Pizza <3

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¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que estuve con Alex? Tan solo una semana y se volvió un infierno. No he podido dejar de pensar en él, es como una maldición. ¡Dios, me gustaría tanto volver a verlo...!

El timbre de mi departamento barato suena, voy directo a la puerta y la abro.

¡Valla, qué rápido fue eso! ¡Si así de seguido cumplieras mis deseos no estaría así de jodida!

–¿Qué...qué haces aquí? – Alex me mira con cara arrogante, yo me cruzo de brazos y tuerzo la boca.

–¡Nelly! – de un momento a otro Miles me estampa un beso en la mejilla, me abraza y entra como si fuese su casa – pequeña, ¿cómo has estado?

–¿Qué hacen aquí? – pregunto un poco enfadada, Alex también entra y yo cierro la puerta y me quedo atrás, mirándolos.

Mientras Miles se sienta en un sofá y se muestras sencillo y tal cual es Alex luce unos jeans ajustados, playera gris oscuro y la chamarra de cuero; aun no entiendo por qué ese maldito peinado.

–Alex me dijo en dónde vives, así que pensé que sería buena idea venir y darte una sorpresa... – se sienta en el sofá– pero al parecer no te agradó mucho.

–Es que... estaba ocupada, Miles – Alex también se sienta despreocupadamente.

–Pedimos pizza – comenta Miles.

–Pero...

–Sin peros, ve a ponerte algo cómodo, yo mientras voy al supermercado a comprar algunas cosas – se levanta, y así sin más, se va.

Alex me mira con un dejo de molestia.

–¿Qué me miras? – me cruzo de brazos, sonríe y me mira completamente.

–Linda ropa – señala, entonces me doy cuenta de cómo estoy vestida: bragas negras y una playera grande y guanga color azul marino.

–Vete al carajo – me doy la vuelta.

–Es una excelente vista, después de todo – me indigno a contestarle.

–Iré a cambiarme – murmuro y me dirijo a mi habitación, busco unos jeans de mezclilla no muy ajustados, me pongo un sostén y una sudadera gris cerrada que más bien uso como blusa, no muy ajustada.

Cuando salgo encuentro a Alex curioseando por mi apartamento, mira algunos adornos que están sobre el mueble del televisor, algunas fotografías, el piso incluso. A veces quisiera tener demasiado valor para odiarlo. Voltea, me ve, sonríe y baja la mirada.

–¿Y ahora qué? – pregunto seria.

–¿Cómo haces para ser tan bella siendo tan sencilla? – se acerca, me encojo de hombros y voy a la cocina.

Trato de bajar algunos vasos, así que me estiro un poco, y cuando al fin tengo ambos vasos en mis manos, siento que unos brazos me rodean el vientre y su barbilla encajándose entre mi hombro y rostro.

–Tu cabello huele a miel – aspira mi aroma – Como en Sheffield.

–Alex... – susurro sorprendida.

–Me gustas, Nelly.

–Maldición... – suspiro afligida – ¿otra vez estás ebrio? – no hay respuesta de su parte – ¿otra vez fingirás al minuto siguiente que nada pasó o dirás que fue un error? ¿Es otro de tus estúpidos impulsos? – permanece en silencio – ¿vamos a ser amigos o simplemente vienes a divertirte? – mi voz suena realmente decaída, y no es lo que planeaba.

Alex TurnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora