Cap 22.

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Capítulo 2.- Ebrio.

Miro mi imagen reflejada en el espejo del baño de la casa de mis padres. Ajusto la corbata negra, reviso si mi saco está bien portado, verifico que mi cabello esté en orden, me coloco loción varonil y salgo.

-¡Ya estoy aquí! - grita Miles desde la planta baja.

-Listo - le digo en cuanto bajo.

-¿Y Alexa? - ruedo los ojos e ignoro la pregunta.

-Debemos apurarnos - le digo, él simplemente se encoje de hombros.

Ambos subimos a su lujoso auto, yo en la parte trasera, ya que en el copiloto hay una chica de cabello rubio y lacio, luciendo un lindo vestido negro, con los labios y párpados maquillados. Es linda y muy sexy. La saludo desde la parte traerá del vehículo y ella amable me sonríe.

-Desviate aquí - le señalo.

-¿Para qué? - pregunta.

-Pasaré por Nelly.

-¿Cómo que pasarás por Nelly? - se sorprende.

-¿Acaso quieres que nos alcance allá? - contesto no muy animado.

-Pero, Alex, ¿hablas de Nelly, la pequeña Nel...

-Si, Miles, ¿qué tiene de extraño? - digo fastidiado.

-¿Por qué irás con ella?

-¿Hay algún problema con que valla con ella?

-Solo digo...

-Pues no digas nada - contesto. Miles me ve por el retrovisor

-¿Quién es Nelly? - pregunta la chica del cabello rubio.

-Es amiga mía y de Alex, July - le contesta - casi como nuestra hermana - dice Miles y me hecha una mirada.

-Es aquí - le digo.

-Sé dónde es, ya he venido - sonríe.

-¿Cómo que has veni...

-¿Por qué no sales a buscarla, ah? - me quedo callado y salgo un poco molesto.

¿Por qué Miles se interesa en saber por qué la invité? Obviamente no quiero decirle que fue porque Alexa me votó. Aún no estoy listo para decirlo, ni siquiera me hago a la idea. He intentado llamarla, pero no contesta, ni siquiera responde mis mensajes. Debo hablar con ella, y decirle que la necesito devuelta. La amo, la a...

La puerta se abre de repente, me quedo parado ahí.

-¡Pasa, ya bajo en un segundo! - grita Nelly, así que entro.

Me siento en el sillón azul, e instantáneamente recuerdo lo que pasó aquí la otra noche. Aquel beso, aquel maldito beso que aun quema mis labios. Su sabor tan dulce y agresivo, la ansiedad con la que envolvía sus labios con los míos, sus manos vagando por mi cabello, sus besos recorriendo mi cuello... ¡Basta! Me digo a mi mismo al darme cuenta de la erección que crece debajo de mis pantalones, ¡piensa en otra cosa!, ruego internamente para hacer que desaparezca la presencia de mi animado "amigo". Mi respiración es dificultosa. ¡Piensa en otra cosa! ¡Piensa en... letras, piensa en música! Repito en mi mente, cierro los ojos y recargo mi nuca en el respaldo. ¡Relajate, respira profundo! Grita mi conciencia.

Alex TurnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora