Disculpe que sea tan directo, pero resulta que mi hijo Paulo, desea contraer matrimonio con su hija Camilla.

—¡No le digo bien, todo me esperaba, menos que se tratara de esto, pero al mismo tiempo me halaga que su hijo se haya fijado en mi hija con fines matrimoniales, pero le advierto que si mi hija no está de acuerdo no la voy a obligar a casarse con su hijo.

—Mire don Juan Manuel, yo quiero que ese matrimonio sea de común acuerdo—Contestó don Leopoldo.

—Siendo siendo así, lo más indicado es que los muchachos se traten un tiempito y ellos decidan ¿Le parece bien?

—Pues sí don Juan Manuel, tiene usted toda la razón.

—Pues dígale a su hijo que lo esperamos en la tardecita, voy a hablar con mi hija y si no hay más que tratar, que pase buenos días Don Leopoldo.

—Buenos días señor vaya con Dios.

Don Juan Manuel busco a su hija la encontró sirviendo el almuerzo.

—Papá que bueno que llega, ya iba a ir a buscarlo ándele siéntese ya vamos a almorzar.

Se reunió la familia alrededor de la mesa, mientras Abigail servía la comida, le preguntó a su esposo.

—¿Quién vino a buscarte tan temprano?

—Era don Leopoldo el de la tabacalera?

—¡A caray y que quería tú! lo hubieras invitado a almorzar.

—Pues no me paso por la cabeza, pero vamos a almorzar y luego les digo a que vino don Leopoldo.

Cuando terminaron de comer, Camilla se dispuso a levantar de la mesa.

—Camilla tu no te vayas tu también quédate Abigail y ustedes vayan a hacer sus quehaceres. don Leopoldo el de la tabacalera vino a pedirme permiso para que su hijo Paulo y tu entablen una relación y ya después, si se entienden casarse.

—¡Hija eres muy afortunada, imagínate ser la esposa nada más ni nada menos que del hijo de don Leopoldo uno de los hombres más importantes del pueblo y que digo yo, no solo del pueblo si no de todos los alrededores!—Exclamó su madre muy emocionada—pese a que su madre era una mujer racista, Paulo no era el tipo de hombre que ella hubiese querido de marido para su hija debido al color de su piel que era color, moreno claro, pero la posición de la familia la hacia olvidar sus escrúpulos.

—Mujer deja a la muchacha que ella sola decida, no la influencies—dijo con voz pausada su padre.

—¿Hija te gustaría que Paulo venga a visitarte en la tarde?

Camilla era tímida debido su corta edad, permaneció en silencio sin levantar los ojos del suelo, después de un largo silencio dijo en un susurro de voz —lo que usted diga padre.

—Mira hija vamos hacer una cosa, esta misma tarde va a venir Paulo, platicas con él, y si se avienen se hacen novios y si no, le dices que no y ya, no tengas miedo nadie te va a obligar a nada.

—Está bien padre

Su madre le dijo a su hija.

—Báñate y ponte tu vestido azul, para que cuando llegue Paulo estés muy bonita con el color azul se te ven mas azules tus ojos.

Se entendía el porque Paulo había quedado prendado de Camilla , esta encantadora adolescente ya se perfilaba que iba a ser una mujer muy hermosa, había heredado la belleza de su madre que a vez, había heredado de su herencia francesa; a las seis de la tarde llegó el joven con una caja de chocolates y un ramo de flores para la chica

Lo pasaron a la sala de la casa y se sentaron uno enfrente del otro, discretamente los dejaron solos, Paulo fue el primero que habló

—Camilla ¿Quieres ser mi novia?

—¿Por qué me escogiste a mí?

—Porque estás muy bonita, desde muy chiquita me gustaste parecías una muñequita con esos grandes ojos azules tu pelo que parece trigo y tu boca con tus labios carnosos, que si no fuera porque desde aquí puedo percibir a tu madre escondida detrás de las cortina te daba un beso en este instante. ¿ yo no te gusto ni un poquito?

—Si, estas muy guapo, pero hay tantas muchachas más grandes que yo, que quieren ser tu novia

—Pero a mi nada mas me gustas tú, quiero que seas mi novia y luego mi esposa—Qué dices ¿quieres ser mi novia?

—Está bien si quiero ser tu novia.

Él le tomó la mano delicadamente y se la llevó a los labios depositando un beso. Ella sintió su cuerpo estremecer, sintió algo muy bonito que nunca había experimentado. Su madre que como lo dijo Paulo estaba escondida a corta distancia, no perdió detalle y se alegró por su hija, su familia había sido muy adinerada pero su padre lo perdió todo debido al juego de cartas, quería que su hija disfrutara de la comodidades que da el dinero.

Los padres de su marido también habían sido adinerados, pero lo perdieron todo, en malos negocios, ellos eran un matrimonio que vivía modestamente, pero siempre extrañando la abundancia de los años pasados.

Luego de tres meses de noviazgo, Camilla y Paulo se comprometieron en matrimonio el enlace se celebraría el veinte de octubre en el cumpleaños número VX de Camilla, corría el año de 1912.

Se llegó la fecha del matrimonio fue muy elegante de acuerdo a los medios económicos de la familia del novio.

El padre de Paulo facilitó una casa, para que viviera la pareja de recién casados.

Nunca me amaste #SGAWARDS2017#CAJAWards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora