Capítulo 19.- Albert

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Se sentía frío el cuerpo, como si hubiera muerto en un segundo, y eso hubiera sido mejor que estar justo frente a este momento: Alex soltando su mano, ella callando, Taylor con esa interminable sonrisa que cada vez se hacía más grande, y Miles como si nada fuera evidente. ¿Cómo romper el silencio ahora? ¿Qué pasaría en todo lo que restaba de la noche? ¿Por qué Miles haría algo así? ¿Lo habría planeado? ¿Era parte del plan? ¿Por qué siempre que iban bien algo lo tenía que arruinar?

Turner fue quien no pudo con más tensión. Dejó salir el aire sumamente cabreado, aunque manteniendo la compostura, no era momento de flaquear y mostrar sentimientos apresurados; lo que más ansiaba era tomar a Miles de la camisa y exigirle una explicación.

—Miles, ¡qué... bueno que llegaste! — dijo con voz apenas audible.

—Lamento tardar, pero... tuve algunas cosas que hacer antes de pasar por Taylor — éste le sonrió inocente. El problema de Kane era que nunca solía tomarse las cosas con seriedad, todo lo tomaba relajado, como un ir y venir, cosas del destino, solía decir —. Por cierto, luces muy bien con ese tinte nuevo, Nelly, rejuveneciste diez años — comenzó a reír.

—Gracias, Miles — contestó cortante. La verdad era que ella tampoco entendía nada de lo que estaba pasando, pero no perdería la cordura ni haría un escándalo, después de todo, la vida siempre le hacía una mala jugada cuando iban bien las cosas, era de esperarse que ella apareciera tarde o temprano, y toda esa aventura con Alex se acabara.

—Bueno, ¿por qué no nos reunimos de una buena vez con James para terminar de acordar todo? Necesitamos ensayar lo antes posible, ya estoy ansioso de... volver a los escenarios — decía Miles con las pupilas brillándole.

Alex no supo si tomar a Nelly de la cintura o caminar diez mil kilómetros lejos de ella, porque en tan pocos segundos el ambiente había cambiado, si antes se sentía con el derecho de incluso besarla, ahora no quería ni mirarla. En cambio, Miles y Taylor iban a las risas frente a ellos, ella se colgaba del brazo de su amigo descaradamente, ¿qué intentaba hacer? ¿darle celos? ¡Qué buen intento!

Al llegar con James, Alex y Miles hablaron lo que tenían que hablar, Nelly anotaba en su móvil las citas importantes, algunos recordatorios, notas, nombres, teléfonos, fechas, y demás. Alex le miraba de vez en cuando, lucía concentrada, con el ceño fruncido, apostaba que, más por hacer bien su trabajo, intentaba distraer a su mente de lo que acababa de ocurrir minutos atrás.

—Me gustaría brindar con todos — comenzó James a decir alzando su copa —: por la música, por el trabajo, y por el amor — dijo esto último mirando a Taylor y a Alex, Turner tragó sin saber qué decir —, me alegra verlos aún juntos — seguía hablando —, se les ve realmente enamorados; Taylor, haz hecho un buen trabajo cuidando a nuestro Alex.

—Gracias, James — sonrió la chica y le estampó un beso en la mejilla a su antiguó romance.

Ya todo estaba fuera de sí. Nelly miró de reojo a Alex, quien también la veía esperando su reacción: atinó a agachar la cabeza, sintiendo la tela del fino vestido que había accedido a utilizar sólo para complacerlo a él, al único hombre que podría destrozarla así.

—Hay que bailar — dijo animadamente Taylor y jalando de la mano a David, él sólo se dejó llevar, confundido, sin reaccionar aún.

—Nelly, ¿quieres bailar? — dijeron al mismo tiempo Miles y Albert, quien había llegado de sorpresa de espaldas a la joven.

—Yo... no me siento muy bien, disculpen — intentó huir, como siempre, pero esta vez fue Miles quien la detuvo, con más valor, arriesgando que ella estallara en llanto por lo que sentía y se había guardado. Albert sólo tomó de su copa, avergonzado, había reunido el valor suficiente con mucho trabajo, y ella lo rechazaba hiriente; prefirió hacerse a un lado para dejarla pasar; seguramente ella tenía un novio o simplemente él era muy poco para ella, después de todo, estaba acostumbrado.

Alex TurnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora