Parte /28

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Este capitulo está un poco fuerte, les pido disculpas, pero así va la historia.

Baudelia.

Los días pasan rápido entre mis actividades sociales y el cuidado de mi hijo, pero las noches se me hacen largas extraño a Juan Manuel, casi no me visita en mi alcoba, conforme pasa el tiempo, sus visitas se hacen muy esporádicas y si cuento las visitas que me ha hecho, me sobran dedos de las manos, no sé qué pasa conmigo pero a medida que  pasa el tiempo mi cuerpo exige más visitas conyugales, mientras que a Juan Manuel parece que se le acabo el combustible, o quizás tenga una amante que me esté ayudando en estos menesteres, tengo que averiguarlo,  hace días paso el tercer cumpleaños del niño, Eva como siempre le organizó su fiesta, ella parece más la madre que yo, pero yo no estoy hecha para lidiar con esas cosas.

Una noche estaba acostada en mi cama, sentía mucho calor, se me hizo raro, era el mes de marzo, todavía no era tiempo de calor, por fin logré dormir, de pronto, me desperté bañada en sudor, creo que había tenido un sueño erótico, sentía inmensas ganas de estar con mi marido, me levante de la cama, me puse una bata en mi cuerpo desnudo y me dirigí  a a su recamara, si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña, era la primera vez que sentía intensos deseos de estar con él.

Un tenue rayo de luz entraba por su ventana este alumbraba el cuerpo,  desnudo de mi marido, cuando mis ojos se acostumbraron a la semioscuridad, no podía  creer lo que estaba viendo, esto no puede ser, siento unas ganas intensas de golpearlo, él se estaba complaciendo solo, tenia los ojos cerrados, me acerque lentamente, alcance  a escuchar que decía con voz entrecortada.

—¡Por qué mi amor? ¿Por qué te fuiste? ¿Dónde te encuentras?

Ya no pude escuchar más, me le dejé ir con tanto coraje y lo empecé a golpear con tanta fuerza, el abrió los ojos muy desconcertado, pero cuando me vio su desconcierto se convirtió en rabia y odio, detuvo mis manos y me pregunta con voz furiosa.

—¿Qué te pasa? ¿Acaso te has vuelto loca?

—¡No, el loco aquí eres tú, prefieres satisfacerte con un fantasma, que conmigo que soy de carne y hueso!

—¡¡Cállate infeliz no sabes lo que dices!!—. Dijo todavía con voz sofocada, rápidamente se sentó en el borde de la cama, me tomo las manos para que ya no le siguiera pegando.

—¡¡Con que derecho entras a la intimidad de mi recamara!!

—¡¡Con el mismo derecho con el que tu entras a la mía!!

—¡¡Eso me pasa por confiado debí asegurar la puerta con seguro!!

 —¡¡Si cumplieras con tus obligaciones de marido no tenia necesidad de venir a reclamarlas, estoy cansada de tu desamor, si no me querías, no sé porque diablos te casaste conmigo, sé que hubo una mujer en tu vida, que estuviste muy enamorado de ella, PERO, ELLA TE DEJO, si está muerta ya déjala descansar en paz, y si está viva y te dejo es porque no quería estar contig...

Ya no me dejo terminar la frase, una lluvia de bofetadas cayeron en mi rostro.

—¡¡No tienes derecho hablar de lo que no sabes desgraciada, ignorante, malagradecida, después de que te puse en una posición envidiable, ¿Sabes cuantas mujeres quisieran estar en tu lugar? ¿LO SABES?

Los golpes seguían cayendo en mi pobre humanidad, en un intento de huir caí, al piso y su furia no paro, me empezó a patear, me levanto del piso de los cabellos, me tiro en la cama, sin dejar de hablar.

—¡¡Quieres saber ¿por qué me case contigo? ¿Lo quieres saber? Me case contigo, porque eso convenía a mis intereses personales, pero métete esto en la cabeza nunca te he querido, ni mucho menos amarte y nunca te voy a amar, a la única mujer que siempre he amado y amaré es a Judith,  a mi Judith.

Enseguida, me desgarró la bata, me abrió las piernas y me grito.

—Esto es lo que quieres infeliz, esto, esto, aquí lo tienes.

Y prácticamente me violo, cuando termino sentencio.

—Esta va a ser la última vez que voy a estar contigo íntimamente, búscate a otro hombre que te haga el favor, no te va a dar trabajo, he visto cómo te ven los hombres, después de todo no vas a ser la única mujer que tenga a un amante, lo único que te exijo es que seas discreta y no arrastres mi apellido en el fango, pídele a tu amiga la actricilla de quinta que te presente a un amiguito de los muchos que tiene.

Cuando termino de hablar, me arrastro de los cabellos hasta la puerta de la alcoba y me arrojo fuera del cuarto, me aventó la bata hecha trizas, trate de levantarme,  pero finalmente me desmaye.

Raquel

Estaba profundamente dormida en mi cuarto, de pronto escuché unos leves golpes en la puerta y el llanto de un niño, abrí y ahí paradito estaba el pequeño Juan Ignacio llorando, me asusté mucho ya que la criatura se pudo haber caído de la escalera, afortunadamente siempre hay un foco que la alumbra.

—Qué pasa mijo, porque te saliste de tu cuarto.

—Laquel, Laquel, mi mami eta llolando, me dice en el dialecto de un niño de tres añitos.

 —Vamos a tu cuarto, solo tuviste un mal sueño.

—Mi mami eta llolando en el cualto de mi papi, y no me quelen abil

Al oír esto rápidamente abrace al niño baje las escaleras y corrí  hasta él cuarto  del señor,  se oían sus gritos de él  y la señora llorando, escuché que la estaba golpeando, rápidamente fui a la casa de doña Camilla para decirle lo que estaba pasando, qué bueno que las casa se comunican por el jardín. Toque la ventana de su recamara donde duerme, está  da al jardín.

—Señora, señora, despierte por favor, señora.

—¿Qué pasa? ¿Por qué tocas de esta forma? ¿Por Dios que haces con el niño a estas horas?

—Señora el señor esta golpeando a la señora Baudelia.

Doña Camilla tomo al niño y corrió hacia la casa de la señora Eva, sacó una llave de entre sus ropas, abrió la puerta de la casa, la señora Eva sale a su encuentro y le  pregunta angustiada

—¿Qué pasa mamá?

—¡¡Luego te explico, quédate con el niño!!

Fuimos  rápidamente hacia el cuarto del señor, en esos precisos momentos vemos como el señor arroja a la señora de su cuarto esta esta completamente desnuda, unos momentos después el señor le arroja su bata cerrando la puerta de golpe, es tanta su furia que ni siquiera se percata que la señora Camilla y yo estamos allí, la señora Baudelia intenta ponerse de pie, pero se desmaya en el intento, entre la señora Camilla y yo la llevamos a su cuarto, mientras la señora, trata de reanimarla, fui hasta la cocina y coci hierbas medicinales para darle un baño—, el señor ya no la había golpeado desde que encargo al niño, pobre mujer que abra hecho para que le pegará tan brutalmente.


Nunca me amaste #SGAWARDS2017#CAJAWards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora