Cap 27 - Besos, extraño sus besos.

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Capítulo 27.- Besos, extraño sus besos... 

Escucho la puerta de mi habitación abrirse. No quiero pelar el ojo, a menos que sea algo importante, pero no creo. Tocan la puerta haciendo un gran estruendo. ¡Mierda! ¿QUÉ NO ENTIENDEN QUE QUIERO DORMIR? Pongo una almohada sobre mi cabeza y me coloco boca abajo para no oír más.

-¡Alex! ¡Despierta! - escucho la molesta voz de mi amigo. ¡Que no venga a joderme y se largue a su casa! - Alex, viejo, levántate - mueve mi cuerpo, balbuceo para que entienda que no me da la gana hacerle caso - ¡Alex, con un carajo! ¡Ya levántate!

-¿Ahora qué mierda quieres, Matt? - digo sin moverme un centímetro.

-¡Ya levántate!

-¡No quiero! ¡Déjame dormir, estoy cansado!

-¡Alex, llevas así dos semanas! ¡Dos putas semanas desde la tormenta! ¡Ni siquiera te has bañado!

-¿Tu cómo sabes? - sigo boca abajo.

-Penny me lo dijo - ¡Rayos mi madre y su bocota! -  ¡Alex, arriba! - de repente me quita todas las mantas que cubrían mi cuerpo.

-¿Qué rayos te pasa? - me incorporo furioso y vuelvo a taparme - ¡Vete! ¡No quiero ver a nadie!

Desde aquella noche, cuando Nelly se fue, todo se esfumó, mi buen ánimo me dijo adiós.

-Vamos a un bar, Nick y Jamie irán, también...

-¡No! ¡Déjame en paz! - le aviento una almohada.

-No puedes estar así toda tu vida, no seas una niñita chillona y ya levántate.

-No, es mi palabra final.

-Al menos baja a desayunar - lo miro curioseando mis cosas - ¿Y esto? - me mira confundido sosteniendo una playera de chica, me incorporo atontado.

-Es de Nelly - contesto como si fuese un zombie, es lo que me gano por dormir tanto.

-¿Y por qué está aquí? - la deja sobre el buró y me mira con esa chispa pícara que Matt tiene todo el tiempo.

-Porque la otra noche... - me quedo callado reaccionando rápido a lo que iba a decir.

-¿La otra noche qué? - no contesto - ¡No me digas que...!

-¡Rayos, Matt! ¡Claro que no! ¡Estas loco! ¡Y aparte eres estúpido! - frunzo el ceño.

-Al menos ya te levantaste - se encoje de hombros.

-Cierto - sonrío y me vuelvo a acostar.

-¡Alex, no jodas, ya te estabas levantando! - corre hacia mí y me jala de un pie.

-¡YA, YA DÉJAME! - me agarro del colchón.

-A ver si no te da pena...- dicho eso sale de cuarto, escucho sus pasos recorrer el camino de las escaleras.

Estando ahí acostado miro la playera de Nelly, supongo que por enojarse conmigo (por la estupidez que dije) salió tan de prisa que olvidó ponerse la prenda. Estiro mi mano y la alcanzo, huele a mí por supuesto, tuve que lavarla; aun así le pertenece a ella. Tal vez sea el pretexto perfecto para ir a verla, pero no quiero hacerlo, es decir, quiero hacerlo pero... siento que va a cerrarme la puerta en la cara. Abrazo la playera y cierro los ojos imaginando como aquel día pude besarla sin barreras de vergüenza, las cosas simplemente sucedieron, su cuerpo era tan... mío.

-Espero que tu puedas hacer que se levante, lleva así días... - mi amigo susurra, pero su voz no es muy discreta que digamos, así que puedo escuchar muy bien lo que dice de mí. 

Alex TurnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora